Fernando Velázquez está muy contento. Y no solo por las dos nominaciones a los Goya 2025 que ha merecido su trabajo en dos de los grandes éxitos del cine español del último año: "Show Me", la canción de la película de animación Buffalo Kids, y la banda sonora de La infiltrada. Fernando Velázquez está contento porque se encuentra ultimando los preparativos de Sonarem, un concierto "único" que ha organizado el próximo viernes 24 de enero en el Teatro Real de Madrid a beneficio de los damnificados por la DANA. "Estoy acabando los arreglos y me emociono según los voy escribiendo", confiesa en conversación telefónica con El Independiente.

Conocido por haber compuesto las bandas sonoras de la mayoría de las películas de Juan Antonio Bayona –El orfanato (2007), Lo imposible (2012) o Un monstruo viene a verme (2016), gracias a la cual consiguió su único Goya hasta la fecha–, Velázquez es uno de los valores seguros de la composición para cine y series en nuestro país. También es autor de arreglos orquestales para artistas del pop y el rock. Cosa suya es, por ejemplo, el primer Sinphónico de Raphael, el disco con el que el cantante comenzó a explorar su repertorio en clave orquestal hace ahora diez años. Ha producido música y conciertos para gente tan diversa como Amancio Prada, Leire Martínez, Pasión Vega, o El Drogas. En 2022 ganó un Grammy Latino al mejor arreglo por su trabajo con Jorge Drexler en "El plan maestro".

Ahora, Velázquez ha tirado de su agenda pop para montar Sonarem. En una gala presentada por Anne Igartiburu, artistas como Pasión Vega, Zahara, Nil Moliner, María José Llergo, Rei Ortolá, Ambkor, Leire Martínez –en su puesta de largo como artista en solitario tras su salida de La Oreja de Van Gogh– o Rozalén –cuyo pueblo, Letur, fue uno de los más afectados por la DANA de octubre– reinterpretarán algunos de sus temas emblemáticos en clave sinfónica con el elegante y mesurado toque Velázquez. Son todos los que están, aunque no estén todos los que querrían: "Muchísimos artistas, entre ellos Jorge Drexler, no han podido por problemas de agenda". Respaldándoles, una agrupación excepcional integrada para la ocasión por la Orquesta de la Comunidad de Madrid (ORCAM) y la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (JORCAM).

Por las bandas de Valencia

La recaudación del concierto irá destinada íntegramente a la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana, entidad que representa a más de 500 bandas y sociedades musicales con 47.000 intérpretes, 60.000 alumnos y unos 200.000 socios. Valencia acumula más del 50 por ciento de las agrupaciones musicales de todo el país, muchas de las cuales se vieron afectadas por la DANA. "Han sufrido un destrozo de material enorme en locales, instrumentos, archivos y partituras", explica Velázquez. "Pero al margen de lo que se pueda recaudar, este concierto tiene sobre todo un componente emocional. Queremos hacerles llegar el mensaje de que estamos aquí". 

Y lo van a hacer con lo que su artífice define, citando la conocida canción de Nil Moliner, como "una explosión de euforia y libertad". Una "liada maravillosa por el espíritu y la gente luminosa que hay detrás". Velázquez insiste en que será un espectáculo único. "Es un concierto benéfico, pero es un conciertazo. Estamos armando un espectáculo de primer nivel. Se trata de recaudar a través de algo que tenga valor, que el público sienta que está donde quiere estar. Será creación, emoción y transmisión directa, sin pantallas gigantes ni alarde de luces que despisten. Un itinerario emocional con momentos muy potentes, conexiones con lo que supone superar un desastre como la DANA y la importancia del arte y las canciones para luchar contra la adversidad".

Velázquez no revela muchos detalles del contenido de Sonarem. El valenciano Rei Ortolá interpretará una versión de la canción que ha escrito tras la DANA, "Voces de Valencia". Y su amiga Leire Martínez, "una persona entrañable y un pedazo de artista", reaparecerá tras su salida de La Oreja de Van Gogh, aunque no ofrecerá todavía ninguna pieza del repertorio en solitario que ya está preparando.

Contra el prejuicio hacia lo sinfónico

"Me arde dentro", proclama este músico apasionado al hablar de un recital que, insiste, será "irrepetible". Velázquez está deseando ponerse al frente de la orquesta híbrida de la ORCAM y de la JORCAM que se formará para la ocasión, y está convencido de que el resultado será excelente porque "los jóvenes se vienen muy arriba" cuando tocan con sus mayores.

Fernando Velázquez tiene ya mucha experiencia poniendo la orquesta al servicio del pop. Es el director musical de Ura Bere Bidean, un espectáculo anual en el que destacados artistas interpretan versiones sinfónicas de temas vascos de todos los tiempos acompañados por la Sinfónica y la Sociedad Coral de Bilbao. Las entradas para la próxima edición, que tendrá lugar el 24 y el 25 de octubre en el Bizkaia Arena, se agotaron en cuestión de horas.

"Llevo mucho tiempo haciendo este híbrido de pop y orquesta, que en realidad no es híbrido, porque las dos cosas se mezclan de manera orgánica. Lo que pasa es que tenemos categorías muy duras en la cabeza", asegura. "A veces parece que la música clásica está recluida tras una pared de cristal con un repertorio de artistas muertos con nombres extranjeros. Pero estoy convencido de que si Rossini o Wagner vivieran hoy estarían haciendo canciones".

Hay parte del público que abomina de esos discos sinfónicos que parece que toda estrella del pop está condenada a hacer en algún momento de su carrera. Pero a juicio de Velázquez el problema es que ha habido una malversación del formato. No se trata de meter 30 violines y ya está, como sucede en demasiadas ocasiones. Una práctica que "quema la posibilidad de hacerlo bien desde una perspectiva creativa, no comercial. Si existen las orquestas de 80 músicos es por algo. Son la mejor herramienta posible para hacer todo tipo de música. Hay que quitarse los prejuicios que nos hacen pensar que una orquesta sinfónica no puede hacer rock". Y pone un ejemplo concreto: la versión de Blanco y negro de Barricada que hizo con El Drogas en 2021. "Parece que esa sea la versión original. Se trata de coger una canción que es tuya, porque pertenece a tu vida, y darle una dimensión distinta".

Su mejor año

Todo esto tiene lugar en vísperas de los Goya a los que acude con la ilusión de estar doblemente nominado con dos películas que han sido la segunda y la tercera más vistas de la taquilla española de 2024. El 8 de febrero irá a Granada sin los nervios de otros años, porque además esto de los premios "tiene algo de lotería". "Lo maravilloso es que me da igual", asegura. "Estar de fiesta con Arantxa Echevarría, una mujer maravillosa con una energía desbordante, y el equipo de su película ya es premio suficiente".

Además, Velázquez está nominado en los Premios Feroz por la banda sonora de La Casa. Durante 2024 ha firmado las partituras de series como Invisible, Querer o La última noche en Tremor. "Firmo que todos los años sean así", reconoce un músico que ya se ha emancipado de la etiqueta de ser el compositor de las bandas sonoras de Bayona. Para La sociedad de la nieve, el cineasta contó con el norteamericano Michael Giacchino, pero Velázquez confía en que volverán a colaborar. "Las carreras son así, y no tengo duda de que en el futuro Jota y yo trabajaremos juntos de nuevo".