Esta noche los tonos anaranjados, púrpuras y oscuros teñirán las calles y los edificios por una tradición que hace tiempo dejó de ser celta para volverse, poco a poco, más universal (aunque dominada casi en su totalidad por Estados Unidos). No será sorpresa para nadie ver a pequeños monstruitos danzando por las calles de su localidad: niños disfrazados de hombres lobo, vampiros o figuras literarias como el monstruo de Frankenstein. Al fin y al cabo, hoy se celebra Halloween.

En la víspera de Todos los Santos, muchas comunidades católicas denuncian el paganismo de esta tradición, que se aleja de la raíz cristiana de la festividad del 1 de noviembre para celebrar una noche en la que el miedo, el terror y las brujas son los protagonistas.

Por ello, algunos colegios católicos apuestan por celebrar, en su defecto, Holywins, una alternativa a la noche del terror en la que poder acercar los valores cristianos a los más pequeños. La elección de este nombre no es casual. Traducido como "la Santidad vence", su fonética recuerda a la fiesta que tratan de reemplazar o, al menos, complementar.

Francisco Javier, profesor de religión en el Highlands School de Sevilla, explica a El Independiente que Halloween "desvía la atención de los jóvenes católicos de nuestra sociedad" y que, como institución, su colegio está centrado en que los alumnos "le den más importancia a la fiesta de Todos los Santos".

Holywins en las aulas

Así, para celebrar Holywins, colegios cristianos y comunidades parroquiales realizan diferentes actividades centradas en el ensalzamiento de la figura de los santos a los que honrar el primero de noviembre. "Esto no es una guerra contra Halloween, es una celebración auténtica de Todos los Santos, que se está perdiendo", justifica Araceli Pou, responsable pastoral en Infantil y Primaria del Colegio Real Monasterio de Santa Isabel en Barcelona.

Lo que buscan es que los niños tengan la vida de los santos más presente. Hoy en día, "no hace falta hacer cosas heroicas para ser una santidad, sino que hay figuras mucho más cercanas, como puede ser Carlo Acutis", explica Pou. Entre las distintas actividades la más extendida es la de disfrazar a los más pequeños como un santo de su elección. De esta manera, el niño aprende un poquito más sobre la figura a la que representa, aunque cada colegio hace la celebración un poco suya.

"Desde hace más de 15 años, en nuestro colegio realizamos una actividad que consiste en preparar con los alumnos de tercer ciclo de primaria teatros basados en las vidas de los santos para, más tarde, representarlos frente a los más pequeños", explica Javier. Con esto, se pretende que los alumnos "se impregnen de los valores cristianos de aquellos que lograron llegar al cielo" para, una vez hayan conocido sus historias, "las pongan en práctica".

Desfiles de santos

Por su parte, en el colegio de Pou tratan de hacer la festividad "atractiva y alegre", con desfiles de santos y "photocalls del Cielo en donde poder hacerse fotos". "En clase se trabaja la vida de un Santo para conocerla, y que los alumnos encuentren sus propias virtudes con los que acercarse a su santidad; o, también, hacemos entrega de los patronos de cada clase, para que proteja el aula durante todo el año". Esto sin olvidar la tradición catalana de tomar panellets y castañas, pues "trabajamos las tradiciones, y estas hay que conservarlas".

Otros colegios, como el Everest School Monteclaro de Madrid, celebran Holywins con las alumnas de primaria decorando varias aulas como si del cielo se tratase, utilizando incluso humo y efectos visuales con los que generar un espacio especial en el que, más tarde, un alumno disfrazado de San Pedro formulará los nombres de otros niños para simular que "entran en el cielo".

Holywins en el mundo

La celebración de esta alternativa para Halloween nació en la diócesis de París en 2002, aunque fue en Italia, cinco años después, dónde se le bautizó con el nombre con el que ahora se le conoce. Desde 2009, Holywins está presente en suelo español después de que la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid) la incluyera en su misa por la víspera de Todos los Santos. Para ellos, Halloween es el culto a la muerte, mientras que lo propiamente cristiano es celebrar el culto a la vida.

La misma sede madrileña que acogió la festividad por primera vez sigue celebrando a día de hoy actividades por la misma. Así, se espera que esta tarde, en el Patio de Armas del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, los más pequeños disfruten de juegos y de una merienda familiar, pudiendo disfrazarse de un santo si así lo desean para, después, asistir a la oración correspondiente. Otras diócesis, como la de Pamplona, tendrán una charla previa a una paella con la que cenar en armonía.

Esta tradición cobra cada año más fuerza y está presente en diferentes países en los que el catolicismo es la religión predominante. La conferencia episcopal británica, por ejemplo, anima a que los cristianos enciendan una luz blanca en su ventana y vestir del mismo color, para mostrar que son "seguidores de Jesucristo" y reivindicar el sentido religioso de la fiesta.

Así, comunidades cristianas de reúnen ante una celebración que no es más que la extensión de la marcada. Una fiesta "para todos los públicos", alejada de las vísceras, la sangre y lo grotesco de Halloween. El eslogan de Holywins para Italia de este año lo resume perfectamente: los santos vuelven para reclamar lo que es suyo.