Este martes comienza en Cannes la 77ª edición de su festival de cine. Y lo hace bajo la conmoción causada por la publicación ayer, en la edición francesa de la revista Elle, del testimonio de nueve mujeres que acusan a Alain Sarde, uno de los grandes productores del cine francés contemporáneo, de abusos sexuales y violación.
El nombre Sarde de 72 años, un mito de la industria del cine detrás de más de 200 películas, era sinónimo de calidad. Medio centenar de ellas han pasado por la sección oficial de Cannes, entre ellas Mulholland Drive, de David Lynch, o El pianista, Palma de Oro de 2002 dirigida por Roman Polanski –que hoy precisamente ha ganado una demanda por acusaciones de naturaleza sexual–. Antes de retirarse progresivamente a lo largo de la segunda década del siglo XXI, Sarde fue incluso objeto de su propia retrospectiva en la Cinemateca Francesa.
"Es su palabra contra la tuya"
La actriz Annelise Hesme abre el reportaje de Elle. En 2001, cuando tenía 24 años, acudió a una cita que le habían concertado con Sarde. Ella pensaba que se trataba de una reunión profesional. Al llegar el productor le esperaba recostado en un sillón para explicarle que organizaba cenas con actores, directores, y distribuidores "y que le gustaba tener a mujeres bonitas e ingeniosas como ella en la mesa", explica la revista. "Me di cuenta de que me había ofrecido un trabajo de acompañante. Me sentí sucia, me costaba respirar. Me arrastré hasta la puerta intentando que no me viera el culo", recuerda Hesme, mientras el productor le gritaba. En aquella época no se planteaban denuncias por conductas de este tipo, pero su representante despejó cualquier duda al respecto: "Escucha, es el mayor productor de París. Es su palabra contra la tuya. Acabas de empezar en esto; si quieres que se termine, ve a la policía".
El otro testimonio con nombre y apellido incluido en el reportaje de Elle es el de la actriz Laurence Côte. Ganadora del César a mejor actriz revelación en 1997 por su papel en Los ladrones (1996), película de André Téchiné –también acusado en los últimos tiempos de acoso sexual– producida por Sarde, fue convocada por el productor para una reunión supuestamente profesional que pronto derivó en otra cosa. Tras rechazarle, nunca más volvieron a llamarla. "No volví a actuar en ninguna de sus películas. Pensé que llegaría a alguna parte con un César. Pero no era seductora, no sabía nadar entre tiburones. Eso me escamó mucho. Me alejé del cine. Seguí filmando, pero muy poco", reconoce casi tres décadas después. "Las actrices no éramos más que carne fresca. Los productores tenían sobre nosotras un poder de vida o muerte. Con un chasquido de dedos, podían elegir quién protagonizaba una película o quién desaparecía".
El resto de testimonios incluidos en el artículo son anónimos. Una mujer que trabajó en varias series de televisión entre 1990 y 2000, asegura que Sarde la violó en 1985 cuando tenía 15 años. Otra muy conocida actriz también cuenta que sufrió un ataque por parte de Sarde. De momento, ninguna de las acusaciones se ha sustanciado en denuncia ante las autoridades.
Un festival "sin polémicas"
En una rueda de prensa celebrada ayer, en la víspera de la inauguración del Festival de Cannes, Thierry Frémaux, director del certamen, deseaba un festival "sin polémicas" y evitaba responder sobre informaciones como la de Elle y otros medios franceses que advertían de la inminente publicación de nuevas acusaciones de violencia sexual en el mundo del cine. Mientras, la presidenta del festival, la alemana Iris Knobloch, reconocía este martes en un encuentro con los medios recogido por Efe que el certamen no cuenta con un plan para enfrentarse a una crisis reputacional provocada por estas u otras revelaciones.
Desde hace días circula una lista de diez nombres de directores, productores o actores franceses que estarían implicados en casos de abusos sexuales. Algunos de ellos deberían estar estos días en Cannes para presentar sus últimos trabajos.
Coincidiendo con la apertura del festival, el diario Le Monde ha publicado una tribuna firmada por un centenar de personalidades del mundo del cine, encabezadas por actrices como Juliette Binoche o Isabelle Adjani, en la que se condenan la inacción de las autoridades francesas ante las denuncias de abusos sexuales en la industria del cine en Francia. "¿Nos escuchan de verdad?", se preguntan las firmantes, entre las que figuran intérpretes que han denunciado ser víctimas, como Judith Godrèche, cuyo activismo provocó que la Asamblea Nacional creara una comisión de investigación y que mañana presentará un corto en Cannes titulado Moi, aussi' (Yo también) sobre violencia sexual. En su manifiesto piden "una ley integral" contra ese tipo de violencia y exigen la salida del presidente del Centro Nacional del Cine (CNC), Dominique Boutonnat, acusado de agresiones sexuales.
Durante años, Francia ha sido considerado una suerte de santuario para algunos hombres acusados de conductas inapropiadas. Recientemente, las denuncias contra el actor Gérard Depardieu han merecido reacciones ambivalentes.
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