Miguel de Cervantes, el gran genio de las letras españolas que nació en 1547 en Alcalá de Henares, o al menos eso se creía hasta que este jueves un investigador, José de Contreras y Saro, ha presentado en Sevilla las conclusiones de una investigación que certificaría que habría existido otro Miguel de Cervantes contemporáneo al primero, nacido en Córdoba, y que este sería realmente el escritor.
Algunos de sus datos biográficos del escritor se habrían confundido con los de otros dos homónimos que le fueron coetáneos y que, además, fueron primo segundo -nacido en Alcalá de Henares (Madrid)- y sobrino -nacido en Alcázar de San Juan (Ciudad Real)- del autor del Quijote.
Así lo ha explicado en una conferencia dictada este miércoles en el Ateneo de Sevilla el investigador José de Contreras y Saro (Madrid, 1976), dentro de un acto homenaje a Adolfo Rodríguez Jurado (1865-1933), abogado, político y erudito sevillano que fue quien precisamente, en 1914, descubrió el documento que reseñaba a Miguel de Cervantes Saavedra como natural de Córdoba.
Ese documento histórico se debe a un proceso judicial que se inició en 1593 y concluyó en 1594 en el que Cervantes intervino a favor de Tomás Gutiérrez, también natural de Córdoba y al que se le denegaba el ingreso en la Cofradía Sacramental de Sevilla por razones de prosapia familiar y otras relacionadas con su actividad laboral.
En ese documento, que cuenta con dos firmas de Miguel de Cervantes y que halla Rodríguez Jurado en febrero de 1914 y leído poco después por él mismo en un acto oficial en presencia del entonces rey Alfonso XIII para realzar la importancia del hallazgo, se detalla que Cervantes era vecino de Madrid, nacido en Córdoba, criado del rey y “estante” en Sevilla.
Custodiado en caja fuerte
Mientras transcurría ese pleito, que Tomás Gutiérrez ganó gracias al valor del testimonio de Cervantes, el escritor se hallaba en Sevilla escribiendo Rinconete y Cortadillo, según ha precisado José de Contreras, que es investigador nacional y director del grupo de investigación “Memoria de Cervantes”, especialista en los siglos XVI y XVII, y miembro de la Fundación Sagasta de Estudios Políticos, especializada en el XIX.
El documento hallado por Rodríguez Jurado, que señala que Cervantes entonces tenía 46 años, se conserva en el Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, en una caja de seguridad, y permaneció en paradero desconocido desde poco después de que lo hallara el erudito sevillano hasta 2016.
Según José de Contreras, ese documento “desapareció” poco después de su hallazgo y de la inicial difusión de su contenido por parte de Rodríguez Jurado -quien da nombre a una calle en el centro de Sevilla-. Y se encuentra de nuevo cuando en 2016 se inventaria entre los papeles de la biblioteca de Luis Montoto, otro escritor y erudito sevillano cuyos herederos la donaron a la Universidad de Sevilla en 1983.
Pero -y ahí incide De Contreras- pasaron 33 años desde que los herederos de Montoto entregaron su legado a la Universidad de Sevilla hasta que, quienes clasificaban ese legado, dieron con el documento que tiene dos firmas de Cervantes, además de tan numerosos e inesperados datos de su identidad y naturaleza.
Cautivos en Argel
Lo que el investigador no atiende a explicarse es que nadie en la Universidad entonces se percatara del contenido del documento, como hizo Rodríguez Jurado un siglo antes y como ha hecho él mismo ahora, al leerlo.
Según las pesquisas de De Contreras, el Miguel de Cervantes que nace en Alcalá de Henares es un primo segundo del escritor, un año más joven, pero que también fue militar, intervino en algunas de las campañas en las que participó el autor del Quijote y, para embrollar aún más la madeja, también fue cautivo en Árgel.
En este punto, el investigador ofrece pruebas documentales de que el cautiverio del escritor fue del 7 de septiembre de 1575 hasta “antes de enero de 1580”, mientras que el de su primo y homónimo fue de “antes del 25 de julio” de 1575 a octubre de 1580, superando los cinco años y tres meses -mientras que el del escritor fue de cuatro años y tres meses-.
El tercer Miguel de Cervantes es hijo del hermano mayor del autor del Quijote -fueron siete hermanos los Cervantes-, Blas de Cervantes, y su partida de nacimiento, hallada en Alcázar de San Juan, es de 1558, por lo que contaba con solo doce o trece años cuando la batalla de Lepanto y no pudo intervenir en ella -la edad mínima para enrolarse era 16 años-.
Tres hombres con firmas con el mismo nombre
Sí intervinieron en aquella batalla el escritor y su primo homónimo, el natural de Alcalá de Henares, que tenían 25 y 24 años, respectivamente.
La existencia de homónimos, ha aclarado De Contreras, era muy frecuente en una época que, sobre todo entre las familias hidalgas, era costumbre poner a los nietos los nombres de los abuelos, por lo que era habitual que en una misma familia hubiera varios miembros con el mismo nombre y apellido.
El autor del Quijote es el Miguel de Cervantes que está enterrado en Madrid, según el investigador, quien en su conferencia ha aportado nuevos hallazgos documentales, como uno que ha encontrado hace solo dos meses en el Archivo Municipal de Sevilla de un padrón que da cuenta de la madre del escritor, Juana de Saavedra, como vecina del sevillano barrio de Feria.
También ha mostrado diapositivas con las firmas de los tres Miguel de Cervantes y su correspondiente análisis grafológico, que para el investigador es concluyente: Son tres hombres distintos que, sin embargo, firman con un mismo nombre: “Miguel de Cervantes”.
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