Fue en 1929 cuando los nadadores olímpicos Aileen Riggin y Johnny Weissmuller —el actor que tres años después se haría mundialmente famoso por encarnar a Tarzán— inauguraron el complejo Molitor (su nombre completo era piscine Molitor Grands Etablissements Balnéaires d'Auteuil) en el distrito XVI de París, junto al Parc des Princes y los estadios Jean Bouin y Roland Garros.
Además, y como atracción del lugar, Weissmuller fue socorrista durante el primer verano que el recinto abrió sus puertas, justo antes del crack de la bolsa de Nueva York. Lejos de ser una piscina más, este lugar era famoso por su diseño art decó, por su ambiente vanguardista y por ser el emplazamiento elegido por Louis Réard para presentar el bikini en 1946.
Curiosamente, el ingeniero recurrió a Michele Bernardini, bailarina de streptease, para la ocasión, pues ninguna modelo se atrevió a lucir la escueta prenda, aunque ese rechazo cambió con el paso de los años gracias a las pioneras que se atrevieron con el dos piezas, como Brigitte Bardot.
Molitor tenía también peluquerías, pista de golf, concursos de belleza para bañistas y una piscina exterior reconvertida en pista de hielo. La situación cambió, precisamente con el cierre de la pista de patinaje, en los setenta. A ello se sumaron problemas por la erosión del hormigón debida al cloro y los desperfectos del techo de vidrio, entre otros desperfectos que recogió un informe del aquitecto Jean-Paul Philippon.
De sede vanguardista a edificio abandonado
Las obras necesarias para restaurar la piscina obligaban a la Dirección de las piscinas de la ciudad a ampliar el contrato de arrendamiento y renegociar los derechos de explotación, algo a lo que se negó el Ayuntamiento de París. Ya en 1989, cuando terminó el contrato, el edificio pasó a ser del consistorio parisino y se clausuró.
Entonces, se puso sobre la mesa la idea de utilizar el lugar para construir un complejo de viviendas, algo que paralizó la asociación SOS Molitor. Un año después, en marzo de 1990, Molitor fue clasificada como monumento histórico de Francia.
Como ocurre con muchos sitios abandonados, artistas como Reso, Shaka, Katre, Kashink, Jace, Nosbé Hopare, Jace, Artiste Ouvrier, Mademoiselle Maurice, Kouka, Bradley Theodore, Mosko & Associés, Balder, Indie 184, Fred Calmets y Shuck One la utilizaron como lienzo tras reabrirla clandestinamente. Los dibujos comenzaron en las paredes exteriores de Molitor, después en las barandillas, luego dentro de las piscinas… hasta que estuvo todo repleto de arte urbano y el lugar pasó a considerarse un estudio para creativos al aire libre, así como un lugar para la celebración de conciertos y desfiles.
La vida de Piscine Molitor Patel
Tal era la relevancia de esta piscina que el protagonista de La vida de Pi (2012) le debe a ella su nombre: Piscine Molitor Pi Patel. Dirigida por Ang Lee, esta película adapta la novela homónima escrita por Yann Martel y editada en España por Destino. En ella, se describe Molitor como un lugar con las aguas tan cristalinas que "podrían utilizarse para hacer café".
Encabezó el largometraje Suraj Sharma, quien no contaba con experiencia previa en aquel entonces. Ganadora de cuatro premios Oscar por su dirección, banda sonora, fotografía y efectos visuales, esta "fábula sobre la fe", como la definió su director, refleja un naufragio narrado en primera persona por el protagonista Pi Patel a un escritor que busca inspiración para un nuevo libro.
En ese naufragio, el ensimismado joven, que perdió a su familia en un incendio, cuenta con la única compañía de un tigre de bengala y se apoya en su imaginación para sobrevivir en su precaria embarcación.
Un club de lujo, la tercera vida de Molitor
Volviendo a la realidad, hoy Molitor está muy lejos de ese lugar para los grafitis y la creatividad de los 80 y 90. En 2007, se convocó a licitación para la rehabilitación y explotación del edificio, que llevaba casi 20 años abandonado.
Finalmente, Molitor pasó a pertenecer durante 54 años a Colony Capital, asociado con Bouygues Construction y Accorhotels bajo la premisa de que la empresa restaurase tanto la arquitectura original del edificio como las características balaustradas, los mosaicos y sus colores.
Las obras comenzaron en 2011 y durante las mismas se demolió la piscina, salvándose únicamente la Rotonde y la entrada en 2 Avenue de la Porte de Molitor. Molitor reabrió sus puertas al público el 19 de mayo de 2014, preservando la idea original de que las habitaciones que rodean la piscina emulen un crucero.
En el recinto se puede encontrar un hotel a considerar para nostálgicos y mitómanos de 124 habitaciones y suites, todas diseñadas por Jean-Philippe Nuel. Al club no le faltan instalaciones deportivas ni un spa de 1.700 m² con salas de tratamiento privadas, su propio hammam, sauna, salón de té y sala de lectura.
Como mirilla al pasado, y según recoge la página web del hotel, los visitantes pueden ver las obras de arte callejero en rincones como las paredes del vestíbulo del hotel, pues los artistas que conocieron el Molitor durante su abandono fueron invitados a volver y dejar su impronta en los edificios como recuerdo a los grafitis que cubrían sus paredes en ese momento.
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hace 1 año
¡Cada vez peor! El bikini está en frescos romanos milenarios, puede que en alguno de Pompeya.