Años de lucha por la dudosa tilde en la primera sílaba de 'solo' se han resuelto la tarde de este 2 de marzo. La Real Academia Española ha despenalizado el uso de la tilde en el adverbio sólo después de trece años, cuando "a juicio del que escribe" sea necesario para esquivar el riesgo de ambigüedad, tal y como ha adelantado el diario ABC.
Lo mismo ocurre con los demostrativos éste, ése y aquél.La RAE ha decidido que la ortografía incluirá a partir de ahora una excepción: «En el caso del adverbio sólo es obligatorio escribirlo sin tilde en contextos en los que su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad. Será optativo en contextos en los que, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad», lo que se traduce en que la RAE somete a juicio del hablante que escribe la necesidad o no de utilizar la tilde.
Esta novedad, según han explicado a EFE fuentes del pleno de la Academia de la Lengua, era reivindicada desde hace años por los académicos escritores que consideraban que debía "despenalizarse" el uso de la tilde en estas palabras pues se daban casos de ambigüedad.
Hasta ahora, la RAE determinaba que la palabra "solo", tanto cuando es adverbio y equivale a solamente como cuando es adjetivo, así como los demostrativos "este, ese y aquel", con sus femeninos y plurales, ya funcionaran como pronombres o como determinantes, no debían llevar tilde, según las reglas generales de acentuación.
Y aunque anteriormente las reglas ortográficas prescribían el uso de tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, ("Trabaja sólo los domingos": trabaja solamente los domingos o trabaja sin compañía los domingos), se consideraba que las posibles ambigüedades podían resolverse casi siempre por el propio contexto.
La recomendación general era la de no tildar estas palabras, aunque era optativo cuando su uso entrañara un riesgo de ambigüedad, pero no se definía a juicio de quién, han explicado las fuentes, que han destacado que había casos de exámenes y oposiciones en los que su utilización restaba nota porque solía depender del criterio del profesor o del examinador.
La novedad que se introducirá ahora es que pasa a ser criterio del que escribe el texto el tildar o no estas palabras.
El académico y escritor Arturo Pérez-Reverte ha destacado a EFE su satisfacción por esta novedad y ha señalado que todos los académicos han estado de acuerdo en introducir esta formulación, ya que no destruye la formulación inicial pero permite un uso más razonable de la tilde en estos casos, al ser el autor del texto el que decide si debe o no hacer uso de ella.
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