Valoraba tanto la privacidad como la puntualidad. Tenía 40 años cuando pintó su primer retrato y tuvo a bien elegir personas de su entorno para asegurarse de que no tirarían la toalla ante las maratonianas sesiones que podían durar hasta doce meses.
Lucian Freud fue en vida un hombre para el que "la pintura estaba por encima de cualquier persona", asegura quien fue su asistente, modelo y amigo durante su último cuarto de vida, David Dawson. El también pintor y mayor beneficiario de la herencia de Freud -la vivienda, 3 millones de libras "y una o dos pinturas"-, tras su muerte en 2011, está estos días en Madrid presentando el libro que recopila el 90% de la obra de Freud.
Luces y sombras
Eran finales de los 90 cuando Dawson acababa de graduarse de la universidad y empezó a trabajar como asistente del comercial de Freud. Fue en su estudio de Holland Park donde lo conoció y desde ese momento se quedó prendado de esas pinturas de 7 pies de altura que mostraban la figura de un hombre desnudo, "fue lo más intenso", confiesa.
Nunca fue un hombre, ni artista, al uso. Su férrea disciplina le llevó a pintar ininterrumpidamente hasta dos semanas antes de su muerte. Lo hacía siempre en su estudio donde pintaba todos los días, incluso en navidad, en dos jornadas: un cuadro de día, desde las 8.00 hasta las 13.00 horas, valiéndose de la luz plateada propia de Londres que entraba por una única ventana a un lado de la habitación; y otro de noche, desde las 18.00 hasta la medianoche, bajo el foco de luz eléctrica.
Siempre con el modelo presente, aunque estuviera pintando la parte de detrás del retratado éste tenía que estar, porque según Freud la atmósfera cambiaba.
Aunque nunca escuchaba música mientras pintaba, Freud "tenía un gran sentido del humor y normalmente le gustaba hablar, ver a su retratado en todas sus situaciones y sentimientos posibles", cuenta Dawson. El impulso e instinto fue lo que le llevó a pintar al barón H.H. Thyssen-Bornemisza, gente de la calle, modelos reconocidos, pero nunca por encargo. En este sentido, el acorazado de Lucian Freud "le permitió pintar como él quería, fuera de las reglas del mercado", al menos, hasta los años 80 que es cuando se le vuelve a descubrir.
Existen unos 500 cuadros de Lucian Freud por todo el mundo, si el resultado no era bueno lo destruía
Es entonces cuando la galería Acquavella de Nueva York le empieza a llevar su obra, hecho que le va a dar el salto a convertirse en un artista internacional de gran renombre. Existen unos 500 cuadros de Lucian Freud por todo el mundo --todos ellos vendidos en vida y su último cuadro subastado fue 'Portrait on a White Cover' por 22 millones de libras--, "esto se debe a que era muy exigente con su obra y si el resultado no era bueno lo destruía", cuenta Dawson quien además recuerda cómo en los años 50 una persona en Nueva York quedó tan enfadada con el resultado del retrato que fue, en este caso, él mismo quien lo rompió. Esta peculiaridad hacía que como retratado nunca supieras si el cuadro iba a terminar en buen puerto hasta el octavo o noveno mes.
Uno de sus mayores miedos era que el modelo no resistiera y lo dejara. Esto fue lo que le pasó con la actriz Jerry Hall cuando posó para Freud, no acudió a las dos últimas sesiones y el resultado fue el cuerpo desnudo de Hall con el rostro de Dawson. Lucian entendía que pintar a alguien desnudo mostraba más de esa persona, en este caso de las dos.
Dawson fue el modelo de su último retrato junto a un perro que recibió la última pincelada de Freud
Le gustaba plasmar el paso del tiempo, la individualidad de cada cuerpo y, sin duda, una figura a la que Lucian retrató y aparece en ambos volúmenes es su madre. Aunque siempre pintaba en su estudio y no salía a buscar paisajes, en sus último años Freud encontró en su jardín una inspiración que le llegó a obsesionar y le dejó varios cuadros donde aparece una y otra vez ese rincón natural.
Hasta el día de su muerte, Dawson acompañó al pintor. De hecho fue éste el protagonista del último retrato que Freud esbozó donde se puede ver a su amigo posando con un perro cuya oreja recibiría su última pincelada. En este momento, mientras Dawson posaba, éste hizo una película en la que se puede ver la forma de pintar del artista, cómo se acerca, se aleja, toma perspectivas...
Recopilación de la obra
Siete años después de la muerte del pintor británico y nieto de Sigmund Freud, el director del archivo Lucian Freud, David Dawson, ha querido recopilar la mayor parte de la obra de su amigo en un libro compuesto por dos volúmenes. "El libro te da una idea aproximada de cómo era la vida de Lucian Freud, cuál era la gente de la que se rodeaba y cómo era su día a día", dice Dawson. Publicado en septiembre de este año por la editorial Phaidon, es la recopilación más completa hasta la fecha sobre uno de los mejores pintores del siglo XX y principios del XXI. Ya ha sido presentado en Londres y Nueva York, está en inglés y cuesta 475 euros.
Recoge nada menos que el 90% de la obra de Freud y estuvo "dos años en construcción", asegura su editor Mark Holborn, ya que todas las fotografías de las obras fueron rehechas por el célebre fotógrafo británico John Riddy. La colección incluye algunos dibujos y grabados inéditos de Freud, como el 'Naked Portraid', 2005, además de cartas privadas y textos del escritor y crítico de arte Martin Gayford que dan cuenta de su obra desde una mirada hacia el futuro sobre el legado de Lucian Freud para los artistas venideros.
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