'Descarados': por ser vos quien sois

Una versión muy española de Santiago Sánchez de Clacson, trombette e pernacchi’, de Dario Fo y Franca Rame: L'Om-Imprebis y Olympia Metropolitana se unen para poner en escena una de las obras más delirantes del nobel italiano. Descarados. La incontinencia está servida en esta comedia divertida de actualidad y sátira. Porque se dibuja un panorama de diferentes estamentos, políticos, sociales, jurídicos, personales, con altas dosis de intranquilidad para los personajes y de solaz para los espectadores. 

El deseo es que se pudiera hacer parodia de cualquier estamento o personaje público que se lo mereciera, es decir, que no cumpla bien sus cometidos y abuse de su estatus, de su poder, de sus prebendas concedidas por ser vos quien sois.

Cansado estoy de oír en todos los medios de comunicación el adjetivo emérito, cuando, según la RAE, el emérito mantiene sus honores y alguna de sus funciones. Sus honores, ¿que son? Y, desde luego, ninguna de sus funciones. Pero solo Dario Fo y Franca Rame se atreven a morder de forma escurridiza a un personaje que da para muchas más historias. 

Mordaz sin hacer daño

Descaradamente, sin que la hipnosis haga mella en el cerebro de las convenciones. Pero, en vez de darle tensión o hacer crítica mordaz, lo enjugan con humor, situaciones disparatadas, juego escénico, al modo de los grandes comediantes latinos y griegos. 

Es una ilusión teatral creadora de desatinos, desordenando el mensaje para que este sea claro para miopes sin sentido de la ironía. 

Es una trampa en la que nos gusta caer. Pero nuestro morbo y curiosidad agradecen que, de vez en cuando, se ponga en entredicho lo habitualmente establecido y lo que nos quieran contar los medios de comunicación. 

Juan Gea hace un doble personaje vital que consigue subir la temperatura cómica de la puesta en escena. Y los demás, Lola Moltó, Rafa Alarcón, Carles Montoliu, Marta Chiner, Carles Castillo y Víctor Lucas, no le van a la zaga en papeles que descubren la propiedad de personajes materializados en una trama fresca y descarada. 

Autores, director, intérpretes, muestran que el teatro es un ente vivo, de sentimientos, pero también de ideas, con mensajes que nos hagan reír, pero también cuestionarnos qué nos están ofreciendo desde las altas instancias gubernamentales, políticas, comunicativas, reescribiendo el significado de lo intocable o de lo socialmente correcto. 

Darío Fo y Franca Rame, Descarados, y que no nos falten nunca.