Antes de imaginar un nuevo horizonte es necesario mirar atrás, examinar el camino ya recorrido, para corregir los tropiezos cometidos y valorar mejor aquellos aciertos que pasaron inadvertidos. Esta es la idea que explora Remedios: por los caminos ancestrales, la exposición que la fundación TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary organiza junto con el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) de Córdoba. Con esa idea de ahondar en la memoria colectiva para responder mejor a la incertidumbre del futuro, la segunda parte de esta muestra, que comenzó el pasado 14 de abril, se amplía desde este 22 de septiembre con una veintena de nuevas obras y poniendo el énfasis en la importancia de recuperar un nivel de conciencia ancestral.
Nombres como Taloi Havini, Asunción Molinos Gordo, Selma Selman, Pierre Mukeba o Himali Singh Soin se encuentran entre los más de cuarenta artistas que participan en este gran ensayo colectivo que reflexiona sobre los retos a los que se debe enfrentar el ser humano en su búsqueda por encontrar una forma de vivir más respetuosa con el ecosistema. Un ejercicio de rehabilitación histórica en el que palpar las cicatrices del pasado, revisitar las heridas que quedaron sin cerrar y buscar en ellas el impulso para sanar aquello que continúa marcando los problemas del presente, a través del arte.
El concepto de la exposición funciona como una estimulante experiencia marcada por el contraste donde el brutalismo de un museo como el C3A juega un papel fundamental. El espacio amplio, frío e impersonal del edificio se contrapone con la naturaleza de las piezas artísticas, que dibujan un recorrido en el que la diversidad en el uso de estilos, formatos, materiales y texturas invitan a la reflexión.
A lo largo de la muestra, el concepto se enriquece a través de las miradas de los artistas cuyos orígenes y reivindicaciones son tan distintos como complementarios. Al inicio de la exposición, la obra Sin título (2020) de la artista franco-argelina, Kader Attia, supone un anticipo de esos surcos traumáticos que la historia ha dejado "en la carne, en la memoria y en los objetos". Grietas ensambladas que sobresalen de un plato roto recordando que la reparación nunca es completa.
Las reminiscencias al colonialismo son evidentes en piezas como La Malinche (2019) del argentino Gabriel Chaile, una escultura de barro en la que revisar el mito de la mujer "que traicionó a su pueblo" y reconocer su papel clave en la mezcolanza de las culturas. Otros artistas como Paulo Nazareth centran sus piezas en desmontar el mito del multiculturalismo, reivindicando el reconocimiento del genocidio con las culturas indígenas y el "robo" de sus símbolos para beneficio del sistema consumista. El artista brasileño muestra en la instalación CA-genocide products (2017) tres bloques de resina rosa que guardan en su interior productos de marcas comerciales como un ejemplo de la apropiación de sus nombres y los logos por parte de las multinacionales. Así como la instalación del cartel luminoso de Kabare (2019), en referencia a la prisión de la República Democrática del Congo, bastión histórico de la violencia y la represión colonial.
La muestra también cuenta con piezas que tienen un calado eminentemente personal como el altar orisha Yemaya de Courtney Desiree Morris. Una ofrenda al mar, que reflexiona sobre las consecuencias de traer al mundo a un bebé afroamericano en la era del Black Lives Matter y pide por su protección. Destaca también la aportación de Brad Kahlhamer, representante de la 'Generación robada' (personas de origen indígena que fueron separadas de sus familias y adoptadas por familias blancas en Estados Unidos). La obra de Kahlhamer investiga sobre la dualidad de su personalidad, mezclando la cultura trash neoyorquina y la tradición indígena. Atrapasueños metálicos, cachinas decoradas con iconografía pop, un tótem de cartón... Las piezas del estadounidense representan a la perfección esa ambivalencia constante entre tradición y modernidad que caracteriza la muestra.
Otra de las nuevas incorporaciones a la exposición es la aportación de la artista malagueña, Regina de Miguel, quien presenta en 'Remedios' la obra Nekya, una película río, donde emprende una mirada histórica, crítica y poética sobre Riotinto. A través de esta pieza fílmica, de Miguel indaga en este legendario 'lugar maldito' en Huelva, donde se encuentra una de las claves para el origen de la civilización en la Península Ibérica. Aparte del repaso a su historia y la influencia de la actividad minera en la zona, la obra indaga en su entorno natural y su importancia como foco de estudio para la astrobiología por sus particulares formas de vida microscópica.
Si el trabajo fílmico de Regina de Miguel propone un viaje hacia una de las regiones cuya importancia histórica busca el sentido de otras formas de vida, el de Taloi Havini con 'Respuesta a la llamada' (2021), busca a través del audio una una escucha del idioma del océano, el lugar de donde proviene la vida en nuestro planeta.
La pieza más representativa de este intercambio cultural y ancestral es la instalación de uno de los artistas más cotizados del momento, Ernesto Neto. En línea con su interés por la espiritualidad, el humanismo y la ecología, la obra titulada BasnepuruTxanaYubé (2015), forma un kupixawa, es decir, un espacio comunitario para acoger ceremonias espirituales de curación, contemplación y celebración.
La descontextualización de esta obra, tejida a mano por artistas indígenas Huni Kuin con cintas de algodón teñidas a mano de verde, rosa y naranja, destaca más si cabe por su emplazamiento. La dureza del hormigón contrasta con las formas orgánicas, los elementos primitivos y la sutil sencillez de esta instalación que conecta cielo y tierra con su forma de embudo invertido. Las notas de lavanda, clavo y cúrcuma que aroman su interior, la necesidad de descalzarse y los cantos de los Huni Kuin completan una sensación sinestésica en la que un trocito del Amazonas parece haberse instalado en Córdoba.
Al menos así lo pudieron sentir quienes acudieron a la inauguración del 22 de septiembre, en la que los Huni Kuin, liderados por el chamán Txana Bane Huni Kuin Kaxinawa y el propio Ernesto Neto, realizaron una ceremonia con música y danzas curativas. La escenificación de este acto y el resto de actividades programadas durante este fin de semana en Córdoba se han centrado precisamente en 'El arte de la reparación', proponiendo un estrechamiento entre la creación artística y el compromiso social.
Fue Picasso quien anticipó que en el arte no existe pasado ni futuro y gracias a ese carácter transgresor muchos han seguido su estela para encontrar inspiración en épocas remotas. Por eso, en un mundo donde la globalización ha difuminado las barreras culturales, la ambición vanguardista de estos artistas mira hacia atrás con mucha atención, buscando entre los restos de la memoria colectiva otros caminos por los que transitar hacia un nuevo porvenir. Un recorrido laberíntico, como el del propio museo, en el que perderse y establecer tantos puntos de partida como perspectivas posibles se asomen.
La colaboración entre TBA21 y C3A
La apuesta del TBA21 por establecer algunas de las obras más importantes de su colección en Córdoba es algo que llama la atención. Para Daniela Zyman, comisaria de 'Remedios: por los caminos ancestrales', el motivo tiene muchas aristas, pero la principal es que "Córdoba simboliza la idea de lo que pudo haber sido otra Europa". Esta frase define la idea que la fundación creada por Francesca Thyssen quiere transmitir en un C3A que ha confiado en su criterio para encontrar su lugar como uno de los grandes focos del arte contemporáneo en el sur de España. Con exposiciones como 'Remedios' demuestran ese interés por fomentar nuevas formas de producción artística, investigación, implicación comunitaria y conservación medioambiental, para responder a la necesidad de un cambio de rumbo en la construcción de futuros más sostenibles.
Se trata del segundo año de colaboración entre ambas instituciones, sin embargo, la sensación es que esta relación puede seguir enriqueciendo el valor de ambos durante más tiempo del acordado. El pacto de colaboración entre estas entidades y el Ayuntamiento de Córdoba, de tres años de duración, prevé varias exposiciones en torno a la Colección TBA21, así como residencias, performances, programas educativos en el C3A y en otros espacios públicos.
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