Con una edad poco propicia para intervenir entre armas y filmaciones bélicas, el apodado 'Rey de Hollywood' sustituyó las galantes cenas de caviar y cócteles de gamba por una aeronave desde la que filmar los escombros que la Segunda Guerra Mundial había plantado en gran parte del terreno europeo.
Clark Gable (1901-1960), originario del Cádiz de Ohio y no del andaluz, consiguió la aceptación de la meca del cine a pesar de los primigenios rechazos por sus prominentes orejas "de botijo". Precisamente entre voces discordantes encontró su nicho de éxito: un Oscar en 1934 con Sucedió una noche y a Rhett Butler, el personaje de Lo que el viento se llevó (1939) que le escribiría un nombre en las páginas de la historia del séptimo arte.
La cinta que lo catapultó al éxito rotundo se gestó en pleno contexto bélico en Europa: Alemania invadía Polonia en septiembre de 1939, dando comienzo al conflicto armado más notorio del siglo XX; y en España comenzaba una dictadura franquista tras la derrota en la Guerra Civil Española del bando republicano a manos de Francisco Franco. Aunque Vivien Leigh pusiera por testigo que nunca más volvería a pasar hambre, fuera de la pantalla se gestaba un universo cercano a la frase más famosa del celuloide.
Tres años más tarde del rodaje de uno de los filmes clásicos de Hollywood, el 'Rey' de la meca californiana decidió alistarse en el Ejército de los Estados Unidos. Tal y como recogió Los Angeles Times el 13 de agosto de 1942, "al igual que muchos otros varones estadounidenses con las debidas calificaciones físicas, mentales y morales, Clark Gable, el hombre del cine, levantó ayer su mano derecha y repitió el juramento de alistamiento en el Ejército de los Estados Unidos".
América en combate
Gable, junto con otras estrellas, fue uno de los actores más comprometidos a la hora de financiar bonos de guerra para ayudar a los americanos en su hazaña bélica. Junto con él, la que entonces era su mujer, Carole Lombard, también estuvo extremadamente comprometida con la causa. Ambos se casaron en 1939, y aunque era su tercera esposa, se dice que fue el amor de su vida.
La tragedia terminaría inundando su matrimonio, pues Lombard fallecía en un accidente aéreo a bordo de un DC-3 con destino a Indiana para apoyar con su presencia la venta de bonos de guerra. Los rumores apuntaban a que la entrada de Gable al servicio militar aéreo se debía a la pérdida de su mujer, pero sus compañeros de guerra simplemente vieron la necesidad del actor de poner su granito de arena.
Los veteranos de guerra desecharon por completo el mito de que Gable quisiera morir, y que dicho motivo fuese lo que lo empujó a alistarse en el servicio. Lo describen como un hombre robusto que se tomaba sus deberes en serio, que mantenía una postura militar, pero que también estaba dispuesto a disfrutar cuando fuese apropiado.
Gable voló en cinco misiones de bombardeo en Europa y fue trasladado al Reino Unido para grabar las imágenes de la desdicha desde su aeroplano. Todo lo capturado hace su aparición en Combat America, una cinta propagandística sobre artilleros aéreos que pretendía concienciar, servir como elemento histórico y documental, y convertirse en un elemento motivador para que los jóvenes americanos se animaran a alistarse en el servicio militar.
"Eran misiones muy reales en las que podría haber resultado herido o muerto", explicó el académico australiano Chrystopher J. Spicer en su obra Clark Gable: biography, filmography, bibliography (2002). "Su película Combat America supone una valiosa contribución a nuestro conocimiento histórico de la guerra desde la perspectiva del aviador".
Fascinación nazi
Uno podría pensar que con todo lo que acontecía en Europa en 1943, la presencia de una estrella del cine no podría magullar los motivos de hambre victoria de la Alemania nazi. Sin embargo, la presencia de Clark Gable a bordo de las misiones aéreas de Estados Unidos en Gran Bretaña habrían llamado la atención de Adolf Hitler, un groupie del actor americano.
Tal y como confirmó su nieto en una entrevista con The Times, Hitler habría mandado una carta a Gable expresando su admiración por él y ofreciendo una recompensa económica por su captura. "Mi abuelo tenía ascendencia alemana y Hitler era un fanático, veía todas sus películas", dijo Gable (nieto). "Pidió una recompensa por tratar de capturarlo".
Aunque nunca llegó a capturarle y se desconoce el motivo por el cual el Führer pasó de fascinación a obsesión, los rumores apuntan a que podría tener dos motivos ocultos que explicarían la recompensa puesta sobre la cabeza de Gable: la primera razón reside en la idea de que los nazis creían que al capturar una de las estrellas del cine más exitosas de Estados Unidos los americanos sumarían una derrota moral. La segunda, conocer al actor que tanto le había hecho disfrutar entre escenas.
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