Nadie a día de hoy recetaría cocaína para curar la depresión pero el uso de plantas psicoactivas ha estado ligado a la humanidad desde la antigüedad. Sigmund Freud, el padre de la psicología moderna, fue uno de sus grandes defensores, recomendándola para tratar el alcoholismo y las adicciones al opio. Además, el tabaco se comenzó a utilizar para tratar dolores de diversa índole, cólicos intestinales, fortalecer los pulmones, curar heridas y como afrodisiaco.
En las últimas décadas la ingesta de estas sustancias, asociada fundamentalmente a un uso recreativo, ha tenido un gran impacto social. Pero en sus inicios fueron valoradas por su capacidad para curar, reducir el dolor, el cansancio o el hambre, así como por sus efectos alucinógenos; los llamados chamanes, magos, brujos o curanderos, las ingerían sirviendo así de intermediarios entre el mundo físico y el espiritual.
Desde la adormidera o el cannabis, dos de las plantas psicoactivas más utilizadas en el viejo mundo, hasta de la coca, la belladona o la mandrágora —que tan popular hiciera para el gran público la saga Harry Potter—, serán exhibidas en esta muestra. Mágicas, místicas y medicinales. Plantas y hongos psicoactivos —que organiza la Biblioteca del Real Jardín Botánico (RJB) junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid— nos acerca, a través de ilustraciones y textos, una selección de estas plantas y hongos más conocidos a lo largo de la historia desde este 6 de noviembre.
Solo una pequeña variación en la dosis de muchas de estas plantas define su uso como medicina, como psicoactivo o como veneno, ya que contienen sustancias altamente tóxicas que pueden provocar la muerte. Formaron parte de los aquelarres y de las pomadas de las brujas, los llamados unguentum pharelis que provocaban alucinaciones y la sensación de volar al ser aplicados en distintas partes del cuerpo. Estas prácticas, perseguidas por la Inquisición, fueron el motivo por el que muchas de ellas fueran perseguidas, encarceladas y hasta quemadas en la hoguera.
La cocaína fue una de las favoritas de Sigmund Freud
Para esta exposición, los comisarios María del Carmen Peña Chocarro y Félix Alonso, han seleccionado ocho plantas y un hongo de una amplia lista que podrían integrar la muestra. «De las 7.000 plantas con las que cuenta el Real Jardín Botánico estas en cuestión pueden pasar desapercibidas, con el misticismo que generan esperamos que puedan ser un punto de atracción para poder verlas in situ», explica Alonso a El Independiente. «Hemos elegido temas que sean atractivos para el público, las plantas nos permiten contar su historia cultural».
Algunas de esas plantas seleccionadas en su hábitat natural en el propio Jardín. En concreto se pueden ver las siguientes: la mandrágora, el beleño, el tabaco, el estramonio, la belladona y el centeno. Todas ellas cuentan con un cartel que hace referencia a su presencia en la exposición Mágicas, místicas y medicinales. Plantas y hongos psicoactivos.
Una de las ocho plantas escogidas es la belladona (Atropa belladonna L.), una hierba que pertenece a la familia Solanaceae y al género Atropa, que incluye tres especies nativas de Europa, Asia y norte de África. También figuran el Beleño negro (H. niger L.) y la mandrágora (Mandragora officinarum L.), una planta herbácea de raíces gruesas, frecuentemente bifurcadas una o varias veces, que pueden asemejar la forma del cuerpo humano.
El cáñamo (Cannabis sativa L.), una planta herbácea de rápido crecimiento que puede alcanzar hasta cuatro metros de altura y se encuentra silvestre o cultivada, con un gran número de variedades destinadas a diferentes usos. Asimismo se introduce la adormidera (Papaver somniferum L.), el estramonio (Datura stramonium L.) y el tabaco (Nicotiana tabacum L.). El género Nicotiana, de la familia Solanaceae, incluye 75 especies, en su mayoría nativas de América. De ellas solo dos son cultivadas: N. rustica L. y N. tabacum, ambas resultado de hibridaciones naturales entre especies silvestres.
Por último, la coca (Erythroxylum coca Lam.) cuenta con alrededor de 230 especies tropicales, únicamente dos especies son cultivadas: Erythroxylum coca Lam. y E. novogranatense (Morris) Hieron. Sigmund Freud fue uno de sus grandes defensores, recomendándola para tratar la depresión, el alcoholismo y las adicciones al opio. La exposición se completa con cornezuelo del centeno (Claviceps purpurea Fríes Tulane), un pequeño hongo de entre 1 y 4 milímetros de longitud, de color púrpura o negro y parásito de varias especies de cereales, entre ellas el centeno.
Aunque su uso medicinal se desconocía, era reconocido como un veneno ya en la antigüedad, apareciendo señalado en una tablilla asiria del año 600 a.C. De gran toxicidad, la ingestión de granos contaminados provoca ergotismo, también conocido como el fuego de San Antonio, que afecta tanto a humanos como a animales.
Mágicas, místicas y medicinales. Plantas y hongos psicoactivos en el Real Jardín Botánico de Madrid desde el 6 de noviembre.
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