Hace unos días Christie’s, la casa de subastas más prestigiosa del mundo, vendió una pieza de arte por casi 70 millones de dólares: Everydays, the first 5,000 days (Todos los días, los primeros 5.000 días), un collage creado durante 13 años y medio por el artista digital Beeple, que se convirtió en la primera obra de arte en formato NFT subastada por Christie’s.
El collage está formado por cinco mil dibujos, diseños o modelados 3D creados y publicados en las redes sociales de Beeple. Es decir, son imágenes que se podían disfrutar de forma gratuita. Esta subasta ha supuesto una revolución en el mundo tecnológico y artístico debido al uso de tecnología NFT (Non-Fungible Token). La consultora de desarrollo digital española Syntonize, explica en qué consiste esta tecnología.
Los NFTs llevan años demostrando su utilidad en contratos inteligentes, venta de entradas o incluso en el ámbito de los videojuegos. Se trata de un criptoactivo digital no fungible, es decir, único, irreemplazable e indivisible basado en tecnologías Blockchain y Smart Contract.
"En realidad, la obra de Beeple no es un JPEG cualquiera, es un archivo digital cifrado con un código identificador que lo hace único en el mundo", apunta Juan Quintanilla, CEO de Syntonize. "La tecnología NFT con la que se ha creado permite registrar la obra en una red de Blockchain que facilita su identificación como algo único en el mundo".
El NFT ya se venía utilizando desde hace algo más de tres años en cromos digitales, los denominados cryptokitties, llamados así porque en su inicio se trataba de imágenes de gatitos que se podían comprar, intercambiar o vender. Al ser únicos, sus precios alcanzaron cifras desorbitadas.
La tecnología NFT permite registrar la obra en una red de Blockchain que facilita su identificación como algo único en el mundo"
Juan Quintanilla, CEO de Syntonize
Más allá de la trazabilidad del archivo original, el NFT permite incorporar royalties de uso o de reventa para que el artista pueda recibir, igual que lo hacen actores o músicos, incentivos por el negocio que se genera alrededor de sus obras.
"Aunque parezca sorprendente, el mundo digital también tiene un precio, lo hemos visto hace poco con la venta del primer tweet de la historia, lo hemos visto con la subasta de la obra de Beeple y lo seguiremos viendo en el futuro", concluye Quintanilla. "De hecho, muchos artistas que observan cómo sus fotografías, sus diseños, incluso sus memes, son replicados sin mencionar la autoría podrían reclamar derechos de creación si incluyeran NFT en sus obras".
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