Domingo 26 de diciembre. La lluvia inunda gran parte de la geografía española y pocos planes se antojan más apetecibles que disfrutar de la tarde con un clásico de la historia del cine. Esa era la intención de Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), hasta que se topó con que le habían robado la que probablemente sea "su película". "He visto Qué bello es vivir (1947) más de diez veces. De repente me encontré con una escena que no había visto jamás, seguidamente, lo mismo con un doblaje. Al principio pensé que era un error y que habían mezclado dos películas, pero me puse a investigar y me di cuenta de que la versión que estaba viendo duraba siete minutos menos que la original", explica Silva en conversación con El Independiente.
La reacción de Silva, viralizada en Twitter y de alcance internacional, es un reflejo de la relevancia de que 46 años después de la muerte de Francisco Franco todavía sobreviva parte de la censura ejercida por el régimen. Los largometrajes internacionales sufrían las modificaciones pertinentes a través del doblaje -con una falsa traducción- o directamente con la eliminación del fragmento. La versión de Qué bello es vivir (1947) se sigue emitiendo con siete minutos menos del metraje original, en consonancia con los dictados de la censura franquista. Silva argumenta que la escena muestra al protagonista "entregando a unos vecinos una casa construida por la cooperativa de viviendas que dirige". En la siguiente escena, también censurada, "un trabajador del banco le explica a su jefe, el empresario usurero que se está adueñado de la ciudad, por qué tiene que aplastar esa cooperativa de viviendas que construye casas dignas a mitad de precio de las suyas. Esas escenas le dan a la película un contenido político muy fuerte y en nuestras televisiones siempre han estado borradas" comenta Silva.
El amante de la película más destacada del legado de Frank Capra denuncia que la relación entre doblaje y censura responde a la "cultura del aislamiento". "Los idiomas son un vehículo para acceder a la información. Era otra forma de autarquía. La mala enseñanza insiste en mucha gramática y cero conversación para que te comuniques lo justo".
Casos de censura franquista en la actualidad
El cine y la literatura son dos de las artes más empleadas por los autores como herramienta de rebeldía y de lucha contra lo establecido. Las dictaduras han censurado o modificado gran parte de estas fuentes de conocimiento para adaptarlas a sus intereses. Además del caso de Qué bello es vivir, Silva hace referencia a otros clásicos del séptimo arte que todavía se emiten bajo el sesgo franquista. "En la versión doblada en español de Casablanca (1942) se elimina la parte en la que Humphrie Bogart lucha en la guerra con el bando republicano".
Entre las versiones manipuladas que perduran en la oferta cinematográfica destacan Raza (1942), Mogambo (1953), La dama de Shanghái (1947) o El Álamo (1960); mientras que en el plano literario sorprende que las editoriales impriman hoy en día obras alteradas como Al otro lado del río y entre los árboles de Ernest Hemingway, donde los personajes -en la versión original- son una pareja de lesbianas. "En el texto en castellano se presentan como si fueran buenas amigas. Estamos casi en 2022", apostilla Silva.
Raza, guionizada entre otros por Franco, omite seis minutos "puramente fascistas" donde se aprecia la ideología utilizada por el franquismo, "para evitar que se relacionase al dictador español con Hitler y Mussolini". La trama de Mogambo contiene un adulterio que se expone como un incesto, "todo por ocultar ese tipo de relaciones, ¡aunque sea con un incesto!", exclama Silva. La palabra 'república' es sustituida por 'libertad' en un discurso de El Álamo, pese a que no concierne al caso español, se defendía el concepto de república. La dama de Shanghái, cuenta con una escena donde Orson Welles narra el tiempo que pasó en España "matando fascistas". Por supuesto fue eliminado, lo sorprendente es que continúa mostrándose como entonces al espectador.
Petición al Ministerio de Cultura
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que preside Silva ha exigido al Gobierno una investigación para que "se reparen y completen" los libros y películas que fueron censuradas durante el Franquismo y que continúan "siendo emitidas e impresas de manera imparcial". "Es una vergüenza que esto haya llegando hasta el siglo XXI. No esperamos una contestación a la carta, pero sí que hagan lo que tienen que hacer", esgrime Silva, que pide "la creación de un mecanismo para que si alguien detecta esta censura pueda reclamar", así como en caso de que se emita o reproduzca una copia manipulada "que lo dejen claro antes de venderte nada".
En un comunicado, la ARMH ha transmitido que "tras más de 40 años persistan hechos tan graves, no es sólo un atentado contra las personas que crearon esas obras y una agresión a su libertad de expresión; atenta también contra el derecho al conocimiento y la libertad en el acceso a la cultura". Silva concluye con la condena por una actitud pasiva "en vez de proactiva" de la cartera de cultura que "sabe que en España ha habido censura, pero parece que solo lo solucionan si alguien se queja". Silva, entre risas, admite que este fin de semana verá "una película que haya estrenado hace poco".
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