Cuando el poder cambia de manos en España nadie se plantea si Defensa, Interior o Exteriores tendrán su propio ministerio, pero siempre aparece el mismo dilema a la hora de hablar de Cultura. No es la única cartera que pasa de secretaría de Estado a ministerio dependiendo del color del Gobierno, pero sí que es una de las más polémicas a la hora de determinar la importancia de su independencia. Que si está maltratada por la derecha, que si la izquierda la utiliza en su beneficio; la discusión lleva años siendo la misma y las decisiones décadas variando al compás de la ideología dominante.
Así se ha demostrado esta semana cuando el candidato popular a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, aseguró que "en un momento de gasto público desorbitado habrá cinco o seis ministerios que sobren en España. Los ministerios de Universidades, de Cultura y de Educación bien merecen una consolidación". Declaraciones que hicieron saltar rápidamente a los socialistas.
Aunque históricamente Cultura ha tenido un ministerio propio con la izquierda y compartido con la derecha, durante el gobierno de Pedro Sánchez los ministros de esta cartera también lo han sido de Deportes. Una rara avis para el PSOE que lo defiende asegurando que no necesita la misma dedicación Educación que Deportes, "ya que está última es medio pública, medio privada".
La que habla es Carmen Calvo, que fue ministra de Cultura de 2004 a 2007 con José Luis Rodríguez Zapatero y que tacha las palabras de Feijóo de "catetada de la derecha". "El problema de esta gente es que piensan que la Cultura es de izquierdas porque arriesga y transforma. Esto a la derecha le da pánico y es lo que hay debajo de esta decisión", asegura durante una entrevista a este periódico y añade que aunque ella "la llevaría sola, Deporte no quita tanto. Pero no puedes vincular Cultura con Educación, que requiere de la inteligencia y dedicación de un solo ministro".
Es muchísimo dinero pagar a todos esos ministros, con sus coches oficiales, el gabinete, los asesores... Son unos ministerios que él [Sánchez] se ha imaginado"
ESPERANZA AGUIRRE
Algo en lo que le lleva la contraria otra exministra de Cultura, Esperanza Aguirre, que ocupó el cargo de 1996 a 1999 durante el gobierno de José María Aznar y que está totalmente a favor de "fusionar" Cultura con otras materias. "Mi ministerio eran cinco de los ahora. Tenía Educación, Ciencia, Universidades, Cultura y Deporte, y en Educación las competencias de la mayoría de las comunidades las llevábamos nosotros", asegura. A su juicio, el problema es que "a Pedro Sánchez le da igual el dinero del contribuyente. Es muchísimo dinero pagar a todos esos ministros, con sus coches oficiales, el gabinete, los asesores, con todo lo que conlleva... Además, es que son unos ministerios que él se ha imaginado".
En línea con su compañera de partido Carmen Calvo, el actual ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, afirma que cuando la derecha dice que su ministerio es una perdida de dinero es porque no se ha parado a mirar lo que la industria cultural aporta al PIB. "Es un error político muy profundo, no solamente porque en este país el 13% está vinculado al turismo, un turismo que muchas veces, no se olviden, es cultural, además de la cantidad de puestos de trabajo que aporta", sentencia.
También, dice, no entienden en qué consiste nuestro país. "No comprenden España. Tenemos un patrimonio cultural inmenso, mucho más potente que la mayoría de los países. Además del idioma, que lo hablan millones de personas en todo el mundo. No puede ser que dejemos de lado toda esta riqueza y que no nos miremos en los países del entorno", añade.
Países como Francia, Portugal e Italia que siempre han contado con un ministerio propio para la Cultura, aunque otros como Reino Unido, Bélgica o Alemania siempre lo han tratado dentro de consejos de las Artes que se encuentran dentro de ministerios que engloban también Deportes y Educación. "Es que es una locura", responde Aguirre. "Para eso están los secretarios de Estado. ¿Que dicen que levantan la bandera de la Cultura? Levantan la bandera, como dijo Carmen Calvo, de que el dinero del contribuyente no es de nadie. Nosotros considerábamos muy importante que Cultura fuera con Educación porque van de la mano, son esenciales la una para la otra, pero claro, como ahora en el colegio se va a pasar un buen rato y no a aprender".
Y es que el Partido Popular siempre ha llevado Cultura y Educación de la mano. El último en ocupar esta cartera fue el ministro Ínigo Méndez de Vigo – que ha declinado hablar para este periódico–, sustituto de José Ignacio Wert como ministro de Cultura, Educación y Deportes y que además se convirtió en el portavoz del Gobierno de Rajoy, a su vez exministro de Cultura y Educación durante un año y medio a finales de los noventa. Darle todas estas funciones a Wert y luego a Méndez de Vigo causó mucho revuelo cuando se anunció. Algunos escritores, artistas e instituciones culturales tildaron de "prehistórico" a quien tomaba esta decisión.
En política los símbolos son muy importantes. Un país con una identidad tan poderosa necesita un ministerio de Cultura"
CARMEN CALVO
Uno de ellos fue Javier Cercas, que aseguró para el diario El País que "que no haya un Ministerio de Cultura es la expresión elocuente de que la cultura no cuenta para nada, del tradicional desprecio que ha sentido por ella la clase dirigente española, y en particular la derecha. Si es considerada como un capricho, estamos condenados a ser un país de cuarta, que es lo que somos ahora". Su opinión venía acompañada de la de otras colegas de la profesión que apoyaban un ministerio independiente. Aunque uno de los más críticos con su existencia fue también un escritor, Fernando Sánchez-Dragó, que aseguró a El Español que lo consideraba "una soberana gilipollez y mohíno para el contribuyente". "Si estoy en contra del Estado, la burocracia y el intervencionismo, ¿cómo voy a estar a favor de un ministerio tan innecesario y peligroso como me lo parece el de Cultura?", añadió.
Otros, estando a favor del ministerio, lo estuvieron también de este último ministro pluriempleado del PP. En 2016, Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, aseguraba que "lo importante es la actitud y la capacidad de gestión de las personas y yo tengo que decir que con Méndez de Vigo estamos contentos, porque desde el Museo del Prado estamos trabajando muy bien con él desde el principio". Algo que ratificó director artístico del Teatro Real y exdirector del Liceo, Joan Matabosch, que aseguró a El País que jamás había visto a un ministro tan interesado por la cultura como él.
Cuando Pedro Sánchez llegó al Gobierno eliminó Educación de la ecuación con Cultura, pero siguió llevando el apellido de Deportes desde el primer momento del efímero mandato de Máxim Huerta. La última persona que ha llevado la Cultura a secas fue Ángeles González Sinde, que dejó el cargo en 2011. Un lugar al que volvería sin dudarlo Carmen Calvo: "En política los símbolos son muy importantes y para un país con una identidad tan poderosa es importantísimo simbólicamente que tenga un Ministerio de Cultura".
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