“Miran frente a ti, tantos niños olvidados, cógeles de la mano y llévalos al porvenir”.
Estoy con vosotros, chicos, no soy vuestro enemigo, he venido desde mi frustración para intentar que no caigáis en la desidia, en la desesperación de la orfandad o en la soledad de la incomprensión. Busco la armonía, romper con los viejos métodos anticuados y represores de la educación, quiero que cada uno de vosotros tenga un buena razón para vivir en la alegría.
Porque el que no tiene nada que perder, en nada se compromete, y es necesario infundir un fuego interno
Eran tiempos malos, después de una gran guerra, muchos chavales había quedado en desamparo. Y muchos adultos asignados a tareas que no son de su agrado. El axioma “acción, reacción” no tiene sentido. Hay que hacerse adolescente, hay que entender los sentimientos. Porque el que no tiene nada que perder, en nada se compromete, y es necesario infundir un fuego interno, una llama de esperanza, un amor que están necesitando.
Con versión de Pedro Villora, que introduce como novedad un pequeño grupo de chicas y una maestra acogidos en “El fondo del estanque”, por necesidad, supongo, de voces, pero bien justificado en la historia en sí, el director, Juan Luis Iborra, nos presenta un espectáculo impoluto, tremendamente bien trabajado tanto en su escenografía como en el elenco.
Vemos personajes reales, humanos, dolientes, solitarios, desterrados y alegres. Excepto el director de la Institución, interpretado con una solvencia sólida y magistral por Rafa Castejón. Nunca decepciona este actor, que además canta e impregna de credibilidad ostentosa a su personaje. Necesario y hostil para que nos pongamos a favor de Los chicos del coro.
En la sesión a la que yo he asistido el profesor Mathieu, el emblemático ser humano que viene a sembrar paz, ilusión, inocencia, a través de la música y de las voces de sus pupilos lo asumió Enrique R. del Portal, pero imagino que cuando lo haga Jesús Castejón tendrán, ambos, la misma ternura, la misma sencillez, el mismo afán de libertad y, por supuesto, una sensibilidad exquisita.
En realidad, nadie escapa a un alto grado de significación y aporte en el montaje. Natalia Millán, Eva Diago, Iván Clemente y, absolutamente, todos los chicos y chicas que forman los distintos elencos para las numerosas funciones previstas.
El espíritu de la película está aquí, sin escamotear en los detalles, cada relación, cada silencio, cada mirada, cada canción, con música alternativamente grabada y en directo. Las palabras solas no bastan, hay que acudir a verlo y comprobar que el calor emana del escenario, que disfrutamos y se aplaude cada intervención musical, y que nos encontramos ante un espectáculo sin flecos.
FICHA TÉCNICA
Texto: Christophe Barratier y Philippe Lopes Curval
Música: Bruno Coulais y Christophe Barratier
Director: Juan Luis Iborra
Versión: Pedro Villora
Director musical: Rodrigo Álvarez
Actores principales: Jesús Castejón, Natalia Millán, Rafa Castejón, Eva Diago, Iván Clemente, Enrique R. del Portal, Antonio MM
Espacio: Teatro La Latina
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