"Peso 124 kilos. Espera, que ahora no estoy en erección. En erección son 126", le dice a una mujer mientras le agarra del hombro. Se encuentran en un centro de equitación y antes de ese comentario ya había realizado otro de carácter sexual sobre una niña de 10 años. Además, mientras veía cómo montaban a caballo había comentado entre risas: "A las mujeres les encanta montar a caballo. Sus clítoris rozan la silla (...) Disfrutan mucho. Son unas zorras".

El hombre que protagoniza estas imágenes es Gérard Depardieu. Fueron grabadas en Corea del Norte durante una visita en 2018 pero no vieron la luz el pasado 7 diciembre. El mismo año que fueron grabadas, fue cuando la actriz Charlotte Arnould le había denunciado por dos violaciones y una agresión sexual y unos años más tarde, a principios de este 2023, más de una decena de mujeres había salido a corroborar que Depardieu no era ni mucho menos un caballero.

Pero jamás se le había escuchado de esta manera. El vídeo en cuestión ha sido publicado por France 2 y recuperado por Complément d'enquête y las críticas, tanto en su país como a nivel internacional, le han llevado a los periódicos de medio mundo. También a Arnould, de la que quizás ya dudan menos que en 2018, y a esas trece mujeres.

Porque aunque el dios del cine francés lleva años en capa caída tras ser considerado casi un héroe nacional ahora le han pegado la estocada final. El que fuera nombrado caballero de la Legión de Honor, de la Orden Nacional del Mérito, al que se identificaba con los años de oro del cine francés y hacía de oro cada película que protagonizaba; comenzó a caer a principios de los 2010 para la opinión pública.

Pero el primer quiebro no fue sexual sino económico. Muy crítico con la intención de subir los impuestos a las grandes fortunas del Gobierno socialista del presidente François Hollande, primero se fue a vivir en Bélgica, a apenas un kilómetro de Francia, para evadir el pago y luego, en 2013, tras una sonada y larga ristra de críticas, decidió no pagar ni un euro a las arcas de su país y asumió la nacionalidad rusa gracias a su amistad con Vladimir Putin que declaró que si "el actor que ha dado vida a personajes como Cyrano de Bergerac u Obelix pide la nacionalidad o la residencia rusa podía considerarlo asunto resuelto".

Gérard Depardieu saluda al presidente Vladimir Putin el 5 de enero de 2013. | KREMLIN

Así que lo hizo en enero, fijando su residencia en Mordovia, a casi 700 kilómetros al este de Moscú, y empezó rápidamente a pagar impuestos a los rusos, que en vez del 75% que pretendía Hollande, le suponía el 13%. Como dijo el ministro de Cultura de la época, Valeri Marressiev, "pagará de acuerdo a nuestra legislación". Además, al poco tiempo se inauguró en Saransk, capital de Mordovia, un centro cultural con su nombre. Aunque ahora creen que vive en Emiratos Árabes, y que jamás vivió en Rusia, en septiembre del 2020 hasta se bautizó por el rito ortodoxo.

Todo esto quedó más o menos tapado cuando salieron a la luz las acusaciones de Charlotte Arnould y cuando a principios de este año el diario francés Mediapart publicó que otras trece mujeres estaban señalando al actor por agresiones sexuales cometidas entre 2004 y 2022. También cuando unos meses más tarde otra mujer le denunció por tocamientos en el canal FranceInfo. Todos estos casos han sido negados hasta la saciedad por el actor que aseguraba que se trataba de un complot contra él. Pero ahora todos estos señalamientos vuelven al foco por el vídeo emitido por France 2 que ha hecho temblar hasta a sus hijos y nietos.

"¡En privado, con sus hijos, es alguien sumamente modesto, delicado y hasta mojigato!"

"Nuestro padre/abuelo/tío es víctima de una monstruosa manipulación llevada a cabo por un periodista que no dudó en hurgar en la basura", ha asegurado su familia en Le Journal du Dimanche en una columna firmada por sus hijos Julie, Roxane y Jean; su sobrina Delphine y su ex mujer Élisabeth en la que añaden que a Depardieu sólo le gusta jugar a la provocación.

"¡En privado, con sus hijos, es alguien sumamente modesto, delicado y hasta mojigato!", continuaban sobre las imágenes que han visto la luz y que forman parte de un documental que no ha llegado a estrenarse y que dirigió Yann Moix, también conocido por alguna que otra declaración fuera de tono.

Pero aunque antes había sido cancelado sólo a nivel moral, estas últimas imágenes han cruzado la frontera. Este martes se ha quitado su escultura de cera del famoso Museo Grévin "como respuesta a las reacciones negativas de los visitantes, así como en nuestras redes sociales". Además, desde hace una semana, no podrá presumir de la Orden Nacional de Quebec y de ser ciudadano honorario de Estaimpuis (Bélgica); ambos títulos le han sido revocados.