«Acariciarnos el alma» y hacerlo en un cuadro de Goya. Que no con. Porque es distinto. Estremecernos con El 3 de mayo en Madrid, admirar La maja desnuda, o intimidarnos ante Saturno devorando a su hijo; y es que donde no hay ni rastro de paredes blancas y obras que ver -pero no sentir-, hay una alianza perfecta entre arte y tecnología para disfrutar desde dentro de los lienzos del pintor aragonés.
Es lo que ofrece #InGoya, la exposición inmersiva alrededor de la obra de Francisco de Goya que acoge el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa de Madrid desde el pasado martes y hasta el próximo 16 de enero.
Con una producción cuidada al detalle y utilizando tecnologías punteras, #InGoya sumerge al visitante en las pinturas de una manera precisa y fiel, y compagina a la perfección la calidad de su producción con el máximo disfrute sensorial y la emoción de estar formando parte del universo de este gran artista: «El proyecto nació hace cuatro años con una idea que rondaba en mi cabeza. Desde entonces ha habido un largo trabajo previo de documentación. Nos hemos reunido con los mejores especialistas que hay sobre Goya y a partir de ahí, empezamos a elegir cuadros y pedir los derechos para usar esos escáneres en la exposición. Ante todo, hemos querido respetar a Goya, su encuadre, los escáneres de los cuadros o el color original de estos. Hemos tenido mucho mimo y yo creo que eso se transmite en la exposición», explica Yolanda Bergareche, directora de la exposición, a El Independiente.
La muestra está situada en una única sala oscura y amplia y se divide en dos partes. La primera, está formada por paneles fijos que ofrecen información sobre el artista, el contexto internacional y nacional en el que vivió, y su particular forma de pintar y mirar a su alrededor; y la segunda, es una «coreografía de proyecciones» que inunda las paredes negras de la sala con imágenes de obras del autor que, junto a la música de clásicos como Albéniz, Falla, Granados o Boccherini, trasladan al espectador hasta el interior de las propias pinturas: «La Sala Didáctica, la primera parte de la exposición, tiene como objetivo conocer la figura de este artista y entender su pintura desde varios puntos de vista; desde Goya como artista universal, hasta su capacidad de a través de sus dibujos y sus series de grabados, reflejar las miserias de la condición humana, o hasta su visión de la mujer, que tiene una presencia extraordinaria en la obra del artista que merece ser destacada. Después, la Sala Didáctica se transforma en la Sala Emocional, donde las mejores obras de Goya aparecen envolviendo al visitante en las escenas que pintó. Lo que hacemos es ir de cuadro en cuadro. Siempre está la obra completa en alguna pantalla y en las demás, detalles», afirma su directora.
Durante la pandemia trabajamos con la incertidumbre de saber si algún día podríamos inaugurarla"
yolanda bergareche
Coincidiendo con los 275 años del nacimiento de Goya, la exposición es un proyecto itinerante que llega a Madrid después de su éxito en el Palacio de Congresos de Granada durante la primavera de 2021: «Durante el confinamiento trabajamos de manera intensiva en la exposición, siempre con la incertidumbre de si algún día podríamos estrenarla. En marzo la inauguramos en Granada a pesar de las múltiples restricciones que aún estaban vigentes, y la ciudad se volcó. Económicamente no fue un éxito pero nos permitió ver que al público le gustaba lo que veía, lo entendía y agradecía. Aquí en Madrid está siendo muy exitoso también, y me gusta que hayamos conseguido llegar a un público muy distinto».
Experiencias inmersivas, la nueva forma de entender el arte
Sumergirse en un recorrido digital de 360º por las obras maestras de reconocidos artistas, es una tendencia que se está asentando cada vez más en el panorama cultural y de ocio, y convirtiéndose en una vía por la que el arte abre nuevos caminos de futuro: «El arte inmersivo nos invita a formar parte de él, a que entremos en la obra de arte y que ya no seamos meros espectadores, sino que la vivamos desde dentro, sintiéndola y disfrutando de ella. Es una experiencia vital y desconcertante al mismo tiempo», asevera Yolanda, que advierte, pese a su creciente éxito, «todavía hay quien prefiere la forma más tradicional de consumir arte».
Algunas obras inmersivas parecen un ejercicio audiovisual del realizador que lo ha hecho"
yolanda bergareche
«Hay gente reacia a la exposiciones inmersivas. Y lo comprendo, porque yo misma he visto exposiciones de este tipo en distintas ciudades y me han parecido horribles. A veces no se respeta el encuadre del pintor y el cuadro en sí se descuartiza o se anima. Al final más que ser una obra inmersiva sobre un pintor, es un ejercicio audiovisual del realizador que lo ha hecho. En este sentido, nosotros decidimos hacer algo muy cuidado que agradara hasta a los puristas. Por suerte hemos tenido cerca a gente muy entendida que nos ha ayudado a no trasgredir una obra o al pintor».
En los últimos años, se han creado espacios permanentes para este tipo de muestras, tomando como referencia algunos de los centros impulsados por la empresa francesa Culturespaces: Les Bassins de Lumières en Burdeos y Atelier des Lumières en París, un espacio pionero en Europa. En España, el éxito de Van Gogh Alive, distribuida por la empresa australiana Grande Experience, El oro de Klimt en Valencia y, recientemente, Impresionistas en Málaga, constatan la tendencia del éxito de esta propuesta cultural y de ocio también a nivel nacional.
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