'El tiempo entre costuras': que la historia no quede descosida

El tiempo y los deseos. El tiempo y el esplendor, pero antes, tiempos convulsos, difíciles, de miseria, de denuncias, de espionaje, de supervivencia. El tiempo en la brevedad del tiempo y la necesidad de amar. El tiempo entre costuras. Partiendo de los hilvanes de la memoria, del derrumbamiento personal y social, de la fugacidad de los días. 

María Dueñas publicó El tiempo entre costuras allá por el año 2009 y diez años más tarde ya había sido traducida a cuarenta idiomas y vendido cinco millones de ejemplares en setenta ediciones. Después vino una serie para televisión, y una segunda parte, Sira. 

Ahora nos la presentan en formato escénico, y musical. Y, debo decir que, no siendo un gran amante de los musicales, este espectáculo me ha resultado certero y profundo, muy fiel al texto original, salvando siempre las dificultades que nos encontramos habitualmente en cualquier adaptación de un género narrativo a uno dramatúrgico. Pero sigue con rigurosidad las acciones que la autora le hizo pasar a la protagonista, Sira Quiroga, interpretada por Alba Cuartero, actriz, cantante y pianista, que se ajusta perfectamente al traje, y nunca mejor dicho, del personaje. 

300 cambios de vestuario

Diecisiete son los intérpretes que intervienen en este montaje y, además, de una gran calidad vocal e interpretativa. Como curiosidad, destacar que los trajes y demás elementos de vestuario son de la época, incluso algunos de los uniformes españoles y alemanes son piezas originales. La protagonista realiza 17 cambios de vestuario, en algunos casos en menos de 10 segundos, que está confeccionado por Lorenzo Caprile, y que ella permanece sobre el escenario 2 horas y 20 minutos de las 2 horas y 30 minutos que dura la obra. En general, se realizan cerca de 300 cambios de vestuario. Algunos actores llegan a realizar hasta trece cambios que se llevan a cabo en menos de veinte segundos. 

Por supuesto, se mantienen en ese nivel de calidad, la escenografía, y la composición musical, de Iván Macías, junto con una dirección de Federico Barrios que llena de verismo el sentido emocional y argumental de los personajes en el que convergen tiempo y deseos, trabajo e intriga, música, voz cantada, coreografías, ritmo, dramatismo y tensión.

Ficción y realidad

La historia de María Dueñas nos sitúa en tiempos no tan lejanos. Abriendo caminos de situaciones vividas, pretendiendo que el espectador se implique, no solo en la forma, un musical, sino en las circunstancias adversas de un periodo de posguerra de alianzas y espionajes, de amor y miedo, de glamour y riesgo. 

No es un musical estilo Broadway, es un musical con sabor y reminiscencias más nuestras. Personajes ficticios y personajes reales encajados perfectamente en una trama de intriga donde lo que se trata, en definitiva, es encontrar el lugar que le corresponde a cada uno en el mundo. Sira Quiroga estará resuelta a conseguir que la alta costura no sea solamente frívola, sino el medio para que la historia no quede descosida.