No existe el amor de tu vida, tampoco tu media naranja. No vas a encontrar a esa persona que te dé lo que te falta y si lo haces no será amor de verdad. El filósofo argentino Darío Sztajnszrajber –léase Estainsráiber–, autor de los bestseller Filosofía en 11 frases o Filosofía a martillazos y presentador del programa Mentira la verdad, publica ahora un ensayo, El amor es imposible (Ariel), en el que cuestiona el concepto tradicional, "el comercial y romántico que se nos vende como dominante, único y normativo" y propone destruirlo para poder crearlo de nuevo.
Para él, el ser humano se ha centrado en una idea del amor que es errónea. Pensamos que este nos traerá la felicidad, nos dará estabilidad, seguridad y nos proporcionará un lugar más tranquilo en el mundo. Pero, según el filósofo, estamos equivocados. Para él, enamorarse es otra cosa. Hemos confundido el término y hemos fracasado. "El amor tradicional crea muchas frustraciones", asegura en conversación con El Independiente. Y ocurre porque hemos puesto tantas expectativas en él que "cuando no llegamos a tamaña envergadura de encuentro, de hallazgo personal, acabamos totalmente decepcionados".
"Hay un amor hegemónico que tiene que ver con una sociedad que hace de la hegemonía su fuerza"
"Hay un amor hegemónico que tiene que ver con una sociedad que hace de la hegemonía su fuerza. Partimos de una lógica única y a mí me interesa la deconstrucción de la misma. Buscar esas versiones perdidas, esas subversiones que han sido tapadas por la teoría predominante. En el caso del amor es muy claro porque hay una forma dominante, en la que ya nacimos, que impregna nuestros cuerpos y nuestra subjetividad", explica.
La idea que hemos creado del amor, y que se ha consolidado, tiene poco que ver con la realidad y más con un "acaparamiento, acumulación y usufructo del otro en función de nuestras necesidades". Sztajnszrajber cree que esto se debe a que en un mundo tan confuso, volátil e inestable; el ser humano busca en ese amor eterno un chaleco salvavidas. "La inestabilidad social ha creado estos grandes valores que nos dan esa idea de salvación. Uno cree que enamorarse puede licuar la angustia existencial originaria, que es darnos cuenta que nacemos para morir", asegura.
Amor y sentimientos
Sztajnszrajber afirma que estamos mercadeando no solo con el amor sino con todos los sentimientos. "En la medida que pensamos, por ejemplo, en el amor como un acto de acaparamiento del otro, el amor se vuelve una mercancía. Yo creo en un amor que pone en jaque la economía, un hecho de la perdición, una derrota del sujeto, un colapso de lo que uno creía que era su objetivo". Pero sabe que es un concepto difícil de cambiar y no cree que el avance de la sociedad hacia principios menos rígidos esté haciendo que modifiquemos su significado. "Vivimos una situación anárquica en la que ya no hay un modo único y eso lo veo como algo positivo. Se genera una disputa alrededor del amor, una disputa cultural que intenta eliminar esa centralidad de un amor único. Pero cuanto más se deconstruye más aflora un conservadurismo que busca mantener esa idea del amor tradicional. Aparece una revalidación del amor para toda la vida. Al final, el amor no es más que una muestra de ese conflicto político en el que una parte de la sociedad busca la apertura y la otra busca cerrar lo nuevo", afirma.
"Es necesario pensar en el amor más en función de apertura hacia el otro. El amor es la posibilidad de aproximarse al otro, salirse de uno mismo"
También que, para él, el amor es lo contrario a esa visión cerrada, "es la experiencia de un derrumbe". "Es necesario pensar en el amor más en función de apertura hacia el otro. El amor es la posibilidad de aproximarse al otro, salirse de uno mismo". Añade que tiene que generar en nosotros "la energía necesaria como para tender hacia algo y no permanecer vegetativamente en una experiencia desnuda de la existencia".
Para explicarlo comienza el libro con la historia de sus padres, la de un matrimonio tradicional. Estuvieron 50 años casados, pero cuando murió el padre, su madre le confesó que se había enamorado de otra persona años atrás. "Mi madre, una mujer con 80 años, que había nacido en la década del 40, había vivido esto con desesperación. No supo lidiar con el imprevisto de enamorarse de otra persona, para ella no era posible querer a dos personas al mismo tiempo. Este ejemplo muestra cómo en nuestras sociedades no nos podemos enamorar de más de una persona no porque no podamos sino porque está constituido de ese modo la forma que padecemos el amor", asegura.
La filosofía como fenómeno viral
Sztajnszrajber es uno de los filósofos más conocidos en Argentina. Se ha hecho famoso en Tik Tok y tiene casi un millón de seguidores en su cuenta de Instagram, pero también llena auditorios hablando de Filosofía y no es el único. El campo de las ideas ha ido cogiendo fuerza durante los últimos años. Según el autor de El amor es imposible, esto se debe a que "vivimos un tiempo en el que pensamos que tenemos un gran vacío de sentido y nos equivocamos". "Nuestra sociedad no está vacía de sentido, está sobrepoblada pero ese sentido ya viene con manual de instrucciones que uno tiene que cumplir de manera dogmática. La filosofía lo que permite no es encontrarse a uno mismo sino perderse a uno mismo", asegura sobre el porqué de su éxito.
Y añade que "necesitamos salir de los rumbos fijos y esto lo posibilita la filosofía posibilita que da más prioridad a las preguntas que las respuestas". "Debemos cuestionar todo lo dado, priorizar lo poético a lo económico, lo cualitativo a lo cuantitativo, el estremecimiento a un ansiolítico", sentencia.
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hace 1 año
La ‘filosofía’, una variante de literatura, como la novela negra y la rosa, pero con pretensiones de emitir decálogos, nació en los gimnasios griegos, donde los ‘filósofos’ sacaban fortunas por enseñar retórica y otras artes triviales a los retoños de los comerciantes, además, les pasaban por la piedra, hacían ‘erastia’ con los alumnos.
Quienes hoy hacen ‘filosofía’ están contaminados con el animus de esos erotismos exóticos.
Quieren llegar a los púlpitos, al BOE, pero su sitio son los locales de Chueca.
Divertirse es libre, intoxicar mentes inocentes o ignorantes es delito contra la salud pública, genocidio, actuar en favor de una fuerza extranjera y hostil.
¡Pa fuera, pa la calle!
hace 1 año
¡Pobre hombre!. Lo que no ha sido capaz de encontrar….¡No existe!
hace 1 año
El ser filósofo no vacuna contra la estupidez.