El deseo carnal, las incongruencias con una misma o la extrañeza al estar fuera de lugar e intentar encajar son algunos de los ejes que vertebran Un amor, una película que llega este viernes a las salas tras pasar por el Festival Internacional de Cine de San Sebastián o, más recientemente, Cine por mujeres en Madrid.
Dirigido por Isabel Coixet, quien durante un tiempo renegó de las adaptaciones literarias; se trata de uno de los largometrajes más esperados del año precisamente por llevar a la pantalla la exitosa novela homónima de Sara Mesa, autora también de La familia, Mala letra o Cicatriz, todas editadas por Anagrama.
Adaptada de la mano Laura Ferrero, esta a veces incómoda película cuenta con Marisa Fernández Armenteros y Sandra Hermida como productoras, mientras que delante de la cámara están Laia Costa (Nat), Hovik Keuchkerian (Andreas), Luis Bermejo (casero), Hugo Silva (Píter), Ingrid García-Jonsson (Lara) y Francesco Carri (Carlos).
Isabel Coixet, que firma también de La vida secreta de las palabras (2004) y la serie Foodie Love (2019) habla con El Independiente sobre sus decisiones en la película, cómo ha cambiado la situación en la industria para las directoras de cine o qué pasó con Nobody's heart, el biopic del escritor Fernando Pessoa.
Pregunta.- En la inauguración de Cine por mujeres dijo que, aunque se había prometido no hacer más adaptaciones literarias, encontró rasgos al leer Un amor a los que no pudo resistirse. ¿Cuáles fueron?
Respuesta.- Me gustaba la idea de explicar y de recrear esa atmósfera malsana, intrigante, esa casa que se cae con esos buitres alrededor de esas peñas, todas esas cosas. Y también me encantó el personaje de Nat.
P.- ¿Qué le atrajo de ella?
R.- Que yo he sido ella en muchos momentos de mi vida. Es una identificación, es pensar en la conversación incesante que tenemos a veces las mujeres en la cabeza que nos lleva a tomar decisiones equivocadas y en esa costumbre de darle vueltas a las cosas que no nos sirve para nada.
P.- En la proyección del Palacio de la Prensa fue llamativo que el público se riese con Andreas, mientras que en el libro produce una gran incomodidad.
R.- La gente se ríe cuando dice la frase 'me gustaría entrar en ti', sí. Pero yo creo que es una risa nerviosa, es como si se preguntaran '¿pero de verdad ha dicho eso?'. Y esa escena es la clave de la película. Me gusta que el público se ría en muchos momentos, es una manera de dejar escapar esa tensión que a veces es un poco insoportable.
P.-Parece que utiliza con ese fin también a Píter, el personaje de Hugo Silva.
R.- Sí, el personaje de Hugo Silva está más desarrollado que en el libro. Te tengo que decir que, desde el principio, para mí él era el horror. Cuando pensaba en el personaje negativo de la película, para mí era él. Es muy ruin, muy mezquino y muy habitual.
"He sido como la protagonista de 'Un amor' en muchos momentos de mi vida"
P.- Lo que coincide entre novela y libro es la presencia del sexo, pero las escenas son muy distintas.
R.- Bueno, yo creo que son escenas que tienen que enseñar un poco el enganche de Nat. Quería que cada una tuviera una personalidad diferente. Está claro que hay una primera en la que Nat tiene que disociarse, por eso se ve desde fuera. Ella piensa que, para aguantar el momento, tiene que disociarse, y eso ocurre muy a menudo en el sexo: a veces estás absolutamente presente, pero en otros momentos te disocias y te ves desde fuera. En la segunda, quería que entendiéramos que Nat necesitaba darle una especie de lección a Andreas y a la vez retomar su deseo y no ser alguien pasivo, ella necesita ser activa. Luego entramos en la cotidianidad de muchas parejas, como una paja en la cocina. A partir de ahí, se ve que, de alguna manera, hay un equilibrio entre ellos.
P.- ¿Siempre visualizó al reparto final?
R.- Es curioso, porque sí, los tenía claros a todos, absolutamente. Si te acuerdas, en el libro él está definido de una manera muy diferente físicamente, y me llama la atención porque la gente dice que es tal cual lo habían imaginado. Pensé en Laia porque es una actriz extraordinaria, he trabajado con ella muchos meses y sé que no tiene miedo desde el principio. A Hovik también le vi desde el principio, me gustó mucho en Antidisturbios. A Hugo Silva le conozco desde hace años y siempre he pensado que es un muy buen actor con muchos recursos. Me pareció que interpretaría muy bien a este Píter. Sobre Ingrid García-Johnsson, me parecía divertido darle un papel tan distinto a lo que ella suele hacer.
P.- Cuando recibió el premio Nacional de Cinematografía, leyó un texto sobre aquello que le hubiera gustado saber antes de empezar a hacer cine. Al final, decía que todo esfuerzo había que multiplicarlo por diez en caso de ser mujer. Esto fue en 2020, ¿tan mal siguen las cosas?
R.- Yo veo que los presupuestos que tenemos las mujeres son siempre menores. Esto me preocupa porque, si no tenemos el poder económico, no tendremos ninguna otra clase de poder. Veo que seguimos todavía en ese gueto de 'bueno, como es una película intimista, os vamos a dar poco dinero'. Hay una diferencia clarísima y las estadísticas lo dicen. Sin eso, no habrá continuidad.
P.-¿Qué aportan a la situación los festivales de cine hecho por mujeres?
R.- Yo creo que son una ventana formidable justamente para enseñar que hay una pluralidad de voces femeninas. Es curioso, porque un festival de mujeres es un gueto, pero a la vez es un lugar en el que hay películas de todo tipo. Hay thrillers, hay películas políticas, hay otras de denuncia, algunas intimistas como Creatura, sobre cómo se oculta el deseo sexual en las niñas. Y reflejar esa variedad es importante.
"Se utiliza la excusa de que las mujeres hacemos 'cine intimista' para darnos menos financiación"
isabel coixet
P.- ¿Qué cree que le ha aportado la experiencia en publicidad a sus películas?
R.- Me ha aportado la parte técnica y también haber hecho muchísima práctica.
P.- ¿En qué punto está la película sobre Fernando Pessoa?
R.- Lo de Pessoa fue un proyecto muy bonito, pero no encontró financiación. Era un guion de William Boyd, que es un escritor muy prestigioso, y había actores como Edgar Ramírez unidos al proyecto, pero a veces pasa esto. Les pasa a directores con más y con menos experiencia. Hay que asimilarlo. Me hubiera gustado hacerla, pero no puedo estar empujando y quemándome cinco años.
P.- ¿Y la adaptación con Penélope Cruz?
R.- Estamos escribiendo el guion. Está basada en una de las primeras novelas de Elena Ferrante.
P.- Se cría yendo a ver películas en el cine en el que su abuela era taquillera. ¿La experiencia sigue siendo la misma?
R.- Sí, sigue siendo la misma por la experiencia de ver algo en comunidad, en silencio, con unas buenas condiciones de sonido y sobre todo de estar presente. En casa sí, evidentemente veo películas, pero me levanto a por agua, a hacer pipí… no estoy realmente atenta.
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