«Esta película es asquerosa». Y la frase fue la sentencia que robó a Amira su deseo de estar entre los filmes que optaban a ser la Mejor Película Internacional de los próximos Premios Oscar. A Amira o al escritor, guionista y director de cine egipcio, Mohamed Diab (Egipto, 1978), que en un intento de usar la ficción para contar el drama del contrabando de esperma de los palestinos en las cárceles del Estado de Israel, se topó con la protesta.
La película narra la historia de una adolescente palestina nacida de la inseminación del esperma de su padre encarcelado por Israel, un medio de eludir los barrotes al que decenas de mujeres palestinas han recurrido desde hace años. Sin embargo, descubre, ya adulta, que el esperma utilizado no es en realidad el de su padre, sino el de un carcelero israelí que encarna la ocupación. Y nada más lejos de la realidad, porque al parecer decenas de niños han nacido de viales de esperma sacados de contrabando de las cárceles israelíes por prisioneros liberados que logran evadir el escrutinio de los puestos de control del ejército: «Las visitas conyugales no están permitidas. Estos prisioneros palestinos ven a su familia más cercana tan solo 45 minutos cada dos semanas, en el mejor de los casos. Durante estas breves visitas, algunos de los hombres aprovechan para pasar de contrabando su esperma a sus esposas con el fin de concebir niños a través de la fecundación in vitro. Hasta abril de 2013, las autoridades religiosas de Palestina no habían aclarado su posición sobre la fecundación in vitro. Con el tiempo, sin embargo, las cosas han cambiado, y el procedimiento ahora se acepta en circunstancias específicas», explica Lidia Rimawi, una palestina en la Cisjordania ocupada por Israel a la que el método le sirvió para dar a luz a tres niños y que detesta el giro en la historia de una película que tilda de «repugnante».
«Esta película insulta a los prisioneros palestinos sin mencionar el sufrimiento de las familias de cientos de ellos. No es una película como Amira la que nos hará dudar de la paternidad de nuestros hijos», escribió en sus redes sociales.
Nos es una película la que nos hará dudar de la paternidad de nuestros hijos"
Lidia Rimawi
El filme fue aplaudido en la Muestra de Venecia y celebrado en los festivales de Cine de Cartago de Túnez o El Guna de Egipto antes de que Jordania la presentara como aspirante al Oscar a Mejor Película Internacional en 2022. Pero tras hacerlo y proyectarse en Palestina, los aplausos se han convertido, bajo el hashtag #Pull_Out_Amira, en una llamada a boicotear el largometraje que se ha extendido desde Cisjordania hasta la franja de Gaza, y desde Jerusalén hasta Amán: «El argumento de que la historia es ficción no es válido porque 5.000 prisioneros palestinos y sus familias no son ficticios. Somos reales y podrían habernos consultado antes de hacer la película de esa manera», señalan los usuarios.
Tal ha sido la presión, que, pese a defender la «indiscutible calidad de la película y su valor artístico» y considerar que la película «no daña de ninguna manera la causa palestina ni la de los prisioneros; al contrario, destaca su difícil situación, su resistencia», la Real Comisión del Filme de Jordania ha retirado su candidatura a los Oscar «a la luz de la reciente gran controversia que ha desencadenado la película y la percepción de algunos de que es perjudicial para la causa palestina, y por respeto a los sentimientos de los prisioneros y sus familias».
«'Amira' retrata a los presos de una forma heroica y humana»
Tras lo sucedido, el director Muhammad Diab, ha emitido un comunicado a través de su cuenta de Facebook donde explica que «desde las primeras proyecciones de la película en septiembre de 2021, que reúne a miles de palestinos y árabes, ha habido consenso en que la película retrata a los presos de una forma heroica y humana, y es absolutamente crítica con la ocupación israelí». Y continúa: «Se trata de una historia de ficción y eso lo dejamos claro al final de la película. La intención es plantear un debate existencial y filosófico donde se explora la consistencia real de la identidad de una persona y cuáles serían sus reacciones al enterarse de que es hija de otro padre, que para este caso, Amira elige ser palestina a pesar de su origen biológico», señala.
Diab enmarca en su publicación que «comprende perfectamente el enfado de quienes consideran la película como un insulto a los presos y sus familias, pero pedimos que se vea antes de que sea juzgada».
Asimismo, en el mismo comunicado, el director ha anunciado la suspensión de todas las proyecciones programadas de la película hasta solicitar la «conformación de un comité de expertos compuesto por representantes de organizaciones de presos palestinos y sus familias para ver y discutir sobre el futuro de esta».
Oscar 2022 | Candidatas a Mejor Película Internacional
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