El Greco fue para Picasso una referencia fundamental y permanente, la más sostenida en el tiempo durante la larga vida del pintor malagueño, y relevante en momentos muy importantes de su evolución estilística como pueden ser el periodo azul o el origen del cubismo.
Lo explica en una entrevista con Efe, en los jardines del Museo del Greco de Toledo, el jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado, Javier Barón Thaidigsmann, que es autor de numerosas publicaciones acerca de la pintura de los siglos XIX y XX y ha comisariado destacadas exposiciones de este periodo, entre ellas 'El Greco y la pintura moderna' en 2014.
Desde el pasado mes de junio y hasta este domingo, 25 de septiembre, el Museo del Greco está exponiendo dos cuadros de Picasso -Mujer con sombrero sentada en un sillón y Venus y el amor- debido a un intercambio con el Kunstmuseum Basel de Suiza, de forma que durante unos meses han convivido en Toledo dos maestros separados por tres siglos pero, a la vez, vinculados en su pintura.
"Para Picasso, que es un artista que admiró a grandes pintores anteriores, El Greco fue una referencia fundamental y, además, quizá la referencia más sostenida a lo largo del tiempo, en la larguísima vida de Picasso. Y también la más relevante en momentos muy concretos, como por ejemplo el periodo azul o el origen del cubismo, que son fundamentales para comprender su trayectoria", explica Barón Thaidigsmann.
De hecho, ser la influencia más permanente a la vez que "clave" en momentos "muy importantes de la evolución estilística" de Picasso convierten al Greco en "el polo de la pintura antigua mas relevante para Picasso", agrega.
En aquel momento, finales del siglo XIX, se empezaba a redescubrir a Domenicos Theotocopoulos, algo que también seducía a Picasso porque el hecho de que El Greco no formara parte del "grupo de artistas académicos" sino que fuera considerado "demasiado apartado de la norma, demasiado bizarro, demasiado complicado" era "doblemente interesante".
Entre los aspectos que atraían a Picasso del Greco está su "capacidad de transformación", como expone el también académico: "Picasso es el gran artista de la transformación y se fija en El Greco, que transforma las figuras, las convierte en otra cosa, las estiliza, les da un carácter aéreo pero al mismo tiempo las complica. Y todo ese espíritu de transformación está en la base del estilo de Picasso".
También fascina a Picasso "el aparente inacabamiento" y la soltura en la ejecución del Greco, como se aprecia, por ejemplo, en 'Venus y el amor' (1967), una obra realizada "con muy pocas pinceladas y una ejecución muy sumaria".
De modo que Picasso, como siglos atrás El Greco, busca "la sugerencia y la expresividad a través de la pintura que no tiene acabamiento, no es una ejecución detenida sino todo lo contrario", detalla Barón Thaidigsmann.
Picasso también se fijó en el color del Greco, esos azules, verdes y rojos; pero, sobre todo, le influyeron las figuras y la "concepción espacial" de los cuadros.
Al respecto, Javier Barón Thaidigsmann afirma que "esos espacios complicados" del Greco están en el origen del cubismo, en 'Las señoritas de Avignon', y recalca que para Picasso fue un "descubrimiento" el cuadro del Greco 'La apertura del quinto sello en el Apocalipsis de San Juan', que era propiedad de Zuloaga.
"Hay unos espacios quebrados, unos espacios dentro de otros, que utiliza El Greco en su última fase y que también se ve en Las señoritas de Avignon y en todas las etapas posteriores", asegura el experto citando otras pinturas del 'griego de Toledo' en las que se ven esas subdivisiones de espacios como El bautismo de Cristo o El retablo de doña María de Aragón.
Los grandes retratistas
Picasso fue un artista "fascinado" por el retrato que también encuentra su referencia en los retratos del Greco, en "la fuerza que tienen sus imágenes frontales", en sus "soberbias" cabezas.
La dedicación al retrato es típica de la escuela española y todos los grandes pintores españoles han sido grandes retratistas, desde El Greco y Velázquez hasta Goya o Picasso, porque "son capaces de captar lo individual, capaces de captar aquello que parece que escapa, capaces de dar una presencia real a través de la pintura", reflexiona el jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado.
El Greco, detrás de Picasso durante 70 años
2023 será el Año Picasso (50 años de su muerte) al igual que 2014 fue el Año Greco (cuarto centenario de su fallecimiento) y en aquel momento ya se vio la intensa relación entre los dos pintores en la exposición que Barón Thaidigsmann comisarió en el Museo del Prado.
Picasso tuvo una posición central y fue el artista más representado, desde el Picasso modernista hasta el Picasso tardío de Mosquetero con espada y amorcillo inspirado en El caballero de la mano en el pecho del Greco.
"Es una banda de años impresionante, setenta años en los que está El Greco detrás de Picasso, desde el principio hasta el final", sostiene.
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