Quien deambula por las calles de Santiago de Compostela lo hace por una ciudad dormida. Una ciudad que, con sus secretos y misterios, espera ser despertada. Un tapiz de historia, espiritualidad y arte en cada rincón, que debe su nombre a una figura, a un apóstol, que abraza a toda una nación.

Da Vinci lo pintó a la izquierda de Jesús, separado del hijo de Dios por el dedo acusador de Tomás. Herodes Agripa I, rey de Judea, lo decapitó. Ochocientos años más tarde, el rey de Asturias, Alfonso II, ordenó la construcción de una iglesia sobre su tumba, pues esta había empezado a brillar. El campo de las estrellas arropó a feligreses y divinos. Sobre el sepulcro de Santiago de Zebedeo se erigió la gótico-románica catedral de Santiago de Compostela en honor al Santo, el patrón de España.

El 25 de julio conmemora el martirio del Apóstol que, de caer en domingo, convertiría 2024 en un Año Santo. No será hasta 2027 que el Día de Santiago vuelva a coincidir con el Día del Señor, santificando un año en que seguro el Camino estará aún más poblado de personas de lo que viene estándolo en las últimas décadas. Solo en 2023 ganaron la compostelana 438.307 peregrinos, cifra récord que este año promete superarse.

El Camino de Santiago

El descubrimiento de la tumba del Apóstol cambió el rumbo de una vía romana convirtiéndola en un lugar de culto al que empezaron a llegar peregrinos de toda Europa. Partiendo de los Pirineos occidentales, el Camino de Santiago, que recorre España hasta llegar a la capital gallega, es la principal ruta peregrina cristiana. A la vía clásica, el Camino Francés, se suman las variantes alternativas: el Camino del Norte, especialmente popular en verano, el Portugués, el Primitivo o el Inglés.

Frente a la Catedral se encuentra la Plaza del Obradoiro, meta donde todos los penitentes celebran el éxito de su recorrido. Una amalgama de personas que diariamente ríen, lloran y celebran la vida de Santiago el Mayor.

El arte de la Catedral

El Códice Calixtino, un manuscrito iluminado del siglo XII, reúne los sermones, himnos, milagros, textos litúrgicos y piezas musicales relacionados con el Apóstol Santiago. Su quinto libro, a medio camino entre la guía y el panfleto turístico, aconseja a los peregrinos dispuestos a realizar el Camino, ofreciendo descripciones de las rutas y de las obras de arte.

Y es que el arte es un elemento fundamental de la experiencia compostelana. La fachada principal de la Catedral, concluida en 1750, aporta una riqueza decorativa e iconográfica estampada en miles de postales de la ciudad. Su exterior es magnífico, pero es su interior el que guarda el corazón que anima a millones de visitantes a pasar cada año por la capital gallega.

La tumba del apostol es motivo de visita. Los restos de Santiago el Mayor se custodian en una urna en la catedral compostelana, bajo un nicho subterráneo accesible por una estrecha escalera en el interior de la Catedral. La suave luz de las velas impregna la cripta de un ambiente de paz y santidad.

Sobre ella se erige el propio Santiago en su papel de peregrino: con su bastón y su sombrero. Su figura acoge a todos aquellos que han llegado al final de su viaje espiritual. Su legado inspira fe y esperanza en todos los que lo visitan. El Día de Santiago, suspendido en el tiempo, da lugar a lo divino y a lo terrenal.