"Se me ha olvidado pedirte el de pistacho", lamenta ante el mostrador una clienta habitual de la icónica bombonería Santa de Madrid mientras paga su pedido. "La semana que viene vuelvo y te pido varios", comenta antes de salir por la puerta de cristal de la calle Serrano, 56. Sucede pocas horas después de que un tuit viral de Enrique Lavigne haya provocado una pequeña avalancha de interés sobre este comercio que tiene un tanto sobrepasada a su dependienta. En él, el productor de cine publicaba que esta bombonería, abierta por su abuelo en 1932, cerraba sus puertas.
Santa es un local histórico del barrio. La bombonería ha pertenecido a la familia de Lavigne durante tres generaciones. Conocida como el "Willy Wonka de Serrano", entrar en Santa es transportarse a un tiempo escrito en pretérito perfecto simple en el que paredes estampadas y alfombras granate sirven de marco histórico de chocolates en forma de barritas, rocas y troncos.
Lavigne ha confirmado el cierre definitivo de Santa a través de su cuenta de X, donde también ha anunciado que ponen en venta todo lo que tiene dentro, ya sean dulces o muebles: desde su escalera de caracol de 1957 hasta la pieza única que es su gran estantería de madera forrada de latón.
Elementos de la bombonería llenos de historia que el productor de La llamada o Lo imposible ha rememorado a través de momentos de su infancia: "Con 8 años subía por esa escalera de caracol cuando llegaba del cole para hacer los deberes. Luego se unía mi hermana que estudiaba en el Chusma [el colegio Jesús María de la calle Juan Bravo], hasta que mis padres cerraban la tienda a las 20:00 y volvíamos juntos a casa los 4 en un Mini 850", escribía en sus redes sociales.
Una historia familiar con sabores dulces y cajas envueltas de la que también formó parte Concha Velasco. Como ha recordado el también ganador de un Goya, "Concha siempre venía a ver a mi madre a la tienda y se ponían moradas a cotilleos y trufas. Las dos se despidieron hace poco y se fueron con un par de meses de diferencia".
La noticia también ha entristecido a vecinos y clientes habituales de la bombonería, quienes han acudido a Santa como quien vuelve a escuchar a su grupo favorito después de que anuncien que se van a separar. "Es que todo está rico", comenta una clienta recurrente del establecimiento. "Es chocolate del bueno y sabes que lo que estás pagando merece la pena", afirma.
Sin posibilidad de venta ni traspaso, Lavigne ha afirmado que el cierre de Santa se debe al fin del contrato de alquiler, que vencía con el fallecimiento de su madre.
Su cierre definitivo será el 10 de mayo de este año. Pero hasta entonces todos los que paseen por el madrileño barrio de Salamanca podrán comprar una teja de tres chocolates, una trufa sabor café o barritas de chocolate amargo y naranja, y recrearse en esos sabores que siempre durarán, aunque cierren los lugares que los crearon.
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