Edo guarda intacto en su memoria el día que ardió la Biblioteca de Sarajevo, junto a la que ha vivido toda su vida. Todavía salía humo del edificio y él entraba dentro del mismo como parte de su juego, pese a que su madre se lo había prohibido. Por allí aparecieron dos periodistas españoles. “De niño siempre jugaba por ahí y un día el periodista Alfonso Armada y Gervasio me preguntaron qué hacía ahí, que dónde estaban mis padres. Luego les dije cómo podían entrar en la biblioteca”, cuenta por teléfono desde Sarajevo.
Edo es parte central de lo que Gervasio Sánchez considera la guerra de Bosnia, una guerra que no ha terminado para los que la vivieron. “¿Cuándo se acaba una guerra?”, se pregunta uno de los periodistas en activo que más conflictos ha cubierto como periodista y fotoreportero. “¿Cuando lo dice la Wikipedia? Según ésta la guerra de Bosnia acabó oficialmente el 14 de diciembre de 1995, tras la firma del tratado de Dayton entre las partes [lee]. Pero en este documental vemos a los protagonistas de la guerra en 2019 y en 2020 que no se curaron de la guerra”, explica a El Independiente Gervasio Sánchez. El documental Álbum de posguerra, que estrena Movistar+ (27 de abril), sigue al periodista a Sarajevo, entre 2019 y 2020, en busca de los protagonistas de las fotos de niños que tomó durante el cerco de la ciudad que tuvo lugar entre 1992 y 1995. “La guerra sigue activa en su subconsciente y se activa con tan solo ver una fotografía. Las guerras no se terminan hasta que no se superan las consecuencias, y esto ocurre décadas después y, a veces, nunca ”, asegura.
Gervasio Sánchez está enganchado a Bosnia desde aquella guerra y tiene muy dentro a los habitantes de Sarajevo. La ciudad cosmopolita y multicultural que quedó arrasada por los nacionalismos y que atrapó en medio a ciudadanos del país más próspero del este de Europa y que estaba llamado a ser el motor económico de los Balcanes.
“Gervasio Sánchez es para mí un héroe, es mi héroe. Vino aquí durante la guerra y siempre que ha vuelto a Sarajevo ha venido a vernos”, nos cuenta Edo. Él ya ha visto el documental que se ha emitido por la televisión Bosnia y en Al Jazeera, mucha gente le ha parado por la calle porque le han reconocido, sigue viviendo cerca de la biblioteca de Sarajevo. “Yo siempre he estado aquí, este es mi lugar, esta es mi ciudad y no nos iremos a otro sitio”, afirma con orgullo bosnio. “Aquí la vida está difícil”, la pandemia tampoco ayuda, pero “ya estaba difícil antes”, añade con resignación, también, bosnia.
Edo: "Yo siempre he estado aquí, este es mi lugar, esta es mi ciudad y no nos iremos a otro sitio" Foto: Gervasio Sánchez.
“Con este documental, persigo varias ideas, una es mantener la relación con personajes que se han cruzado en mi vid, que son protagonistas de fotografías que se siguen viendo como parte de lo que fue el cerco de Sarajevo y la guerra de Bosnia, que ocurrieron hace casi tres décadas. El año que viene hará 30 años que conocí a Edo”, asegura el fotoreportero. “Llevo muchísimos años trabajando en conflictos armados y me interesan cada vez más las consecuencias de las guerras a largo plazo y, cada vez menos el ruido de la guerra, porque este ruido te hace perder la perspectiva sobre sus consecuencias”, mantiene.
“Con Edo tengo una vinculación especial, me enseñó a entrar en la biblioteca sin matarme cuando estaba destruida y durante el cerco y después le he ido a visitar. Le llevaba algún regalo y cuando era niño se lanzaba a mis brazos. Después su vida personal se fue complicando y hemos seguido manteniendo el contacto y es el protagonista más importante del documental”, afirma.
"Las guerras no se terminan hasta que no se superan las consecuencias, y esto ocurre décadas después y a veces nunca. Foto: Gervasio Sánchez.
Baloncesto, el deporte de moda en Yugoslavia
Gervasio capturó a un grupo de chicos jugando al baloncesto que era el deporte en el que brilló Yugoslavia en los 80. Damir, que lanza la bola en la foto, llegó a ser capitán de la selección bosnia. Intentó jugar en dos equipos en Italia, pero la malnutrición infantil de la guerra le maltrató físicamente.
Gervasio Sánchez entrevistó a Mirza Delibašić (1954-2001), jugador de baloncesto bosnio que jugó en la selección de Yugoslavia y en el Real Madrid, a los tres meses de empezar el cerco a la ciudad. “Se pasó toda la entrevista llorando y lo que más me impresionó no fue verle llorar sino cómo le miraba su hijo mientras lo hacía”, cuenta el periodista. Danko, su hijo, participa en el documental. En Álbum de posguerra ve por primera vez la foto en la que sale él con su padre. “Me gustaría estar de nuevo en ese momento con mi padre", asegura en el documental. "Es muy raro recordar la guerra y recordar el pasado como algo bonito, es raro y también es algo muy característico de Sarajevo".
Lo que tiene comprobado el fotógrafo es que da igual que la guerra dure unos meses, unos años o una década ya que a los niños y a los adolescentes “les termina marcando toda su vida”. Gervasio Sánchez ha vuelto muchas veces a Bosnia para distintos proyectos y ha viajado con su familia; “en la medida que he ido volviendo he visto que el impacto emocional de la guerra no se había superado por mucha de la gente, especialmente por los que eran niños”.
De aquí le surgió volver a reencontrarse con ellos, los protagonistas de sus fotos, entre los que no podía faltar Edo, el niño que le guio por la biblioteca de Sarajevo.
Las hermanas Selma y Alma pasaron gran parte de la guerra en la casa de su abuela, que cuidaba de ellas. Su madre trabajaba y su padre estaba en el frente. Una tanqueta de los cascos azules llegó y los niños salieron porque solían traer chocolate. Ellas se escaparon de casa para bajar. No habían visto esta foto nunca hasta ahora, es la única foto que tienen de esos años. Su madre cuando vio la foto, casi tres décadas después, lo primero que hizo fue regañarlas por haber salido a la calle.
Detrás de la dirección y el guion del documental se encuentran Àngel Leiro y Airy Maragall - para Lukimedia con la producción de Stephanie von Lukowicz -, que también vivieron en Sarajevo tras el conflicto. “Gervasio y las fotos de Gervasio son el narrador de este documental. Su empatía con la ciudad y con la gente de Sarajevo te abre puertas” afirma Maragall.
Una conexión con la ciudad que se puede ver también en el documental en el que las vidas de los tres están entrecruzadas con experiencias vividas previamente y “eso se nota, nos sentimos en casa desde el primer momento. La gente de Sarajevo es tan buena conversadora y disfrutamos mucho de las entrevistas”, añade la guionista.
Una de las razones que convierten al documental en una montaña rusa de emociones es que los niños se reencuentran con el fotógrafo por primera vez y algunos no sabían que habían sido fotografiados. ”Fue muy emocionante buscar a los protagonistas de las fotos, algunos los localizamos en el momento de la grabación y otros previamente, pero preservamos a Gervasio para que los conociera en el momento”, explica. Conocen al hombre que les trae el pasado en una foto y ellos le devuelven la parte de la historia inacabada de la guerra que él se llevó con sus fotos hace tres décadas.
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