134.386 vuelos en 24 horas. Ese fue el récord histórico alcanzado el pasado jueves, 6 de julio según Flightradar24. Estamos todos viajando más que nunca. Nos encerraron tres meses temiendo por nuestra vida y parece que, aunque no haya dinero, el poco que tenemos es para darle emoción y valor a nuestro tiempo entre los vivos.
Viajar se ha convertido en necesidad, y la banda sonora de esa película puede cambiar totalmente la experiencia. Son pocos los seres humanos capaces de enfrentarse a centenares de kilómetros sin añadir música a su viaje. Cumpliré pues con mi papel como prescriptor para hacer algunas recomendaciones, a sabiendas de la dificultad de acertar en un mundo cada vez más segmentado. No resulta fácil encontrar un tema country que pueda gustar a los fans del house belga, pero también es cierto que gracias a otros podemos ampliar nuestras fronteras musicales. Como canta el gran Serrat, sobre gustos, no hay disputas. Pero ahí van unas propuestas.
Viajes en carretera
El paisaje resulta fundamental en este supuesto. No es lo mismo atravesar Los Monegros que los Pirineos, o el paseo marítimo de Palma. Para un paisaje desértico que evoca la legendaria Ruta 66 norteamericana, vamos a ponernos rockeros. Antes de partir, podemos cargar gasolina con uno de los números uno de la banda de uno de los mejores guitarristas del Universo rock: Mark Knopfler al frente de Dire Straits con este tema de 1991, Heavy Fuel. Un tema que narra de forma totalmente musical lo que es vivir en la carretera como en una gira de conciertos.
Poco se escucha este tema para ser el segundo número uno mundial de la banda del “Money for Nothing”. Y si el recorrido es en motocicleta, que sepa el lector que en la radio se exprime hasta lo hilarante el único tema conocido de Steppenwolf cada vez que se habla de la cultura que rodea al motor de dos ruedas. Born To Be Wild es la banda sonora del clásico Easy Rider.
Volvamos al coche y viajemos ahora a un paisaje muy diferente. Recorrer amplios valles verdes de leyenda en rutas fascinantes con la música de Enya puede ser toda una experiencia. Originalmente dedicada a la majestuosidad del río Orinoco, nos vale para esta ocasión.
Si tenemos la suerte de ir descapotados, además de recomendar el uso de gorra y crema solar protección 50, podemos tirar de un tema absolutamente veraniego del ahora no tan popular Will Smith. Justo después de su estrellato en El Príncipe de Bel-Air, se lanzó como The Fresh Prince junto a un DJ amigo suyo llamado DJ Jazzy Jeff a lanzar algunos de los ritmos que más se bailaron en el ambiente black de los 90. Este Summertime (Verano) nada tiene que ver con el clásico del jazz, pero en la letra invita a pasear con las ventanillas bajadas a dos millas por hora de velocidad. Te sorprenderá.
Pero sí, claro, también hay sitio para conducir este verano con el original de Gershwin, y en un coche al estilo de hace 100 años, gracias a Lana del Rey. Ideal para ir despacito por la carretera. Sin mucha prisa, que es Summertime.
Viaje en avión
El viaje en avión tiene varias fases. Se inicia con las esperas y colas en el aeropuerto de salida, y esa es una parte del viaje que no conviene olvidar. Escuchar música que no nos ponga muy nerviosos y nos permita aguantar un par de horas de cola puede ser el elemento determinante que mejore la experiencia. Tampoco conviene que tenga ritmos muy machacones o sea excesivamente repetitiva, porque eso agota también la paciencia. ¿Qué tal algo de Queen tipo “Bohemian Rhapsody”?
Sus subidas y bajadas, esas que tanto revuelo provocaron en su discográfica hasta el punto de no tener muy claro si publicarlo, son justo las que necesitamos para tener la enorme paciencia de esperar nuestro turno ante el mostrador de facturación, o en la sala de espera, previa al vuelo. La alegría de que por fin abran el finger solamente podemos expresarla bailando con uno de los más grandes clásicos de viaje que lo lleva siendo desde otro verano, el de 1987: Voyage Voyage.
Embarcamos. Nada más subir al avión no nos queda más remedio que escuchar la música ambiental que nos pone la compañía aérea para relajar a los que, inevitablemente, se ponen nerviosos al subirse a un avión. Si bien es cierto que en el mundo de la aviación hay varios dichos curiosos, y uno de ellos dice “más vale estar en tierra deseando volar, que volar deseando estar en tierra”, relajarse antes de un vuelo puede ser fácil si usamos la música adecuada. El aspecto más glamuroso de un vuelo puede venir de la mano del clásico número uno del tema: Volare, en la versión orquestada de André Rieu, todo un showman.
Para los que tienen miedo al avión, nada como una canción que lo reconoce nada más empezar. Aquí va uno de los temas que acompañó aquellos veranos en los que el turismo irrumpía en las vidas de los españolitos. “Los mismos”, si tenían que tender un puente desde Valencia hasta Mallorca, con tal de no subirse a un jet, lo hacían. Y lo hicieron musicalmente con una de las joyas indispensables del veraneo: El puente.
Para el despegue, el chef recomienda algo animado, pero no demasiado. Que dé fuerza, pero no sature demasiado. Quizá acabemos aprendiendo a volar sin avión, como proponían Pink Floyd con este Learning to fly.
Una vez en crucero, la magia del vuelo nos la recuerda la inmensa voz de Frank Sinatra, invitándonos a volar con él en un clásico que aquí no podía faltar. Come Fly With Me
Y nada más aterrizar, la larga espera ansiosa de nuestro equipaje con el consecuente miedo a que se haya extraviado, se nos puede hacer más llevadera con un tema que dice en su letra, sencillamente, que todo va a ir bien. Three Little Birds, del gran Bob Marley.
Viaje en barco
El mundo del crucero es un Universo en sí mismo, y se sabe desde su “boom” en los 70, desde que la serie Vacaciones en el mar potenciase esa enorme industria desde la “caja tonta”. Todos los que vivimos esa época recordamos al capitán Stubing y a su tripulación.
Llegamos a nuestro destino después de haber cruzado el mar gracias a todo un clásico que cantaba como ninguna otra canción a esa vasta extensión de agua, espacio de aventuras y sueños. Desde George Benson hasta el original de Charles Trenet, Beyond The Sea ha sido una de las canciones que mejor encarna el espíritu viajero. Elijo para despedir este repertorio la enorme versión de uno de los intérpretes más destacados de lo que llevamos de siglo: Robbie Williams, en su gran noche en el Royal Albert Hall.
Hemos hecho un bonito recorrido por canciones que resultan ser excelentes compañeras de viaje, y sin recurrir al reguetón. Eso ya nos lo pondrán en nuestro destino, nos guste o no.
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