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Cuando Buñuel fue a Las Hurdes

'Buñuel en el laberinto de las tortugas'

Lo rodó en tan sólo un mes. Del 23 de abril al 22 de mayo de 1932. Luis Buñuel había leído el estudio sociológico de Maurice Legendre sobre la zona de Las Hurdes, en Extremadura, y decidió acudir allí para realizar un documental que reflejara aquellos lugares de España que se encontraban casi abandonados. Las Hurdes, tierra sin pan quería reflejar el aislamiento y la falta de desarrollo de los habitantes de esta localidad, que ni siquiera conocían el sabor del pan.

El surrealista acababa de salir de una de sus crisis creativas y realizó un documental pionero en el país mostrando una situación que le era ajena a una Europa que, aunque a punto de entrar en la II Guerra Mundial, iba creciendo en desarrollo y comunicación. E incluso a una España en plena II República. Después de aquel rodaje, el cineasta estuvo 17 años sin dirigir ninguna película, hasta que rodó Los olvidados.

De novela gráfica a documental

La historia del cómo, el cuándo y el porqué de este documental se convirtió hace unos años en una novela gráfica de la mano de Fermín Solis y ahora se presenta, en la película Buñuel en el laberinto de las tortugas, que se estrena el 26 de abril. Dirigido por Salvador Simó, y fiel a la obra de Solis, muestra a un Luis Buñuel con serias dificultades para seguir rodando. El escándalo provocado por La edad de oro le había dejado sin financiación, sin confianza.

Cuando su amigo Ramón Acín, un escultor anarquista, escuchó de la problemática de Buñuel le aseguró que si le tocaba la lotería le pagaría aquel documental antropológico que quería realizar en España. La suerte tocó a Acín y a Buñuel y en 1932 se fue a aquella localidad cacereña a la que las montañas habían dejado totalmente aislada. Ahora, a través de todo lo que rodeó el rodaje nos muestran al cineasta español.

Nos llevan a su pasado, a Calanda, a París, a cómo Acín le salvó de no volver a dirigir, de cómo se lo agradecería toda la vida. También nos lleva a un genio, a aquel que tuvo la valentía de dar voz a aquellos que nunca la habían tenido. El cine era para la aristocracia y se hacía para ella, pero Buñuel les enseñó, quizá, lo que no querían ver, lo que desconocían como parte de su país.

Así, este documental nos enseña aquellos momentos en Las Hurdes pero también la personalidad del director. Como la gran influencia que Salvador Dalí había tenido sobre él, tanto personal como profesionalmente, se desvanece. También parte de su locura. Y de su intención de no dejar indiferente a nadie.

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