Se levanta la persiana y Cines Embajadores amanece a la hora del almuerzo, aunque sin cerveza o pinchos de tortilla en su barra del bar. El bullicio de la calle desaparece y la tranquilidad reina en las instalaciones.
El centro de Madrid llevaba décadas sin abrir un cine. Al contrario, los cerraba. Eran los grandes almacenes los que acumulaban salas, pantallas y blockbusters. Abrir uno en la zona A de la capital era cosa de locos, pero hacerlo en plena pandemia, de ese tipo de disparates que solo la pasión comprende.
Cuando saltó la noticia de que Embajadores tendría un nuevo inquilino en la Glorieta de Santa María de la Cabeza, parecía que la cultura y el cine apostaban por encontrar a su público alejados de la machacada periferia. No era el de Concha Velasco o Carmen Sevilla, pero era cine de barrio por igual.
A la tercera, ¿la vencida?
Fernando Lobo García, uno de los integrantes que han dado vida a los Cines Embajadores, explica que «siempre da mucha pena, llevamos toda la vida metidos en el cine y hemos visto cómo cada vez han ido cerrándose más».
Dicen que si no puedes con el enemigo, únete a él. Quizá esa sea la razón que explica por qué Fernando y los suyos apostaron por devolver los largometrajes a Embajadores. «Teníamos claro que tenía que ser en este barrio, porque no tenía ningún cine, no ibamos a tener competencia y podíamos llegar a 300.000 personas», explica.
Llevamos toda la vida en el cine y hemos visto cómo cada vez cerraban más
Aunque no son familia, es «como si lo fuéramos». Las pocas personas que conforman este proyecto se han tenido que enfrentar a un sinfín de complicaciones que mermaron el estreno de sus salas.
«Encontramos este local en noviembre de 2019», señala. Con la fecha de apertura estipulada para marzo, el estado de alarma frenó su presentación en la alfombra roja. «El 17 de marzo nos iban a poner las butacas, fue un palo tremendo».
Cuando la desescalada les permitió retomar las obras y el calendario marcaba el 3 de julio como su nacimiento, un incendio en el edificio contiguo les dejó sin luz: «no pudimos proyectar las películas, 500 entradas vendidas para el primer fin de semana, nos tocó devolverlas todas una por una», cuenta Fernando con resignación.
«Pero ya dijimos, a la tercera va la vencida», ríe.
El barrio habla
«La gente nos dice de todo», explica Fernando. Sobre todo bueno, «pero alguna cosa mala» también. Hay gente que aboga por las palomitas en la sala y otros no, algún espectador pasa frío y otros calor, aunque «no puedes contentar a todos», dice contundente.
«Muchísimas gracias por hacer esto», «qué valientes sois» o «este barrio necesitaba un cine» son algunos de los mensajes que los espectadores dedican al equipo de Cines Embajadores. «Valoran mucho nuestra amabilidad y esfuerzo», reitera Fernando. «La gente ve en nuestros ojos y forma de ser que este es el sueño de nuestra vida y se contagian de esa ilusión».
La gente ve en nuestros ojos que este es el sueño de nuestra vida
Cine vs streaming, el combate más visto
«"El cine es muy caro", no, no es caro, lo que pasa es que no te gusta y solo vienes cuando se estrena La Guerra de las Galaxias», dice Fernando contundente.
Con plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime en plena expansión, y las salas de cine con restricciones y sin apenas estrenos, ¿estamos acelerando la llegada de una nueva forma de consumir el producto audiovisual?
«La situación es complicada porque no todo el mundo está en el mismo barco», cuenta Fernando. «El auge de las plataformas está ahí, pero los dos modelos son convivientes. La asistencia a las salas ha ido creciendo, obviando este fatídico año. Eso demuestra que la gente cada vez consume más contenidos».
El auge de las plataformas está ahí, pero los dos modelos son convivientes
Sin blockbuster, ¿hay esperanza?
Tras el estreno tardío de Tenet, el último largometraje de Christopher Nolan, el paso de Mulán y Wonderwoman 1984 de las salas al streaming y el retraso de la nueva entrega de James Bond y Dune en la gran pantalla, ¿puede sobrevivir el cine sin el grueso del producto?
«No todo es Hollywood», indica Fernando. «El cine se ha ido comercializando, las grandes cadenas necesitan el blockbuster, pero nosotros no porque tenemos tres salas y queremos tener mucha variedad».
Ante la falta de estrenos, los cines han tenido que reinvertarse. Ellos y el resto de gremios. Desde la reedición de grandes clásicos como Cinema Paradiso, pasando por aniversarios de grandes éxitos como Con la muerte en los talones, la gran pantalla ha vuelto al blanco y negro.
Necesitamos que se hable de cine, que la gente vaya, que se sigan haciendo películas y que se invierta en él
«Abriendo un cine nadie se hace millonario, necesitamos que la prensa hable de cine, que la gente vaya, que se sigan haciendo películas y que se invierta en él», relata Fernando.
«Las multinacionales tienen que estrenar», afirma.
Más que una sala de proyección
«La idea es de hacer de él un espacio cultural en el que albergar todo tipo de cosas», explica Fernando. La entrada de los Cines Embajadores alberga un espacio de intercambio donde la gente trae libros y películas, «hasta de Manolo Escobar».
Además de estrenos en la gran pantalla, los cines apuestan por ser algo más que unas salas con butacas. Por ello organizan diversos ciclos temáticos, como los últimos de arte y política, que cuentan con la presencia de expertos en la materia.
Fernando y los suyos han apostado por el cine en versión original, pues «España es de los pocos sitios donde se exhibe en versión doblada», algo que en otros países no se concibe. «Como lo original no hay nada, las voces, los tonos, eso es puro cine», cuenta.
El futuro, con ocupación completa
«Virgencita, virgencita que me quede como estoy», responde Fernando a la pregunta sobre el futuro de los Cines Embajadores. «En un año me gustaría tener un aforo del 100%, eso significaría que la situación se ha revertido y que la pandemia ha terminado», señala emocionado.
En cuanto a los invitados que quiere que pisen sus cines, Fernando sueña con la visita de «Billy Wilder, aunque está muerto», ríe. En la categoría de vivos, a «Pedro Almodóvar», un director que considera infravalorado y uno «de los mejores embajadores culturales de nuestro país».
En un año me gustaría tener un aforo del 100%, eso significaría que la pandemia ha terminado
«La gente se jacta de su patriotismo cuando gana un español en los juegos olímpicos, cuando Iniesta marcó el gol del Mundial y sin embargo tenemos a uno de los mejores directores de la historia, y como si nada», explica.
Tras una pandemia, un cortocircuito y un estreno en ciernes, los Cines Embajadores se han posicionado como un modelo de éxito en una era en la que cualquier apertura puede estar condenada al desastre.
«Que la gente vaya al cine, que lo necesita», concluye.
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