En el barrio madrileño de Carabanchel, en la calle Morenés Arteaga, está el cadáver de Federico García Lorca. Sus pies distan del suelo 20 centímetros y su rostro, algo más envejecido del que tenemos en nuestro imaginario, duerme. Se trata de una escultura de Eugenio Merino (Madrid, 1975), que ya se hizo famoso en 2012 por su Franco en la nevera, y que estremece. Está enterrada en el suelo y sobre ella hay un cristal por donde los visitantes pueden pisar por encima de Lorca, porque para el artista madrileño es lo que realmente llevamos haciendo décadas.
El proyecto, titulado Ruina, está comisariado por Alejandro de Villota, director y fundador de la Galería Memoria y cuenta con un texto crítico de la historiadora del arte Semíramis González. La intención es poner sobre la mesa el olvido de los que no sabemos aún dónde están, y lo hace alejándose del Lorca poeta para acercarse al Lorca político.
"Les presenté esta idea como la de un yacimiento arqueológico. Se ha levantado todo el suelo de la galería y se ha hecho el agujero para llevarlo a cabo", dice el artista en una entrevista a El Independiente. Añade que le pareció perfecta la ubicación de este espacio "ya no sólo por la cárcel de Carabanchel como símbolo de la represión franquista, sino porque haciendo un agujero en sus calles te puedes encontrar una trinchera".
"No me interesa el homenaje a Lorca como poeta, sino como desaparecido. Ponerlo ahí es hablar de un suelo de España que está lleno de crímenes sepultados. El cuerpo de Lorca está latente, siendo un crimen de lesa humanidad es un cuerpo que no se ha encontrado y que se debería estar buscando", añade. Algo que comparte con Víctor Fernández, periodista y experto lorquiano, que ha resuelto alguna de sus dudas durante el proceso creativo.
La más importante: la de la fosa. El dónde está Lorca que tantas veces se pregunta y que nunca ha llegado a responderse. Para Fernández lo importante está en esos 20 centímetros que ahora ha dejado el artista entre el poeta y el suelo. "Viene de la chapuza de 1986, cuando se cumplían 50 años del asesinato de Lorca y se hace un parque en su memoria, que está muy bien y es digno de aplauso pero que se hizo en un lugar en el que estaba claro que en cuanto empezaran a excavar iban a encontrar algún hueso. Bueno, pues los encuentran y en vez de llamar al juzgado o a la Guardia Civil deciden meterlos en un saco y enterrarlos. Ahora, con el georradar se puede ver que a 20 centímetros del suelo hay algo".
Fue él, junto con otros escritores apasionados del poeta, los que pusieron años más tarde sobre aviso a la Junta de Andalucía. Les dijeron que seguramente esos huesos estaban allí, en la fuente, y en 2015 se sorprendieron por la prensa cuando descubrieron que habían ido a excavar y no les habían avisado. "Nos enteramos por los medios de comunicación del resultado y el Ministerio de Justicia hizo un informe que nunca ha visto la luz. Cuando se lo pedimos nos dijeron que con la nota de prensa estaba todo claro pero yo conseguí una copia y vi que tuvieron la cara tan dura de poner que no habían buscado en los lugares que les indicamos, como la fuente del parque porque 'tenía agua'", asegura y añade que lo que más le molesta es "la falta de voluntad política tanto por el PP como por el PSOE que no quiso resolverlo estando al frente de la junta".
Además, considera que se está despolitizando su figura para hacerlo más amable, más comercial. Algo que también señala Merino y de ahí el espíritu de su obra. "En el Año Lorca (2019) me leí uno de los libros que se editó desde la Comunidad de Madrid, se contrató a un historiador para escribirlo y este le quitaba peso a la ideología de Lorca. ¡Él fue asesinado por rojo y por maricón! La prueba más importante no es que un historiador me cuente lo que quiere contarme, sino que en vida se declaró de izquierdas pero así se vende una imagen de Lorca más comercial", asegura.
Representación de Lorca
Fernández señala que Merino ha hecho un gran trabajo para encontrar la imagen correcta del poeta, tanto por la ubicación como por la escultura en sí pero sobre todo por la vestimenta. "Lleva un abrigo, a él lo asesinaron en agosto en Granada, claramente no llevaba abrigo, pero de esta manera elimina esa imagen reiterada y tópica de Lorca con corbata de lazo que se parece a Arthur Rimbaud y nos lleva al Lorca de Madrid de los años 30, más maduro. Este se parece mucho más al que asesinaron que al que el grueso de la gente tiene en la cabeza", explica.
Y añade que la primera vez que lo vio le entraron ganas de llorar. "La obra demuestra que el luto por la muerte de Lorca no se ha hecho, no ha pasado, que todavía estemos hablando de que está oculto en una fosa y que a lo mejor fue desenterrado y llevado a otro sitio...".
Franco en la nevera
A Eugenio Merino lo conocimos por representar el cadáver de Picasso y, más aún, por ese Franco congelado en la edición de ARCO de 2012. Allí, la fundación que lleva el nombre del dictador puso el grito en el cielo y el artista asegura que Ifema les dio la razón y que el entonces director de ARCO fingió no ver nada. "La censura es una táctica muy española, aquí la libertad depende de lo que vayas a decir y más en Ifema con los elefantes de la extrema derecha", asegura y recuerda que lo llevaron a juicio y que ganó.
Ahora la obra se encuentra en el Museo del Arte Prohibido de Barcelona, junto con los también polémicos Presos políticos de Santiago Sierra, y fue adquirida por 45.000 euros. "Esta de Lorca rondará esa cifra, 60.000 euros, porque no solo es la pieza sino que incluye hacer el agujero y ponerle el cristal. Aquí la clave es que se puede pisar, es un cristal de seguridad que lo puse para simular el suelo en el que se ha construido la sociedad en la que vivimos, un suelo lleno de crímenes sepultados".
Para Fernández ambas obras "dialogan". "Con su Franco en la nevera nos decía que la memoria de Franco está incorrupta en este país, la guardamos en una nevera, pero Lorca está sepultado y se pisotea su memoria", sentencia.
Ahora Merino irá a esta edición de ARCO con dos obras. Una de pisadas que llevan escritos los Derechos Humanos y otra, de la misma tipología, en lo que lo que se aplasta es Palestina. "También está relacionado con la obra de Lorca, con pisotear su memoria y sus derechos".
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