Los Oscar se blindan para evitar que las protestas por Palestina enturbien la alfombra roja

Un "anillo de hierro" se ha establecido alrededor del Dolby Theatre para proteger los Oscars. La semana ha comenzado en Hollywood Boulevard con una valla metálica cubriendo toda la manzana y un cartel reza: "Esta propiedad está cerrada al público. No se pude entrar sin permiso". De esta manera pretenden evitar las protestas que complicaron la llegada de las estrellas a los premios Grammy el pasado mes de febrero.

Es decir, las protestas pro Palestina, que impidieron el tráfico fluido en la noche de los Grammy, aunque después no se notara en la celebración. Esta vez, teniendo en cuenta que la alfombra roja de los Oscar dura aproximadamente una hora para cada estrella que posa, se pretenden evitar retrasos. La policía de Los Ángeles asegura que este tipo de medidas se han utilizado en otras ocasiones, aunque revisando en imágenes del pasado no hay muestras de valla metálica.

La edición número 96 de los premios Oscar, que se celebra este domingo en Estados Unidos, tendrá lugar en medio de un clima de tensión. Pero, por primera vez en años, poco tiene que ver con la industria cinematográfica. El conflicto es a miles de kilómetros de distancia, donde el alto al fuego no termina de materializarse y miles de palestinos han muerto o han sido desplazados de sus hogares. Sin embargo, Hollywood está dividido.

Clima de tensión en los Oscar

Hay artistas como Susan Sarandon que han mostrado abiertamente su apoyo a Palestina y han reiterado sus peticiones por un alto al fuego. Otros, como por ejemplo Mayim Bialik, no tiene miedo de dejar claro su apoyo sin complejos a Israel.

Susan Sarandon fue despedida de su agencia de representación por sus declaraciones al respecto, haciendo crecer la leyenda de las listas negras en Hollywood. No es la primera que, tras haber expresado su apoyo por la causa palestina, ha terminado recibiendo un castigo. Sara Ramirez, la actriz que daba vida a Che en And Just Like That, dijo claramente que los ejecutivos y directores de casting de la industria cinematográfica estaban apuntando nombres.

La actriz Melissa Barrera, nacida en Monterrey (México), fue también despedida de la próxima película de Scream por sus comentarios pro-Palestina. En teoría, se consideraban antisemitas tras haber calificado el ataque de Israel como un "genocidio y limpieza étnica". Existe un clima de prudencia y miedo a decir algo inapropiado entre los artistas. Sin embargo también se puede contar con que habrá muestras de apoyo a la causa gazatí entre los invitados.

En un ambiente como el de los Oscars, que continúa luchando contra las polémicas de hace unos años que les acusaban de falta de diversidad, siguen habiendo mucho camino por recorrer. Aunque cada año hay más multiculturalidad, el tema de las listas negras sorprende y preocupa. Sobre todo cuando ya se hablaba en los primeros años del Me Too de esta clase de ejercicio de poder por parte de grandes hombres de la industria como era entonces Harvey Weinstein.

Los motivos entonces eran otros, pero la sensación de inseguridad permanece. Lejos quedan las reivindicaciones de actores y guionistas por sus derechos de imagen y autor en la era de las plataformas y la IA. La huelga de artistas dejó parada la millonaria industria del entretenimiento durante algo más de medio año. En tiempos de cambio, en los que se ha pedido al cine y la televisión responsabilidad social, y en los que películas como La zona de interés opta a cinco galardones, Hollywood tiene que decidir si luchará esta batalla.