En Hasta el fin del mundo, Vivienne Le Coudy es una mujer independiente y estoica que se embarca en una relación con el inmigrante danés Holger Olsen. Juntos, empiezan una nueva vida cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, Nevada.
El estallido de la Guerra de Secesión los separa cuando Olsen decide luchar por la Unión y dejar a Vivienne a su suerte en un lugar controlado por el corrupto alcalde Rudolph Schiller , su socio sin escrúpulos, el poderoso ranchero Alfred Jeffries y su violento y caprichoso hijo Weston.
La actriz encargada de dar vida a Vivienne es Vicky Krieps y, pese a tratarse de un personaje ambientado en 1860, la actriz relata a El Independiente desde el hotel Urso de Madrid que la mayor dificultad a la hora de preparar al personaje fue su acento, pues Viggo Mortensen, protagonista y director, es "músico" y muy perfeccionista.
"Es más fácil trabajar con un actor que ha sido actor. Y Viggo es muy social, no hace una foto para sí mismo, sino para todos. Aunque es difícil diferenciar entre cuando estás hablando con el actor y con el director", añade.
Por lo demás, describe a Vivienne como un personaje "actual" con el que resulta fácil mimetizarse pese al paso del tiempo y recuerda que es moderna, independiente, no está casada, está con el o los hombres que le apetece, es positiva y está "abierta a ver cosas nuevas", rasgos con los que además se sentía identificada, por ejemplo, por su interés en trabajar con directores que solo hayan hecho una película antes.
Pero, ¿quién es Vicky Krieps más allá de Hasta el fin del mundo? Esta actriz luxemburguesa, de 40 años, vive en Berlín con su marido, el actor Jonas Laux, y sus dos hijos, Elise y Jan Noah. Es nieta del superviviente al holocausto y político que abolió la pena de Luxemburgo Robert Krieps.
Hija del director de una distribuidora cinematográfica y de una ama de casa con formación artística, Krieps se está convirtiendo en una de las grandes intérpretes europeas del momento y ha protagonizado, entre otras, La emperatriz rebelde, por la que ganó el premio de Interpretación femenina en los Premios del Cine Europeo; aunque fue durante el rodaje de Tiempo que aprendió castellano con Gael García-Bernal.
Uno de sus últimos estrenos fue Viaje hacia el desierto, donde interpreta a la poeta y autora austriaca Ingeborg Bachmann. Con este papel, la intérprete regresaba al drama histórico, un género en el que, quizá por la particularidad de sus rasgos, ha demostrado ser una de las actrices más solventes y camaleónicas del mundo.
Esto sigue el afán habitual en su carrera por "interpretar a mujeres fuertes". "Todavía hay muchas cosas que no se han dicho. Ha habido papeles de mujeres con súper poderes, que van a la guerra... busco personajes que simplemente sean ellas mismas y que muevan el mundo. Intento recordar a mujeres como mi abuela. No eran tontas, pero no tenían la libertad ni la información que tenemos ahora", relata.
Sin embargo, Krieps, admiradora de Sinéad O'Connor, cuenta con una particularidad: pasó por Hollywood fugazmente, acariciando la fama con la película El hilo invisible de Paul Thomas Anderson, que hizo que se convirtiera en colaboradora de Chanel... para rehuir de él sin miramientos.
"En Europa aún están las ideas por delante de las personas, en Hollywood no"
Vicky Krieps
"En el capitalismo solo se sabe crecer y el cine pierde su razón de ser. No se puede seguir creciendo, se pierde la conexión con las raíces. Hollywood está vacío de significidado, recorre continuamente el mismo círculo, no hay nada nuevo, no se pueden hacer tantas películas en tan poco tiempo", explicó, sobre los motivos que hacían que rechazase el cine estadounidense.
Respecto a las diferencias con el cine europeo, defiende que en las películas europeas "aún prevalecen las ideas, el pensamiento, el conocimiento y la cultura sobre las personas". ¿Y qué se podría hacer para revertir la situación? Según la actriz, habría que empezar por enseñar "creatividad" en los colegios.
Además, no duda al juzgar muy duramente también el star system, que es como se llama a esta corriente en la que el mayor atractivo de una película o serie es un nombre entre todos los de sus créditos y no una idea genuina per se, destacando nombres como el de Zendaya.
"¿Cómo vas a salvar un libro sin una historia? No pueden salvar donde no hay nada. Deberían contratar buenos guionistas y artistas, gente que piense libremente. Un actor no puede hacerlo todo, esa idea es totalmente superficial. El cambio debe empezar por el principio, en el colegio deberían enseñar creatividad, fantasía e imaginación. Eso podría salvar Hollywood, pero me parece muy difícil, la próxima vez que te vea la situación será aún peor... no estoy dramatizando, es lo que hay", reflexiona.
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