El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco ha ampliado recientemente la lista de sitios reconocidos con 24 nuevos lugares emblemáticos, entre los cuales figuran cuatro espacios naturales. De este modo, cuenta ya con 231 espacios naturales protegidos y un total de 1.233 ubicaciones con el distintivo de Patrimonio Mundial.

La designación de estos lugares como Patrimonio Mundial de la Unesco sirve para reconocer su importancia global pero también para fomentar la cooperación internacional para su preservación.

Entre los paisajes naturales más destacados se encuentran la cadena montañosa de los Dolomitas en Italia, el sistema de lagos de Kenia en el Gran Valle del Rift y los Parques Nacionales de Doñana y el Teide en España. 

Turquía, Arabia Saudí y Brasil también albergan importantes espacios naturales, como la Capadocia, el Golfo de Aqaba y las Cataratas del Iguazú, respectivamente, que ya han sido reconocidos por la Unesco o están en proceso de serlo.

En el caso de Turquía, son dos los espacios naturales reconocidos por la organización: por un lado el Parque Nacional de Göreme y los Sitios Rupestres de Capadocia y, por otro, Pamukkale junto con Hierápolis.

Situada en el centro de Turquía, Capadocia es famosa por sus formaciones geológicas únicas, conocidas como "chimeneas de hadas". Estas estructuras de roca volcánica erosionada han creado un paisaje que parece de otro planeta. Además, la región alberga antiguas iglesias, ciudades subterráneas y casas cueva, estructuras excavadas en la roca que aún están habitadas hoy en día. 

Pamukkale, cuyo nombre significa "castillo de algodón" en turco, es otro sitio natural de renombre. Las terrazas blancas de travertino crean una serie de piscinas naturales escalonadas. Estas aguas termales han sido utilizadas desde la época romana para sus propiedades curativas.

Arabia Saudí, que recibió más de 27 millones de turistas el año pasado, también cuenta con destacados ecosistemas marinos que están ganando reconocimiento mundial.

Los arrecifes de coral del Golfo de Aqaba y el Mar Rojo son un paraíso submarino, por su biodiversidad y su belleza. Estos arrecifes se extienden a lo largo de la costa oeste de Arabia Saudí, ofreciendo un hábitat vital para miles de especies marinas. Entre estas especies se encuentran los corales del Mar Rojo, particularmente resistentes a los cambios de temperatura, una ventaja significativa frente al blanqueamiento de corales que afecta a otras partes del mundo. 

Por ello, estos arrecifes se han convertido en un foco de investigación para comprender y mitigar los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos. Ejemplo de ello es el grupo de investigación de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, que trata de identificar corales resistentes al calor para cruzarlos con poblaciones de otros lugares y aumentar con ello su tolerancia a las altas temperaturas.

Por su parte, Brasil alberga algunos de los ecosistemas más importantes del planeta, como la Amazonia y el Pantanal, el humedal más grande del mundo y hogar de más de 4,700 especies de plantas y animales. 

La Amazonia Central es considerada una de las áreas más biodiversas del mundo, ya que alberga aproximadamente 16.000 especies de árboles y representa el hábitat de alrededor de un tercio de las especies conocidas de la Tierra, incluidos jaguares, perezosos y delfines rosados. Además, entre los parajes más famosos internacionalmente se encuentra el Parque Nacional de Iguazú, compartido con Argentina, que destaca por su espectacular conjunto de cascadas, con más de 270 saltos de agua.