"Sujeto la guitarra como un fontanero. Sería la pesadilla de un profesor de música". Lo dice Mark Knopfler, uno de los guitarristas más sensacionales y reconocibles de la historia del rock. Piénsese en los acordes iniciales de Sultans of Swing. El sonido cristalino y electrizante de esa digitación inconfundible, que inventó en la estela de B. B. King, Jimi Hendrix y otros de sus héroes de adolescencia. Nadie toca como este escocés de Glasgow que lideró Dire Straits, una de las bandas más importantes del siglo XX.
Knopfler es un virtuoso, pero a sus 74 años no ha terminado de creerse un gran intérprete. "Cada vez toco peor. Lo mío es una suerte de taquigrafía, de acordes y atajos fáciles". Él se considera, sobre todo, compositor. La guitarra es su instrumento creativo para hacer canciones. Y cree, un poco supersticiosamente, que cada una de ellas puede alumbrar una sola canción. A los músicos que han trabajado con él siempre les ha regalado guitarras nuevas, con la esperanza de que contuvieran una canción para ellos. Y él ha acumulado una inmensa colección de instrumentos, que son los bellísimos cascarones que han quedado como registro material de la música que ha creado.
Un éxito sin precedentes
"¿Por qué conservarlas cuando hay gente a la que le encantaría tenerlas y tocarlas todos los días?", se preguntaba Knopfler. Dicho y hecho. Este miércoles se han subastado en Londres más de un centenar de ellas, y lo han hecho superando todas las expectativas de recaudación. Tras exponerse al público durante el mes de diciembre en Nueva York y la segunda mitad de enero en la capital británica, la casa Christie's ha sido la encargada de colocar 89 guitarras eléctricas, 22 acústicas y diez amplificadores pertenecientes a Knopfler entre quienes abarrotaban su sala de subastas de King Street, pero también entre coleccionistas de todo el mundo que han pujado de manera online o a través del teléfono. La recaudación ha ascendido a 8,84 millones de libras, es decir, 10,4 millones de euros. Una cifra sin precedentes y que rebasa con creces las estimaciones previas.
Durante más de seis horas, Olivia Ghosh y Eugenio Donadoni han dirigido las pujas con elegancia y simpatía, adaptándose a un registro bien distinto al que estos dos expertos de Christie's están acostumbrados. Donadoni, especialista en libros y manuscritos medievales y renacentistas, se ha enfundado una camiseta de Dire Straits y una chaqueta blanca de smoking remangada para la ocasión, y ha presentado los lotes con la desenvoltura de un vendedor de instrumentos con larga experiencia en el negocio. Mazo en mano, él y su compañera se han alternado en el podio flanqueados por un nutrido y elegantísimo grupo de colaboradores que gestionaba las pujas telemáticas.
Todos los lotes han mejorado los cálculos iniciales –quizá modestos en exceso–, pero una serie de piezas han alcanzado cifras de infarto. Ha sido el caso de una de las Gibson Les Paul que se subastaban, firmada por 33 estrellas de la música de la talla de Eric Clapton, Ronnie Wood, Brian May, Ringo Starr, Bruce Springsteen, Pete Townshend o Sting. Ha superado las 400.000 libras –más de 472.ooo euros–, veinte veces por encima del precio mínimo previsto.
La recaudación obtenida con la venta de esta Les Paul All Star irá destinada íntegramente a la Teenage Cancer Trust, fundación británica contra el cáncer juvenil. En cuanto al resto de lotes, Knopfler donará al menos el 25% del dinero, repartido a partes iguales, a la Cruz roja británica, la fundación para niños enfermos y discapacitados Brave Hearts of the North East y Tusk Trust, una ONG consagrada a la protección de la naturaleza en África.
Un enamorado de la Gibson Les Paul
Junto a la Fender Stratocaster, de la que Knopfler cuenta con un modelo personalizado –la Mark Knopfler Signature que gustaba de regalar a sus compañeros músicos–, y hacedora del sonido característico de canciones como Sultans of Swing, la guitarra predilecta del músico escocés es precisamente la Gibson Les Paul. Varios ejemplares de este instrumento han reventado las expectativas en la subasta de Christie's.
Es el caso de la Les Paul de 1983, reedición de la original del 59, que Knopfler adquirió ese año en Rudy's Music Stop, la tienda en la calle 48 de Nueva York del luthier argentino Rudy Pensa, con el que establecerá una larga amistad y colaboración. Con esa guitarra grabó canciones míticas como "Brothers in Arms" y "Money For Nothing", y tocó en el concierto Live Aid celebrado el 13 de julio de 1985 en el viejo estadio de Wembley acompañado por Sting a los coros.
Esta histórica guitarra, que partía de una estimación de entre 10 y 15.000 libras, ha sido vendida por más de 590.000 –casi 700.000 euros–.
Con el tiempo, gracias a los éxitos de Dire Straits, Knopfler pudo comprarse una Les Paul original de 1959. "Enseguida me di cuenta de lo que me había estado perdiendo", asegura el músico. La ha usado tanto en sus conciertos que presenta en el dorso un característico buckle rush o erosión del barniz fruto del roce con la hebilla de su cinturón. Esta joya, que ya era a priori el lote más valorado de la subasta, con una estimación de entre 300.000 y 500.000 libras, se ha vendido por 693.000 –unos 812.000 euros–. Es la guitarra de este género que ha alcanzado un precio más elevado en subasta hasta la fecha.
La Pensa-Suhr: lo mejor de ambos mundos
Después de muchos años de relación personal y profesional, y de muchas guitarras fabricadas y vendidas, Knopfler le hizo a Rudy Pensa un encargo muy especial: un instrumento que le permitiera reducir al mínimo los cambios de guitarra sobre el escenario y combinara "lo mejor de ambos mundos", de la Fender y la Les Paul. Entre los dos dibujaron en la servilleta de una cafetería el esbozo de lo que sería la primera Pensa-Suhr. Estuvo lista para el concierto de homenaje a Nelson Mandela por su 70 cumpleaños celebrado en Wembley en junio de 1988, donde Knopfler tocó mano a mano con Eric Clapton.
"He grabado mucho con ella, y ahora soy lo bastante valiente para saber que las próximas canciones no la necesitarán", ha dicho el músico a modo de despedida. La Pensa-Suhr original salía con un precio estimado de entre 6.000 y 8.000 libras. Se ha vendido en 504.000 –unos 590.000 euros–.
Además de una sustanciosa inyección de dinero para el bolsillo de Knopfler y para las charities que apoya, el éxito de la subasta de sus guitarras es un excelente augurio antes del lanzamiento de su próximo disco. One Deep River, que podrá escucharse a partir del 12 de abril, es su décimo disco en solitario tras la disolución de Dire Straits en 1995. Hace unos días se publicó a modo de avance un primer tema, "Ahead of the Game". Preparado para ganar. Con 111 guitarras menos y algunos millones más.
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