A pluma, tinta marrón y en lápiz, un soldado sosteniendo una pequeña botella frente a una anciana descalza con una petaca en la mano derecha, escenifican la juventud de Paul Cézanne (Francia, 1839 - Francia, 1906), pintada por él mismo y perdida durante al menos sesenta años. «Es un redescubrimiento maravilloso. Este dibujo pasó por las manos del hijo y luego del nieto de Cézanne antes de que se perdiera de vista durante casi sesenta años», señala Thierry Collet, el subastador de Reims responsable de la venta de la obra hallada ahora al sur de Francia, y vendida por 26.000 euros en una subasta este domingo, según informa la agencia France Presse.
El dibujo, de 22,4 por 16,9 centímetros, que, en realidad son dos, habría sido realizado entre 1856 y 1860, etapa que comprende los años de aprendizaje del pintor impresionista, considerado el padre de la pintura moderna y cuyas obras establecieron las bases de la transición hacia el mundo artístico del siglo XX; y formaría parte del conocido como cuaderno 'Jerusalén' que el francés compartió con su hermana Marie y reunió sus primeros dibujos.
El cuaderno llegó a manos de los Pearlman, grandes coleccionistas estadounidenses, que en 1962 lo donaron al Museo Nacional Bezazel de Jerusalén, que pasó a ser después el Museo de Israel de esa ciudad. La libreta, al parecer, está incompleta, y tiene actualmente veinticuatro dibujos: doce de Paul Cézanne, once de Marie y uno de Rose Cézanne, hermana pequeña del pintor: "Perdimos la pista de este dibujo después de Jean-Pierre Cézanne. Quizá pasó a manos de Henry Pearlman, sin certeza".
La hoja puesta a la venta, estimada entre los 20.000 y los 30.000 euros y rematada finalmente en 26.000, es una de las seis que le faltan y es de doble cara. De un lado está la obra de Cézanne y del otro, un paisaje y un calvario dibujado con lápiz negro por su hermana con una inscripción de Jean-Pierre Cézanne, el nieto del pintor: "El dibujo de al lado es un dibujo original de mi abuelo". Pese a la escritura, la casa Ivoire señala que han sido necesarios más de dos años de investigación para autentificar la ilustración, y apunta que la mayoría de dibujos de ese cuaderno hacen referencia a temas guerreros que se cree, que estaban inspirados en obras de los viejos maestros.
En este sentido, Walter Feilchenfeldt, Jayne Warman y David Nash de la Sociedad Cézanne, así como la experta Fabienne Ruppen, han confirmado también la autenticidad de la obra.
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