Niña Pastori recibe en un hotel de gran lujo de Madrid. Trae un numeroso séquito, propio de otros tiempos, cuando la música era un negocio tangible que no precisaba de complejas monetizaciones online para seguir a flote. Pero si alguien lo merece es ella. Después de casi 30 años haciendo música –aquel "Tú me camelas" inaugural, auspiciado por Paco Ortega y Alejandro Sanz, se publicó en 1995– y más de dos millones de discos vendidos, es una de las artistas más reconocibles del flamenco. Moviéndose con calma y sin complejos en la difícil frontera con el pop, pero poniendo de acuerdo, a base de hondura y sentimiento, al gran público y a los que saben de cante.

Aunque pocas horas después tendrá lugar el primer show de Taylor Swift en el Santiago Bernabéu, ella no estará en la grada. “Estoy hasta arriba de cosas, me están esperando en el estudio así", y hace una expresiva mueca apretando los puños, representando el anhelo desesperado del equipo de grabación. "Ya no me puedo escapar. Pero me hubiese encantado. Tiene que ser algo gordo, ¿no? ¡Taylor Swift! Como no la forme es pa' cogerla y matarla!”.

La artista gaditana aprovecha su estancia en la capital para convocar a los medios con un doble motivo: la presentación del segundo tramo de su gira Camino, que volverá a arrancar el próximo 4 de julio en Valencia, y la publicación este jueves de un EP, Nunca me fui, recuerdo del disco que grabó con Lila Downs y Soledad hace ahora diez años. “De recordatorio, como las vacunas”, bromea nada más sentarse a una mesa del Hotel Santo Mauro con El Independiente.

En 2014, la cantante española se juntó con Soledad, diva del folclore argentino, y Lila Downs, una de las voces más profundas y personales de la música mexicana. Grabaron Raíz, un trabajo donde jugaban con sus respectivos repertorios y con algunos clásicos del cancionero iberoamericano. Ganaron el Grammy Latino al Mejor Álbum Folclórico. 

“La discográfica nos propuso unir nuestras tres raíces, Argentina, México y España, y ver qué pasaba. Y pasaron cosas muy bonitas, la verdad. Y muy interesantes. Somos muy distintas pero tenemos muchas cosas que rítmicamente nos unen y que tienen mucho parecido y mucho en común. Nos conocimos, empezamos a trabajar al principio en la distancia y después nos reunimos en México y creo que hicimos un disco súper bonito, muy chulo. Nos dieron nuestro Grammy, sonó mucho, se vendió muy bien y fue algo muy especial. Han pasado 10 años y nos dijeron, oye, ¿os apetece hacer algo? Por las fechas estábamos todas muy ocupadas, coincidió que las tres sacábamos disco, con mucho lío de todo, y era como imposible. Así que hemos hecho un EP". La cumbia "Tan bonita" es el primer single.

Raíz: el reencuentro

El formato de corta duración, cinco canciones, es resultado de sus agendas apretadas, hacer de la necesidad virtud. Pero también sintoniza con los nuevos tiempos de la música, que la mayoría ya no escucha, escuchamos, en álbumes, sino en playlist de canciones mezcladas y concatenadas. Niña Pastori está contenta con la fórmula. “A mí el invento este del EP me encanta, porque los discos son muy largos, muy pesados y ya no nos aguantamos ni nosotros mismos. Un disco es para gente muy muy muy fan a la que todo lo que hagas le parecerá poco. Pero por lo general hay muy poca paciencia. Un mismo concepto, una misma línea y diez o doce canciones es una barbaridad, además de muy agotador y mucho trabajo. Y esta manera de ir haciendo canciones, y luego a lo mejor juntarlas, está muy bien. No es más fácil, no me gusta utilizar esa palabra porque fácil no es nada, una estrofa, un estribillo ya son complicados, pero sí que es más llevadero de hacer”.

Así que diez años después, de nuevo, preproducción en la distancia, elección previa del repertorio y reunión en la cumbre en Miami de estas tres mujeres, “a piñón”, diez días metidas en el estudio “dándole duro” para sacar el proyecto adelante en un reencuentro que ha sido, asegura, “muy bonito. En este tiempo nos han pasado cosas, algunas se han movido de sitio a nivel personal, pero las tres estábamos con el mismo espíritu, la misma intención y las mismas ganas”.

Comunión y canción

Niña Pastori espera que este reencuentro les brinde la ocasión de hacer lo que no pudieron hace diez años: una pequeña gira conjunta. Pero “somos tres y nos es fácil juntarnos. A ver si por lo menos podemos hacer unas presentaciones bonitas en algunos sitios importantes”. Y así reeditar momentos como el vivido el verano pasado, cuando María actuaba mano a mano con Lila Downs en las Noches del Botánico, en Madrid. “Sole vino a vernos, fue una sorpresa, e improvisamos las tres "La raíz de mi tierra", que salió como single de aquel disco. Fue muy emocionante”.

Niña Pastori en los jardines del Hotel Santo Mauro, durante su encuentro con 'El Independiente'.
Niña Pastori en los jardines del Hotel Santo Mauro, durante su encuentro con 'El Independiente'. | Israel Cánovas

Las tres artistas tienen mucho en común: la raíz folclórica, el idioma, una cultura compartida. Pero la diversidad de colores de voz, de formas de interpretar e incluso de acentos exige un trabajo riguroso de adaptación mutua para que el resultado no sea un guirigay. “Hay momentos muy complicados. Parecen chorradas, pero solamente por el acento es difícil encajar la métrica en la pronunciación. Yo les digo, no me den muchas palabras raras de los pueblos de ustedes, ¿eh?, que me lío y luego no sé decirlo", confiesa entre risas.

Para sus compañeras americanas solo tiene buenas palabras. "Las admiro mucho y aprendo mucho de ellas. Lila es una artista única, tiene una forma de interpretar y de hacer muy especial. Y Sole es maravillosa, tiene una voz muy bonita, muy personal, y también tiene mucha fuerza. Es una tía muy profesional, capaz de abarcar mucho y muy bien, porque hay gente que quiere abarcar mucho y después no hace ná. Y tú dices, ¿pa' qué quieres tanto si luego no vale ná lo que haces? Pero Sole sí, abarca y puede".