La polémica del colorete lavanda: cuando un producto de maquillaje desata un debate sobre racismo

El colorete líquido es una de las tendencias más populares del momento en el mundo del maquillaje y, por tanto, cada mes sale un nuevo producto que pretende barrer a la competencia. Era, sin ninguna duda, la intención de YSL Beauté cuando sacó con el final del verano su "Make Me Blush" por 40 euros. Un producto de mejillas que ofrecen en seis colores para lucir un "ligero rubor de aspecto saludable" que aseguran ser universales. Se puede apreciar, de hecho, en las fotos promocionales que tres tonalidades diferentes de piel los lucen.

Hasta ahí todo bien, porque si hay una industria que se ha enfocado en los últimos años en la inclusividad, es la de la belleza. No han tenido más remedio: firmas como Fenty Beauty, de Rihanna, han marcado los nuevos mínimos a la hora de sacar productos que valgan para todos los tipos de piel. Además, en la era de las redes sociales, donde todo el mundo tiene una voz y una influencia, varias firmas se han visto obligadas a rectificar e incluso pedir perdón porque no incluyen tonos suficientes. Uno de los casos más recientes fue el de Rhode, la marca de Hailey Bieber, en donde la propia empresaria se puso en contacto con una creadora de contenido para contar con su orientación.

Así se hizo viral el colorete lavanda de YSL

Pero, para sorpresa de expertos de belleza, el colorete que ha lanzado Yves Saint Laurent no es lo que parecía. Uno de los seis tonos es un delicado tono color lavanda muy suave. Un tono muy popular en el mercado asiático, tal y como desvela Alexis Androulakis, creadora de contenido sobre maquillaje que tiene experiencia como desarrolladora de producto. Su perfil, conocido como The Lipstick Lesbians, ha sido uno de los que ha analizado con más detalle el escándalo que comenzó con los vídeos de la influencer de maquillaje Golloria George.

Golloria es una creadora de contenido con casi 700.000 seguidores en Instagram y 2.5 millones en Tik Tok cuyo contenido se basa en comprobar el rango de inclusividad de los productos de moda. Fue, de hecho, quien criticó a la marca de Hailey Bieber y recibió la atención y el interés por parte de la firma para corregir sus errores. Es refugiada de Sudán del Sur y, en una reciente entrevista, aseguraba que "existir en el espacio de la belleza como mujer de piel oscura es agotador e innecesariamente violento".

Por eso cuando el pasado 17 de septiembre publicó un vídeo enseñando los seis colores de YSL Beauté, sus seguidores esperaban su opinión negativa. Al ser una mujer de piel muy oscura ninguno de los productos le quedaba bien. "Si haces zoom todos tienen una base blanca así que ninguno va a funcionar en una piel tan oscura como la mía", comentó. "Mandadlo de vuelta al laboratorio", reclamó Golloria.

"La inclusividad va en dos direcciones"

Los comentarios se llenaron de odio hacia ella, reclamando que no todo tenía que estar hecho para una piel tan oscura como la suya. De hecho, al comprobar las respuestas que tanto Golloria como otras creadoras de contenido de piel oscura, el mensaje que más se repite es "la inclusividad va en dos direcciones". Porque prácticamente nadie ha aprobado el tono lavanda de la gama. Solo algunos creadores de piel muy clara, o incluso albinos como Oceanne Comtois o Fleur Albino le dieron el visto bueno.

E incluso Oceanne vio cómo su vídeo se llenaba de opiniones desagradables e hirientes hacia creadores como Golloria. Quiso dejarlo claro: "No quiero participar, dar voz o apoyar a los comentarios terriblemente racistas o retrógrados que se han dejado en mi perfil dedicados hacia Golloria u otros creadores". "Cuando solo un par de colores funcionan para cierta cantidad de gente eso quiere decir que no son colores universales", añadía.

Otros creadores como es el caso de Monica Ravichandran, de ascendencia india, explicaron en diferentes tonos de piel cuándo funcionaría y por qué a ella no le valía. Sobre todo, explicaba que el problema no es que el ya infame colorete lavanda de YSL no funcione en su tez tostada o en la oscura de Golloria. Es que haya sido presentada como que valía para todo el mundo.

En un comunicado publicado por The Bussiness of Beauty, YSL ha asegurado que la respuesta del público es 'clave' durante el proceso de de desarrollo de los nuevos proyectos. Además, alegan estar 'activamente escuchando las necesidades y las opiniones de sus consumidores'". Por lo tanto, se espera que la propia marca de un paso atrás para sustituir o mejorar la fórmula de este producto.

"Una muestra de cómo de rota está la industria"

Alexis Androulakis, con su experiencia en el sector, ha hecho quizás uno de los vídeos más críticos y elocuentes contra la marca. Primero ha enseñado otros productos de la misma gama de colores de su propia colección. Así demuestra que el tono lavanda en un colorete sí tiene su público y es, probablemente, el asiático, donde ahora está muy de moda ese tono. Después ha explicado cómo funciona la industria para desarrollar una fórmula cosmética y que falle de manera tan estrepitosa.

"Este producto es una muestra de cómo de rota, desconectada y anticuada está la industria por dentro y por fuera", comienza diciendo. Según explica, el problema no es que el colorete exista. Sino que parte de la promoción implicaba que este tono lavanda iba a funcionar en las pieles con más melanina cuando no es cierto. Lo llama incluso "luz de gas" a las mujeres negras, porque para que las fotografías promocionales de tez oscura se tomaran tuvo que usarse otro producto.

"Los desarrolladores, la producción y los vendedores tuvieron una oportunidad de hablar", comenta, haciendo referencia a todos los pasos de la creación. Los químicos que trabajaron en el laboratorio, a quienes lo produjeron en cadena y a quienes realizaron las imágenes promocionales. También a los responsables de marketing e incluso a los profesionales que adquieren un producto para las grandes superficies. Como no lo hicieron "es un fallo colectivo", asegura.