«Dicen que lo hago son 'coñodramas', pues toma Coñodramas».
Cambió el ‘pueblo' de Reus por el frenesí de la ciudad, pero entre barrios cool y cafeterías gentrificadas de colores pastel encontró su seña de identidad. Raquel Córcoles (1986), la cara visible del fenómeno 'Moderna de Pueblo’, vuelve a las estanterías con un viaje intergaláctico protagonizado por «unas heroínas que están hartas de ser las secundarias de la película». La autora regresa tres años después del éxito de Idiotizadas (2017), un relato de princesas mundanas que «fue mucho mejor de lo que esperaba» y cuya adaptación cinematográfica contará con el sello de la productora de Álex de la Iglesia.
En Coñodramas (Editorial Planeta), apuesta por mujeres con superpoderes que cambian la espada láser por armas más potentes como la copa menstrual. «Enfócalas también a ellas y no a ese que solo destruye meteoritos», decía cada vez que acudía a ver una película en la que la actriz terminaba sosteniendo la capa y el guion del héroe. «He tenido dudas creativas sobre de qué tenía que hablar para ser más respetada y para que me leyesen hombres, hasta que me di cuenta de que el problema no era lo que yo hacía, sino el statu quo en el que vivimos en el que una mujer hablando de sus problemas no es considerado como algo universal, sino como cosas de chicas», explica. «¿Te debería hablar de algo más elevado? Devalúan tu trabajo por inercia», añade.
Antes intentaba disimular que escribía sobre cosas de mujeres, pero ahora no pienso avergonzarme del contenido que hago
Para Raquel, Coñodramas es una prueba fehaciente de que la losa de la crítica ya no habita en su mochila mental. «Antes intentaba disimular que escribía sobre cosas de mujeres, pero ahora no pienso avergonzarme del contenido que hago», dice contundente. «Hablar de la menstruación no son cosas nuestras, es política, a la mitad del mundo le pasa esto», indica. Se siente «feliz» de ver a las mujeres liderando la conversación sobre lo femenino, pues antes «nos lo explicaban todo ellos, los guiones de las películas de mujeres los escribían ellos» y por eso considera se han heredado estigmas «frívolos, tontos y despectivos».
Considera que muchas de las críticas que ha recibido han pecado más de forma que de contenido. Le viene a la mente una anécdota en la que un periodista de El Intermedio acudió a una de sus presentaciones y preguntó, «con sus dos cojones», a una de sus lectoras: «¿Oye, no te interesa algo con menos colorinchis y más serio y profundo?», relata. «Si me gusta esta estética, ¿por qué tengo que disfrazarla y vestirme con el traje de hombre para ser más respetada», espeta Raquel.
Hay un desprecio a la mujer como creadora y como público, me han hecho sentir que mi éxito no iba acorde a mi mérito
Las viñetas, los colores y el estilo cómic son marca registrada de ‘Moderna de Pueblo’, pero a veces considera que su contenido no se toma del todo en serio por la manera en la que lo presenta. «Hay un desprecio a la mujer como creadora y como público», explica. «Me han hecho sentir que mi éxito no iba acorde a mi mérito, para ellos tenía público porque somos tontas». Raquel enumera un sinfín de razones en las que se confunde a su obra como algo «adolescente». «Cada vez que me contactan para mandarme un libro pienso, ¿crees que tengo 15 años o crees que la gente que sigue mi trabajo tiene 15 años?».
Entre sus autores fetiche se encuentra Paco Roca y «uno de los libros que más me gustan de él es Memorias de un hombre en pijama, pero estoy segura de que si yo publico esa obra me dirían que habla sobre una chica viviendo en su piso de la ciudad», explica con respecto a la etiqueta de «femenino» que se coloca a la mujer escritora. «A veces echas de menos que no pongan tu trabajo antes que tu género».
El triunfo de la mujer y la consultoría de ‘Moderna'
Raquel admite tener «conflicto con el amor romántico» y se ha considerado en numerosas ocasiones como la «machirulo» de su relación. A pesar de ello, ve «muy poca voluntad» en el hombre para poner su granito de arena en el camino hacia la igualdad. «Hay un egoísmo instaurado del que no quieren renegar», admite. «No sabes la de mujeres artistas que conozco que están teniendo problemas en su vida personal por brillar demasiado. Queda muy bien la frase en Pinterest de 'Que nadie apague tu brillo’, pero estamos programadas para admirarles y sentir felicidad por sus logros», señala. «Cuando ella tiene éxito, él no sabe encajarlo, no sabe ser un secundario».
La frase en Pinterest de 'Que nadie apague tu brillo’ queda muy bien, pero estamos programadas para admirarles por su éxito
Se suele decir de la mujer que, cuando llega al puesto que tradicionalmente ocupaba el hombre, actúa como tal para que la profesionalidad y seriedad vayan antes que su género. Sin embargo, no considera la situación como novedosa, pues ocurría «igual que en colegio cuando ibas de torturada de la vida, vestías de negro y actuabas como ellos para pedirles un piti», explica. «Cuando llegas a una posición de poder te sale hacer lo mismo, te pones un traje porque si llegas con un vestido de flores cantas como una almeja», ríe.
A ‘Moderna’ la consideran como una gurú de la vida millennial, con consejos para dar y regalar sobre relaciones de montaña rusa, Coñodramas y relatos que copan el feed de su Instagram con historias estrambóticas ante las que Raquel no da crédito. «A veces la gente se excede en los detalles», comenta. «De repente recibes un párrafo de una tía que te cuenta lo que le gusta hacer a ella y a su novio y piensas, ¿por qué me estás contando esto?, esto no es compartible», ríe. Aun así, hay relatos que son oro y que la inspiran para hacer sus viñetas. «Una me dijo que a ella sus tetas le encantaban, y que les hablaba y les decía, '¿cómo estáis hoy?’. Me comentaba que la gente la miraba raro, pero que su familia ya lo tiene asumido».
Además de historias que serían las protagonistas en cualquier cena de amigos -eso sí, de no más de seis de ellos- alguna seguidora ha acudido a las redes sociales para pedirle ayuda en cuestiones como el maltrato psicológico. «Me llegan muchos mensajes, pero te tienes que desapegar emocionalmente porque sino te sentirías responsable hasta del perro que se ha perdido en Canarias esta mañana», admite. «A través de la viñetas puedo dar esos mensajes sin tener que darlos directamente, pero yo no soy ninguna gurú de nada».
Siente que ‘Moderna’ es «un alter ego», aunque admite que la ficción gana la balanza a la realidad. «A veces la gente me dice que cuento mi vida, pero nada más lejos de la realidad. Hay mucho trabajo detrás para convertir mi aprendizaje en una historia de ficción interesante». Sin embargo, «‘Moderna nunca diría nada que yo no diría».
A expensas de lo que ocurra con la adaptación a la gran pantalla de Idiotizadas, que dirigirá Eva Hache, Raquel todavía recuerda esa noche como «el hito»: «A Carlos y a mí nos gustaría darle vida, pero no sabemos hasta qué punto nos van a dejar implicarnos», admite. Tras muchos años buscando un salto audiovisual, «que llegue la productora de Álex de la Iglesia y que me diga que le encanta el cómic», fue un «subidón brutal».
De momento, Raquel sigue con sus colaboraciones en redes, trabajando con su pareja en una serie de ficción y apostando por el contenido que la caracteriza. «El día que deje de construirme habré dejado de cuestionarme cosas de mi vida».
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