"Solo quería morirme. Me convertí en un cadáver, como si me hubieran quitado el alma y se la hubiesen colocado a otra cosa". "Esto se acaba, pero no la angustia. ¿Cómo me llamo? Ya ni lo sé". Estos son solo algunos de los testimonios reales a los que el público deberá hacer frente en la nueva y agresiva propuesta del dramaturgo Álex Rigola.
A través de un recorrido de apenas una hora por un total de once estancias, el autor es capaz de enfrentar al público a un auténtico pasaje del terror en el que "no encontrarán cadáveres ni escenas de crímenes" y que, sin embargo, mirarán a los ojos al miedo que provoca la violencia machista. La propia sala advierte que el experimento "puede herir la sensibilidad de las personas" al introducirse física y mentalmente en una obra teatral sin actores y en el que prima un denominador común: la certeza de que todo lo que se contempla ha pasado y, en muchos casos, continúa ocurriendo.
La crudeza de la exposición ha obligado a incorporar a un equipo de psicólogos para dar apoyo a los más jóvenes, ya que se realizan pases a partir de los 15 años para ayudarles a "poner nombre" a casos "realmente duros" que ya viven en el día a día.
El objetivo de 'Macho Man', como evidencia su autor, es educar y hacer empatizar a través de palabras, de datos, de sentencias y de objetos que pertenecieron (o pertenecen) a víctimas reales de agresiones machistas en España. En este "teatro documental sin actores" se busca remover conciencias evidenciando de una manera muy original datos como que más del 50% de las mujeres afirman que han sufrido acoso sexual en el trabajo; o que, en el espacio público, más de la mitad de mujeres renuncian a moverse por determinados sitios por miedo a sufrir una agresión.
Rigola y su equipo han sido asesorados, durante los diez meses que ha durado la preparación del proyecto, por la psicóloga experta en casos de violencia de género Alba Alfageme, hasta dar a luz una obra necesaria "para dejar huella" ya que hace reflexionar sobre todos los comportamientos machistas de la sociedad, desde los más evidentes hasta aquellos hasta ahora subestimados, disculpados y, en muchos casos, silenciados.
El propio autor asegura haber creado 'Macho Man' por un motivo egoísta ya que "tengo un hijo y una hija, y quería aportar mi granito de arena para evitar que vivan en un mundo como este" en el que existe "desigualdad entre hombres y mujeres desde que nacemos" asegura. Pero hay más razones. Rigola afirma que el proyecto, financiado de manera privada con un coste de 220.000 euros, lo ha llevado a cabo "porque soy machista, porque nací en una sociedad machista y porque quiero luchar por erradicar el machismo que origina la violencia de género y que provoca que todas esas mujeres de la exposición no estén hoy vivas".
Un viaje al centro de la violencia machista
En grupos de seis y ataviados de unos auriculares desde los que se escucha a una actriz -también víctima de violencia machista y que prefiere permanecer en el anonimato- que hace de guía, los espectadores se sumergen en una serie de habitaciones donde resulta fundamental permanecer receptivo y, sobre todo, activo.
En todo momento, la exposición convierte al público en partícipe directo de los casos de abusos y agresiones sexuales que, ya sea por audios, por objetos, por fotografías y textos, o por actividades obligan a vivir en primera persona la crudeza de la violencia machista.
Un ejemplo claro es la "sala de vis a vis", en el que la persona mirará a los ojos a un completo desconocido o desconocida al tiempo que la voz de la guía realiza una batería de preguntas enfocada a que el público se dé cuenta de la pasividad con la que en ocasiones se tratan actitudes machistas en el día a día o casos de violencia que ocurren en el hábitat más cercano y que a veces se pasan por alto.
En el laberinto también hay un espacio dedicado a menores de edad y niños que han presenciado o vivido directamente episodios de este tipo de violencia. Una de las formas elegidas para representarlo es dejando ver a los espectadores dibujos perturbadores -pero reales- realizados por niños pequeños desde la más absoluta inocencia.
La pieza trata de que los visitantes realicen "autocrítica para ver cómo han actuado unos y cómo lo hemos permitido otros" y evidenciar la necesidad de educar a las personas como arma para combatir el machismo en nuestro país. El espacio realiza una fuerte crítica a los factores que, lejos de combatir esta lacra, la potencian, como es el caso de videojuegos "que presentan las violaciones o el asesinato de mujeres como algo completamente normalizado" y que, aunque legalmente van dirigidos a un público adulto, "sabemos que pueden acceder perfectamente niños y adolescentes".
'Macho Man', la dramaturgia enfocada "en las heridas de la víctima y no en los agresores" y dirigida por Ferran Dordal, Alba Pujol e Irene Vicente Salas, además del propio Rigola, se estrena este martes en Madrid y podrá visitarse en los Teatros del Canal hasta el próximo 17 de marzo.
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