Las maquetas son un hobby sencillo. Pieza a pieza montas una figura, ya sea un personaje, un vehículo o una casita que, una vez terminada, admirarás con esa sonrisa tímida que se te queda cuando has completado un trabajo que te ha llevado meses realizar. Y enero es el mes idóneo para empezar a ello.

El año comienza y los quioscos se llenan de posibilidades con las que crear un prototipo a lo largo del 2025. En enero, la primera entrega, con un número limitado de piezas. En febrero, la segunda, con el resto de piezas pero todavía sin ser las suficientes para tener siquiera el casco del legendario villano Darth Vader terminado. Y así sucesivamente, por un precio que apenas roza los 5 euros al mes (ojo, es menos que una suscripción a Netflix). Pero, si nos fijamos en la letra pequeña, vemos el truco: a partir del cuarto número, el precio base irá subiendo un euro y medio por cada entrega.

Los temidos 'precios gancho'

Estos 'precios gancho' son los que denuncia la Asociación Española de Consumidores (ASESCON) en un comunicado de prensa. Precios que, en ocasiones, pueden suponer incrementos del 1.500% en entregas que empiezan a comercializarse por un euro el fascículo para, más tarde, venderse por hasta 15 euros el envío. ASESCON subraya que estas prácticas son "poco lícitas, pero muy comunes", pues aprovechan que el consumidor ha empezado una colección para meterles el sablazo si lo que quieren es terminarla.

La asociación denuncia también el uso en muchos casos de los llamados "precios psicológicos", valores no redondeados para que el producto parezca más económico de lo que en realidad es. Por ello, ASESCON defiende que la variación futura del precio debería ir especificada en el fascículo pues, por lo general, el número de entregas para completar una colección ronda los 50 de media.

Así, desde la organización han insistido que se calcule el precio del producto final sumando el de todos los fascículos porque, en muchos casos, adquirirlo en una tienda especializada podría suponer un ahorro de más del 70%.

Además, es común la retirada del mercado de estas entregas por escasa demanda, lo que se traduce en dinero invertido en un producto que finalmente no estará completo. En cualquier caso, ASESCON ha recordado que la empresa que publica la colección se verá obligada a suministrarla hasta el final a quien lo requiera, solicitando hasta el último ejemplar. Porque un Darth Vader sin su icónica espada láser no es más que un hombre en un traje negro metalizado que probablemente bufe al roncar.