Galicia era la cuenta pendiente que le quedaba a Lorenzo Silva (Madrid, 1966) por saldar con Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, los dos guardias civiles que impulsaron su carrera como escritor en "un experimento muy personal" que se prolonga desde 1998. Ahora, a falta de unos meses para que la saga cumpla un cuarto de siglo, el escritor madrileño publica La llama de Focea (Destino), que se adentra en el corazón gallego de O Cebreiro, Triacastela y Samos, en un homenaje al escritor vigués, Domingo Villar, fallecido tras un accidente cerebrovascular en mayo. "Falleció mientras yo escribía este libro y merece no ser olvidado. El homenaje es para que se le siga leyendo".
La trama policiaca plantea un nuevo expediente en la hoja de los servicios de los guardias civiles que los lleva a resolver el crimen de una joven peregrina catalana, hija de Ferran Bonmatí, un expolítico y exitoso empresario muy ligado a la causa independentista que se encuentra en el radar de la justicia, en pleno Camino de Santiago. "Hacía años que le daba vueltas a la novela gallega de Bevilacqua, pero tenía que tomarme un tiempo, dado la complejidad del entorno gallego; hace unos años fue noticia el homicidio de una peregrina y pensé que este era un buen escenario, el Camino atraviesa Galicia y recoge buena parte de su espíritu. He tenido la oportunidad de trabajar en Galicia y rodearme de muchos gallegos, y quería hacer algo que no se quedará en el cliché ni persiguiera los tópicos. Cuando pensé en el Camino pensé en acercarme a una parte del alma interior de Galicia, más allá de los marineros y pueblos pesqueros", explica el autor en palabras para El Independiente.
"Esta vez Bevilacqua y su equipo tendrán que enfrentarse a la idiosincrasia del Camino de Santiago y las costumbres de los peregrinos. Los posibles testigos son personas que se desplazan y a las que hay que buscar en la ruta, y las relaciones que se entablan entre quienes hacen el Camino tienen perfiles peculiares: por un lado, son episódicas y efímeras; por otro, suceden entre personas que están inmersas en una experiencia de introspección y conexión con las honduras de su existir".
Así, el caso llevará a Bevilacqua desde Lugo hasta Barcelona, la ciudad a la que llegó en los días del sueño olímpico, donde vivió acontecimientos que removerán su corazón y su memoria y que en el otoño de 2019 verá incendiarse con la llama de una rabia que viene de lejos: el independentismo. "No quería hacer una novela sobre el 'procés', porque no sé si es demasiado tarde o demasiado pronto. No obstante, he querido hablar de la conmoción que causó. He seguido, desde la descomposición de las relaciones del Govern de la Generalitat con el del Estado hasta el referéndum de independencia y los incidentes anteriores y posteriores, en la distancia, con una tristeza y una decepción crecientes. No era normal que tanta gente se pusiera de acuerdo para cometer tantos errores demenciales al mismo tiempo. Hablo en pasado porque me parece que el procés ya no existe. Lo de ahora es un rediseño del espacio nacionalista catalán que, espero, tenga un poco más de consistencia y mayor perspectiva, y que provoque menos crispación entre la población. La sociedad catalana ha conducido a los suyos a un no muy aulagueño, un conflicto en el seno irreconciliable", señala Silva.
Hemos vendido residencias a criminales rusos; todo Occidente lo ha permitido"
LORENZO SILVA
Pero más allá del conflicto independentista en Cataluña y la crisis de Govern, Lorenzo ha ahondado en sus páginas en "uno de los lastres más pesados" que arrastra la versión exaltada del procés: la connivencia con temporización y el coqueteo de "Puigdemont y los suyos, con las maniobras rusas para desestabilizar a la Unión Europea". Y es que tras la aparición del cadáver y el inicio de la investigación, Bevilacqua y Chamorro, junto al personaje de una joven jueza encargada del caso, tiran de un hilo que los lleva a la Rusia de Putin que "enseñó su patita en el procés". "Esta trama me ha servido para denunciar lo que sucede ahora con la invasión de Ucrania y lo que hay detrás de cosas como el encuentro en el que Nikolai Sadovnikov habría incitado a Puigdemont a declarar la independencia garantizándole el apoyo de Rusia con 10.000 soldados y 500 millones de dólares, según una investigación hecha pública la pasada madrugada por la Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP)".
"Hay una ley española que posibilita el blanqueo de dinero ruso. Hemos vendido residencias a criminales rusos; todo Occidente lo ha permitido en Cataluña, gente que estaba en la sala de máquinas del 'procés' se alió con ellos. Europa se ha dedicado durante años a blanquear dinero de la organización criminal de Putin y en Cataluña ha servido para enredar".
Entre las novedades de esta novela, está lo que respecta a los principales protagonistas, que "son más maduros que nunca", lo que conlleva a un ejercicio de profundidad en ellos mismos, según ha explicado el autor. "Por ejemplo, Bevilacqua está en una edad que debe hacerse preguntas sobre su futuro, sobre quién es y qué sentido ha tenido".
Silva reconoce que la novela policíaca "pasa por un buen momento" y rechaza aquellos comentarios que consideran que "hay muchos libros". "En estos momentos hay mucha diversidad y existe una gran oferta como para que cada lector encuentre un libro que responda a sus expectativas. No todos vamos por el mismo carril y eso da vigor a un género". El escritor confesado también y que seguirá "mientras tenga historias que contar" dando vida a los populares sabuesos de la Benemérita Bevilacqua y Chamorro.
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