Desde mucho antes de que la muerte de la madre de Bambi traumatizara a millones de niños en todo el mundo, los guionistas saben que el sufrimiento de un adorable animal es uno de los más eficaces desencadenantes emocionales que pueden verse en una pantalla. Kevin Costner abusó de este truco –y de nuestros sentimientos– en Bailando con lobos (1990), cuando unos yanquis sin escrúpulos matan a tiros a Calcetines, el precioso lobo con el que su protagonista había hecho amistad en el paisaje subyugante de las grandes praderas. Y cuando la historia real del japonés perro Hachiko, que durante 10 años fue a buscar diariamente a la estación a su amo muerto, fue llevada al cine, no solo puso de moda la raza akita sino que hizo llorar a todo aquel que vio la película protagonizada por Richard Gere.
Lo cierto es que hoy que el perro es uno más de la familia, muchos espectadores no están dispuestos a ver sufrir en el cine o en su serie favorita a una mascota que podría ser la suya.
La hermana de un desarrollador de software de Dallas, John Whipple, no podía soportar que los guionistas recurrieran a este truco narrativo para manipular sus emociones. John pensó que era algo que podía molestar a otras personas y por eso en 2011 decidió crear una web que alertara de ello: ¿muere el perro en la película? Desde entonces, doesthedogdie.com protege la sensibilidad de aquellos usuarios que prefieren un spoiler que pasarlo mal de manera gratuita e inesperada. "Ver una película o leer un libro no tiene por que ser una experiencia terrible o debilitante", ha explicado su creador en más de una ocasión.
El sitio empezó con esa sencilla misión: emitir advertencias sobre la muerte de perros en las películas. Había quien había sufrido recientemente la pérdida de su mascota. A otros, simplemente, les parecía un recurso gratuito que preferían evitar. Pero con el tiempo el proyecto ha crecido en ambición.
Protegerse de lo perturbador
John y su hermana empezaron a introducir datos de las películas que habían visto, limitándose a especificar si en ellas moría un perro o no. Pero el concepto de la web creció rápidamente. Pronto, la gente pidió introducir avisos equivalentes sobre gatos o caballos. "Recibíamos tantas peticiones que nos dimos cuenta de que no podíamos hacerlo solos", asegura su creador. Así que permitieron que la plataforma fuera enriquecida por los propios usuarios. Que enseguida les sugirieron que Does the Dog Die se ampliara a otro tipo de advertencias. Había una demanda real de aquellas personas que querían protegerse de contenido potencialmente perturbador.
Siguiendo las peticiones del público, Whipple fue incluyendo nuevas categorías que merecían una advertencia previa. Asuntos tan diversos como un final triste, la presencia de arañas, la muerte de un niño, una violación, un aborto espontáneo, un intento de suicidio o quemar vivo a alguien. Normalmente se trata de situaciones que la gente ha vivido y no quieren recordar, aunque sea en forma de ficción. La cantidad de activadores negativos que puede haber en un producto de entretenimiento es infinita. Cosas que para la mayoría no son mayor problema, para alguien pueden suponer una sorpresa desagradable, si no traumática.
Mantener la cordura
Cuando un usuario quiere elegir qué ver o leer, puede buscar por título o por el asunto sensible que quiere evitar. La ficha de cada película recoge aquellas categorías en las que ha dado positivo, por cuántos votos y mensajes de los usuarios detallando el qué y el cuándo. Si alguien desea que Does the Dog Die añada alguna categoría, puede sugerirla en la plataforma. Las peticiones en ese sentido han crecido exponencialmente. En 2014 apenas llegaron a 100; actualmente rondan las 700 anuales. El número de categorías abiertas está en torno a las 200, y las calificaciones recibidas superan con creces los 10 millones.
Si alguien ha perdido a un ser querido en un accidente de tráfico, lo último que desea es volver a revivir la experiencia a través del cine, ejemplifica Whipple en un post publicado en Medium. "Lo cierto es que a todos nos pasan cosas terribles y hacemos lo que podemos para sobrellevarlo. Los usuarios de Does the Dog Die sólo intentan mantener la cordura. De hecho, varios profesionales de la salud mental se han puesto en contacto conmigo para recomendarlo a sus clientes", asegura su fundador sobre un proyecto que "empezó con perros pero acabó ayudando a las personas. Una prueba más de que son el mejor amigo del hombre".
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