La inspiración de Jesús Cees era "demasiado fuerte", como las paredes de la Emita de Sant Cristòfol de Alcoy demasiado blancas. Y así, como polos opuestos que se atraen y a pinceladas, la localidad alicantina ya tiene su propio Ecce Homo: un sinfín de murales de colores vivos y formas geométricas que "han transformado la naturaleza artística" de la que es un Bien de Relevancia Local (BRL).
En su primer arrebato, el pintor consideró que el retrato que lucía la ermita había perdido color. Pidió permiso al Ayuntamiento para restaurarlo, aunque ¿para qué? El alcoyano desoyó la negativa de las autoridades y decoró entonces una de las paredes exteriores de esta iglesia gótica del siglo XIV, levantada en plena Sierra de Mariola, con una imagen muy personal de Jesucristo. "Los técnicos del ayuntamiento fueron a darle una nueva capa de pintura y dejaron el mural", aseguró Jesús en declaraciones para Efe. Pero la irrefrenable inquietud creativa del artista siguió, y decoró más paredes y parte del techo. Así, en total, el artista estuvo cuatro meses, en 2020, realizando su obra en el templo: "Cuando me puse a restaurarla, pensé, ya que he empezado sigo, y fui pintando lo que me iba saliendo con la naturaleza del lugar como inspiración, mezclado con motivos religiosos".
Al estar catalogada como BRL, la ermita tiene protección amparada por la Ley de Patrimonio de la Comunidad Valenciana, razón por la que se estudia ahora imponer una sanción punitiva al pintor. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento explicó el pasado jueves que ha trasladado "esta situación a la Dirección General de Cultura y Patrimonio, dependiente de la Conselleria de Cultura, para poner en conocimiento estos hechos y que indiquen que se tiene que hacer en este caso": "Esta ermita es del siglo XIV y de estilo gótico y, según informó en su día el arqueólogo municipal en la respuesta negativa al proyecto del pintor, era discordante con el estilo de la ermita", explican en el comunicado, donde añaden, que "la obra es anacrónica y podría afectar pigmentos originales" por tanto, "no se podía pintar nada sin llevar a cabo varias prospecciones para comprobar si existían los citados pigmentos".
A pesar de la posible sanción, Cees tiene intenciones de acabar su obra y ha pedido un andamio al Ayuntamiento de Alcoy para hacerlo. Según el artista, le restarían tres meses para culminarla: "Allí no hay ninguna obra tapada, no hay pigmento original, son solo paredes en blanco. Si lo quitan, volveré a pintarlo", afirma Jesús.
El uso de la ermita hace tiempo que no es religioso, sino que la frecuentan los senderistas que recorren esta serranía del interior de la provincia de Alicante. En el pasado, algunos particulares ya restauraron con sus propios medios la ermita, sin contar con la ayuda económica de la administración.
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