La 97ª edición de los Premios Oscar coronaron ayer a la jovencísima Mikey Madison (25 años) como la nueva princesita de Hollywood. La actuación de Madison como Anora, la soñadora prostituta de Brooklyn que se estampa con la realidad al darse cuenta de que el sueño americano es una farsa, le valió la estatuilla a 'Mejor Actriz' y el amor por parte de la industria, que ya está rifándosela para poder contar con ella en la plantilla de su próxima película. Sin embargo, hay una segunda en discordia, una nominada que coronaba las porras y que era vista como una clara ganadora: Demi Moore (62 años).

Cuando el pasado 16 de febrero los BAFTA premiaron a la joven en lugar de a Moore, que estaba arroyando en todos los premios por su protagónico en La Sustancia, las alarmas saltaron. Moore contaba con el Globo de Oro y el Sag Awards, estaba claro que el Bafta sería suyo. Sin embargo, fue el de Madison el nombre que se leyó en el escenario.

Aun así, había esperanza por la actriz de Ghost de cara a los Oscar, sobre todo tras una extensa campaña por la estatuilla dorada en la que la actriz consiguió el cariño del público. Moore ha sido sincera, y no hay mejor carta que la sinceridad. Cuando subió a recoger el Globo de Oro, la actriz conmovió con un discurso en el que aseguró que había llegado a pensar que ya "estaba completa y que había hecho lo que se suponía que tenía que hacer. Estaba en un punto bajo cuando apareció un guion mágico, atrevido, valiente y muy loco llamado La Sustancia. El universo me dijo que no estaba acabada".

La reacción de Demi Moore tras perder el Oscar

Los fanáticos esperaban con ansias el discurso que daría Moore al ganar el Oscar a 'Mejor Actriz', en el que seguro habría expuesto cómo la película le había hecho reconectarse consigo misma, y hacerla ver que la edad es un número que ni la invalida ni la resta. Al contrario, la suma y lo lleva con orgullo. Ese es su lema, y también la trama de La Sustancia, una película de horror corporal sobre una mujer a la que despiden por no ser lo suficientemente atractiva. Vamos, por ser mayor.

Fuentes exclusivas al medio estadounidense Page Six han confirmado que la actriz no puede sino "sentirse desconsolada" tras haber perdido el ansiado Oscar. "Demi está asimilando esta derrota con mucha dificultad porque sentía que, finalmente, esta era su oportunidad de ganar un Oscar. Fue una gran decepción no escuchar que la llamaran por su nombre. Tenía muchas esperanzas en conseguir esta victoria".

La misma fuente explica que un montón de personas se acercaron a la actriz en la fiesta de después de los premios para "mostrarle su amor y apoyo por su trabajo" y que, pese a la desilusión, Moore "está emocionada por Mikey y por todas las demás mujeres que fueron nominadas para el mismo premio". El representante de Moore, sin embargo, no ha respondido al portal.

Las redes arden frente a la derrota

La derrota de la actriz frente a Madison se ha dejado sonar en redes sociales. Muchos usuarios están utilizando la plataforma X para argumentar que Moore "era la verdadera ganadora del Oscar" y que la industria "no aceptó" la crítica de la película.

Pero también están los que predican la ironía de la situación: Demi Moore ha perdido frente a una actriz mucho más joven. Es la trama de La sustancia en la vida real, pero sin vísceras ni sangre de por medio. "No hemos aprendido nada", comenta una usuaria de X. Otro, sin embargo, prefiere utilizar el sarcasmo: "wow, Demi Moore ha sido superada por una estrella más joven y brillante. Alguien debería hacer una película sobre esto".

La discusión ha generado que muchos usuarios planteen que la Academia "censura" a las mujeres maduras, si bien esto no es cierto: en 2023, Michelle Yeoh (60 años) se alzó con la estatuilla; en 2021 lo hizo Frances McDormand (64 años); en 2020, Renée Zellweger (50 años)... En realidad, si algo hacen los Oscar es menospreciar el talento joven (ahí tenemos a Timothée Chalamet y sus 0 estatuillas).

Ahora bien, una cosa está clara: independientemente de quien gane o quien pierda, Demi Moore ha sido la cara visible durante esta temporada de premios. Cada victoria suya se celebrara allá por donde fuera y, al final, lo mismo ha hecho con su derrota: la actriz ha compartido una imagen tras la gala, en la que se la ve disfrutando de dos boles enormes de patatas fritas junto a su perro Pilaf. Aguarden, estamos asistiendo al renacer de una estrella.