A lo mejor hacer un reportaje de las Frutas de Aragón en verano rechina a muchos aragoneses, pero si eres de fuera de esa Comunidad Autónoma no tanto. Si has pasado por carretera por Aragón y has parado a repostar en un área de servicio seguro que las has visto expuestas y seguramente hayas pensado voy a comprar una cesta para mis compañeros de trabajo o para la vecina que no ha salido de la ciudad. Independientemente de si es noviembre o agosto. Si eres aragonés, este típico dulce te llevará a la Navidad y a las cenas familiares.
Es un dulce que no deja indiferente a nadie. O se ama o se deja en el armario hasta que vienen visitas a casa. Aragón es una comunidad con un sector frutícola muy extendido. En la zona de la Comarca de Calatayud también hay mucha fruta y es ahí donde empezaron su andadura. José Caro de la empresa Chocoter (tercera generación) explica que esta comarca ya era famosa por la calidad de su fruta y su método de cocción de la fruta fresca en jarabe para conservarla desde la época romana. De hecho, en el libro “Voyage en Espagne, 1603-1607” de Bartolomé Joly (un caballero francés) se explica que en Calatayud era tradicional obsequiar a los visitantes con frutas confitadas en azúcar.
A esto hay que sumar que Europa probó por primera vez el chocolate en 1534, de la mano de los monjes que habitaban el Monasterio de Piedra. El monje del Císter Fray Jerónimo Aguilar, quien acompañó a Hernán Cortés en su viaje a México, envió el primer cacao a España al abad Don Antonio de Álvaro. En el Monasterio de Piedra fue donde, por primera vez, se cocinó chocolate en España.
El Monasterio de Piedra se encuentra en la Comarca de Calatayud. Así que a alguien de la zona se le ocurrió la gran idea de juntar los dos elementos, es decir, bañar las frutas en chocolate dando lugar a estos famosos dulces: ¿qué podía salir mal? 500 años más tarde estos dulces continúan. De hecho, la empresa Chocoter se dedica a bañar frutas en chocolate desde los años 50, cuando el abuelo de José Caro comenzó a desarrollar este producto, por lo que ya forma parte de la tercera generación, que ha seguido la tradición familiar.
Actualmente, el consumidor de las Frutas de Aragón es variado. Al comercializarse en diferentes formatos sirve tanto para regalar como para alguien que quiera darse un capricho. José Caro explica que hay venta del producto a granel, es decir “a peso”. Un formato que tiene mucha importancia y que lo compra la gente de las cercanías (la fábrica de Chocoter está en la Comarca de Calatayud) o las que lo conocen. Pero si se quiere hacer un detalle están las típicas cestas de madera con estos dulces.
A pesar de que esta serie es veraniega, las Frutas de Aragón se consumen, sobre todo, en Navidad, porque con el calor, el chocolate se derrite. Y no solo en la comunidad. José Caro asegura que hay muchos clientes por toda España. “Hay distribuidores que, ya sea por tradición, temperatura o volumen de venta, solamente adquieren nuestro productos en la Campaña de Navidad”, apunta. No obstante, desde Chocoter siempre insisten en que no es un producto de Navidad, si no que tienen clientes de Navidad y como consecuencia, “nuestra producción y nuestro trabajo se multiplica en esa época”.
Según Caro, las Frutas de Aragón levantan pasiones porque es un dulce “diferente”. No hay que olvidar que es fruta (un dulce sano) con chocolate negro “sin sucedáneos”. Además, en Chocoter se corta a mano, por lo que cada pieza es diferente, también se envuelven a mano: “Todo esto da esa sensación que tanto gusta de artesanal”. Pero no solo es un proceso manual, en Chocater hay detrás de estos dulces una tecnología, un control de calidad, supervisión de las compras y del servicio post-venta.
Isabel Quintana es un ejemplo del grupo que ama este dulce. Las probó por primera vez en un viaje que hicieron desde Girona hasta Galicia y pararon en Zaragoza. Asegura que ya había comido calabaza escarchada, pero que le pongan a la fruta chocolate es un plus: “Será que soy muy golosa”.
Por su parte, Mercedes, de Zaragoza , asegura que en su casa no puede haber porque desaparecen y explica que la combinación de las frutas escarchadas con el chocolate “le da una textura y un sabor extraordinario”. Además, afirma que cuando ese chocolate se mezcla con la naranja y con las guindas le encanta. “Es típico de obsequiar a los amigos que nos vienen a visitar a Zaragoza”, apunta. Para Rebeca también es la mezcla del chocolate y la fruta lo que le da un sabor especial y una textura diferente. “En mi opinión es lo que hace que vuelva a tu infancia”, añade.
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