A mediados de agosto parece que toda la España que puede está en la costa. Pero hay alternativas a las –con demasiado frecuencia– atestadas playas de nuestro litoral. Están los miles de pueblos de la España interior –que durante el verano suele estar un poco menos vaciada– y que no andan escasos de atractivos y reclamos que muchas veces, eso sí, no aparecen en las guías.

Hace unos días, el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) contribuyó a ponernos sobre la pista de algunos de estos lugares especiales seleccionando una lista de 21 maravillas naturales de la geografía española. Playas interiores, cascadas, gargantas fluviales, humedales, volcanes, paisajes kársticos o grutas que no suelen formar parte de las habituales listas de destinos estivales, pero que ofrecen una excusa perfecta para una escapada diferente. Estos son, por regiones, algunos de ellos.

Extremadura, tierra de playas interiores

Aunque asociamos la región suroccidental limítrofe con Portugal con el calor seco y extremo del interior que en verano intentamos evitar, hay numerosas zonas que cuentan con un clima privilegiado, como el norte de Cáceres. Allí el ICOG propone visitar la playa del Cancho del Fresno, en Cañamero, ubicada en pleno geoparque Villuercas-Ibores-Jara, declarado en 2011 por la UNESCO Geoparque mundial. Más al sur, recomiendan la playa de Costa Dulce, en Orellana la Vieja (Badajoz), a orillas del embalse de Orellana, inaugurado en 1961 para retener las aguas del río Guadiana, producir energía hidroeléctrica y surtir a los regadíos de la zona. Desde 2010, su playa cuenta con bandera azul. Fue la primera extremeña en conseguirlo, y es una de las diez, junto con Cancho del Fresno, que este año ondean en la comunidad autónoma, la que más banderas azules interiores ostenta.

Del Duero a Sanabria

Desde allí podemos tomar la Vía de la Plata y emprender rumbo norte hacia Castilla y León. La comarca de Arribes del Duero es otro de los destinos propuestos por el ICOG. Se encuentra en el límite oeste de las provincias Zamora y Salamanca, donde el Duero marca la frontera con Portugal y forma los cañones más extensos y profundos de la Península. El espectacular paisaje granítico hará las delicias de tanto de los aficionados a la geología como de los profanos. También en Zamora se encuentra el Lago de Sanabria, el mayor sistema lacustre natural de España, cuyo origen se remonta al Pleistoceno Superior, hace 100.000 años.

Cascadas y barrancos en Galicia

Siguiendo hacia el norte, en Galicia, el buen tiempo de los últimos veranos ha permitido disfrutar al máximo de las preciosas playas de su extenso e intrincado litoral. Pero esta comunidad ofrece otros muchos enclaves muy atractivos para visitar en verano. El ICOG sugiere la cascada del Xallas en Ézaro (Coruña); la reserva de la Biosfera transfronteriza Gerês Xurés, ubicada entre Orense y Portugal, y que cuenta con una asombrosa red de cursos de agua estacionales y poco profundos que generan las espectaculares corgas o barrancos de fuerte pendiente ideales para la práctica del barranquismo; y las rocas metamórficas de edad paleozoica de Montefurado (Lugo).

Cascada de Ézaro, en La Coruña.

Asturias con vistas al mar

En Asturias, las propuestas del ICOG se asoman al mar. En el concejo de Cudillero, a pocos kilómetros de la conocida villa marinera, se encuentra la Playa del Silencio, uno de los arenales más bonitos de la costa cantábrica. Protegida de las multitudes por un acceso dificultoso, se encuentra en un pequeño golfo de budines, formaciones geológicas de roca sedimentaria que se han ido erosionando de manera caprichosa debido a la acción del mar y el viento, creando un paisaje único. En la otra punta del Principado, en el concejo de Llanes, se encuentra la singular playa de Gulpiyuri. En este caso no es ningún secreto: este arenal interior rodeado de rocas, formado por la filtración del agua del mar a través del acantilado contiguo, es uno de los puntos más visitados por quienes se acercan a esta zona de Asturias.

Humedales, fallas y aguas veloces en el País Vasco

Tres son los espacios seleccionados por el Colegio de Geólogos en el País Vasco. En el Polje de Olatz (Guipuzcoa), las aguas del río del mismo nombre fluyen hacia un sistema subterráneo a través del impresionante sumidero de Kobalde, y emergen en diversas surgencias situadas a unos 3 kilómetros de distancia, en la margen izquierda del río Deba. En el Macizo de Jorrios, en Vizcaya, se encuentran las vistosas calizas de la falla de Valnera, resultado de la actividad de la falla durante el Albiense superior final. Finalmente, en Álava, los humedales de Salburua abarcan más de 200 hectáreas en el límite oriental de Vitoria. Aunque parte de los terrenos fueron drenados y desecados en el siglo XIX con fines agrícolas, desde los años 90 han sido restaurados. Las balsas de Betoño y Zurbano propician un entorno de bosques húmedos, praderas y choperas.

Navarra: de Urbasa a Arbaiun

Hay vida estival en Navarra más allá de San Fermín. El Colegio de Geólogos destaca la Foz de Arbaiun, un cañón excavado por el río Salazar en las calizas de la Sierra de Leyre, al noreste de Navarra, con paredes verticales de más de 300 metros de altura y casi seis kilómetros de longitud. Otro de los reclamos indiscutibles de la región es el diapiro de Salinas de Oro, una chimenea formada por una masa de yesos y sales triásicas que forman un círculo en la cobertera terciaria superficial. Por último, un viejo conocido para los amantes del senderismo y de los paisajes más rotundos y venerables de la península: el Parque Natural de la Sierra de Urbasa y su meseta kárstica formada por materiales calcáreos terciarios.

Foz de Arbaiun.

Festival geológico en la Rioja

Pequeña en extensión pero enorme en atractivos, el ICOG recomienda visitar en La Rioja la dolina de Serradero, una plataforma caliza que se eleva a más de mil metros de altitud entre los ríos Najerilla e Iregua. En su superficie pueden observarse formas de relieve exokársticas circulares y dolinas que canalizan la infiltración del agua de lluvia y dan lugar a un importante acuífero y a las Cuevas de Ortigosa de Cameros. Otro destino es el sinclinal tecnónico del Najerilla o de Brieva, la estructura varisca más característica e importante del macizo de la Demanda.

De Huesca a Ciudad Real

De norte a sur, en una comunidad tan rica en paisajes como Aragón, el ICOG destaca el pitón volcánico de Anayet (Huesca), que muestra capas de roca volcánica que revelan la historia geológica de la zona; el galacho de Juslibol (Zaragoza), una reserva natural formada por meandros abandonados del río Ebro; y las grutas de cristal de Molinos (Teruel), donde se puede encontrar un impresionante conjunto de estalactitas y estalagmitas. 

Grutas de cristal de Molinos (Teruel).

Asimismo, en la Comunidad Valenciana, el Colegio de Geólogos sugiere la Laguna de La Mata (Alicante) o Las Salinas de Torrevieja (Alicante), consideradas las salinas marinas de carácter natural más importantes de Europa.

Por último, en la comunidad de Castilla-La Mancha, recomiendan realizar el itinerario geológico de las Torcas de Palancares, en Cuenca, donde se pueden observar los efectos en superficie de procesos de karstificación en un recorrido cómodo y señalizado; y el Parque minero de Almadén, en Ciudad Real, donde se han recuperado galerías a más de 700 metros de profundidad para la visita del que ha sido el mayor yacimiento de mercurio del mundo. Un plan ideal para escapar de los rigores del calor veraniego.