Solo algunos afortunados en el mundo pueden permitirse comprar un bolso Birkin, cuyo precio más bajo es de unos 10.000 euros aproximadamente. Depende del material de la pieza y del tamaño, pero los precios reales no están marcados en ningún sitio oficial. ¿Por qué? Porque conseguirlo es un reto en sí mismo.
No es tanto por el precio del deseado accesorio de moda, inspirado en la actriz inglesa Jane Birkin. Sino por los requisitos que pone Hermès para acceder a la lista de espera y conseguir uno. Hasta ahora la firma no permite que nadie adquiriera una de esas piezas de coleccionista en la web ni en tienda. No solo hay lista de espera, sino que hay que tener un "historial de compra" en la casa de modas y haberse gastado una considerable cantidad en otros de sus productos a lo largo de cierto periodo de tiempo.
Los compradores se sienten "coaccionados"
Por eso dos compradores, Tina Cavalleri y Mark Glinoga, han puesto una demanda a Hermès al considerar que sus tácticas de venta son anticompetencia. Según explica la demanda, la firma ha construido una imagen inalcanzable de su bolso más famoso a través de la dinámica que hay que seguir para adquirirlo.
Para conseguir un Birkin, que tiene unas exigencias diferentes al resto de productos, uno tiene que conseguir "un historial de compra suficiente" habiendo adquirido ya otros productos como joyas, pañuelos, ropa o incluso zapatos. "Solo entonces los consumidores son considerados merecedores". Entonces se les ofrece uno de estos bolsos en una sala privada de la tienda.
La demanda se presentó el martes, acusando a Hermès de violar las leyes de comercio de Estados Unidos y de construir una estrategia para explotar a los consumidores. Tras haber intentado conseguir un Birkin en tiendas y haber sido dirigidos a la compra de otros productos, los demandantes consideran esta estrategia como ilegal. Tina Cavalleri asegura que fue "coaccionada" a gastarse "decenas de miles de dólares" en otros productos.
Además, las comisiones que reciben los vendedores en las tiendas tienen mucho que ver también con por qué no se venden Birkins. Por cada producto secundario (como pañuelos, cinturones, joyas o objetos de decoración) el encargado de realizar la venta recibe un 3%. Por los bolsos que no son este codiciado modelo se llevan un 1.5%. Y finalmente, por el protagonista de esta historia no se llevan absolutamente nada.
Los misterios de la lista de espera
Pasa algo parecido con el Kelly, aunque no es una pieza tan preciada también es difícil de conseguir. Hermès no da información clara. No desvela cuántos hace al año ni cuál es la lista de espera. No se sabe por qué hay personas que pueden gozar de una colección -como es el caso de Cardi B, Victoria Beckham, Kim Kardashian o Georgina Rodríguez- mientras otros no consiguen hacerse con uno. Los seguidores de la firma aseguran que hay una lista de clientes con privilegios. Supuestamente estas celebrities acceden a las piezas que desean con más facilidad, pero la revista Vogue asegura que no es cierto.
Harper's Bazaar publica que la lista de espera para conseguir uno se cerró en noviembre y no se sabe cuándo se volverá a abrir. Pero para formar parte de ese reducido grupo tienes que ir a París a apuntarte, una palabra que parece poco elegante dada la exclusividad de la situación. Pero para poder poner tu nombre en la lista hay que conseguir una cita en línea el día de antes. Y son más difíciles de obtener que entradas para un concierto de Taylor Swift.
En el último año, las acciones de Hermès han subido más de un 30% a pesar de que otras firmas de lujo hayan visto cómo el gasto de sus clientes se reducía. Los bolsos Birkin se han revalorizado en un 500% en los 40 años que han pasado desde su creación en los 80 en honor a la intérprete.
Invertir en bolsos Birkin
Muchas personas consideran que gastar en bolsos de lujo como son los Birkin o los Kelly es una inversión como otra cualquiera. Es cierto que, a diferencia de los coches, estos accesorios mantienen su valor e incluso se revaloricen pese al paso de los años. De hecho, algunos incluso suben de precio si están bien cuidados, ya que son considerados vintage. Si se trata de un modelo que pueda ser asociado a un evento cultural importante podrían incluso calificarse como "archivo", por lo que su coste es aún mayor.
En las tiendas de moda de lujo de segunda mano como Vestiaire Collective o Collector Square los bolsos Birkin más baratos rondan los 6.000 euros. En Farfetch no bajan de 13.00 euros. Y eso que están usados y, en muchos casos, tienen evidentes signos de desgaste. En las tiendas de subastas como Durán se pueden encontrar más baratos. Entre 2.500 (en tamaños pequeños) y 5.000 euros, aunque con defectos del uso e incluso algunas piezas como el candado ausentes. Aunque a estos precios hay que sumarle, después, la comisión de la sala, por lo que subiría en el caso del más caro hasta más de 6.000 euros.
Otros bolsos que experimentan este deseo desenfrenado del público son los clásicos Chanel 2.55. Es uno de los que creó Gabrielle Chanel, concretamente en febrero de 1955, lo que dio origen a su nombre. La diferencia es que estos sí pueden adquirirse en las tiendas (no en internet). Pero los precios siguen siendo altos: el más barato de las opciones, en tamaño mini, vale unos 4.700 euros.
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