Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) es el Stephen King gallego, un superventas con nueve novelas que ahora se atreve con el thriller. Se inició con un blog en el que relataba el diario de un superviviente de una pandemia zombi que busca la forma de salir de Pontevedra. Y la historia consiguió salir por todo el mundo en 2007 cuando se publicó Apocalipsis Z. Loureiro convenció con sus libros de zombis en países como EEUU, pero después siguió publicando novelas con éxito, como Los días oscuros, La ira de los justos, El último pasajero, Fulgor y Veinte.
Con su anterior novela La puerta, abrió una entrada del más allá y vendió 100.000 ejemplares. Ahora publica La ladrona de huesos (Planeta), con la que se mete en el corazón de Galicia con el Camino de Santiago en pleno año Xacobeo. La suma del Camino y de Loureiro explican la apuesta editorial de una primera edición de 50.000 ejemplares.
“Los lectores se van a encontrar una protagonista puesta en una situación límite. Su pareja desaparece y, si quiere recuperarla, si quiere volver a verla con vida, tiene que hacer algo aparentemente imposible, tiene que robar los huesos del apóstol Santiago que están aquí dentro de esta catedral y además sólo tiene siete días para hacer una misión, aparentemente, imposible de hacer, pero que ella va a intentar conseguir”, nos cuenta delante del templo gallego.
Acompañamos a Loureiro por los escenarios de la novela en Santiago de Compostela, en particular las escenas dentro de la catedral. Allí en su cubierta recién restaurada, un enlosado de piedra granítica que ha liberado al templo de 750 toneladas de peso, tienen lugar los momentos finales de este thriller que para Loureiro ha supuesto una peregrinación de géneros. “Empecé escribiendo novelas de corte fantástico, pasé por novela negra y ahora es la primera vez que plantea un thriller puro y duro que tiene como objetivo que el lector tenga que pasar páginas sin parar hasta llegar al final. Lo que se busca con un libro de este estilo es tener al lector sentado en el borde de la silla, disfrutando cada página que lee y que cuando llegue al final y cierre el libro, tenga esa sensación terrible de pérdida y diga eso de ojalá tuviese cien páginas más. Y si consigues hacer eso estás haciendo magia”, explica.
Ha vuelto a Galicia, a donde regresó con La Puerta, pero esta vez a la icónica Santiago, su Camino y su catedral. “Me gusta tener a mi tierra como referente porque la conozco muy bien. Para mí son referentes muy fáciles de conseguir, muy fáciles de que florezcan”. Pero como él cualquiera que haya recorrido el Camino reconocerá los escenarios que recorre la protagonista Laura. “Este lugar invita a contar ese tipo de historias: el clima, el ambiente, los bosques, la gente. Todo ayuda a crear historias con algo misterioso alrededor. Y además sí que es verdad que en este largo viaje que empecé ya hace años, con una historia de un abogado que sufre una pandemia en Galicia, poco a poco este camino hay un círculo que da vueltas hasta aquí y ahora”, añade Manel Loureiro.
"Mucha gente pone en tela de juicio que los huesos del santo sean reales o que la historia que se les adjudica sea la historia correcta de esas reliquias. Pero en este caso eso no es importante, porque no es tanto la veracidad de esos huesos como lo que representan."
Manel Loureiro
Más que Galicia
Pero la ambición de Loureiro con esta novela va más allá de su tierra, a la universalidad del Camino su novela incluye muchos más elementos que hacen que su novela pueda ser leída y comprendida en cualquier parte del mundo. “El Camino sólo es parte de los escenarios, parte de la historia también transcurre en Madrid, en México y en la antigua Unión Soviética. Tiene varios escenarios porque todos ayudan a facilitar las piezas para construir ese puzle que es la historia del alma de su protagonista y que ella averigüe quién es al mismo tiempo que los lectores”. Laura su protagonista tras perder la memoria tiene que recuperar su pasado a la vez que hace el Camino con el objetivo impuesto de robar los huesos del santo.
Preguntamos a Loureiro por los huesos y su importancia en la novela, pero anda con pies de plomo para no hablar de más sobre la trama. “Los huesos que están ahí dentro, - nos explica Loureiro en la plaza del Obradoiro-, en una urna dentro de la catedral, como cualquiera de las reliquias que están repartidas por todo el mundo, tienen una enorme polémica a su alrededor sobre su autenticidad. Mucha gente pone en tela de juicio que sean reales o que la historia que se les adjudica sea la historia correcta de esas reliquias. Pero en este caso eso no es importante, porque no es tanto la veracidad de esos huesos como lo que representan. El símbolo que suponen para la fe millones de personas. Y precisamente eso, ese símbolo, esa fe es el objetivo de los que se quieren hacer huesos”. No se le escapa un solo detalle que perturbe la lectura de las 498 páginas que se deshacen en las manos del lector.
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