España en verano es sinónimo de turistas. Ellos y, cada vez más, el debate asociado a si las ganancias económicas compensan la masificación de los destinos elegidos. Un dilema que regiones como Cataluña, Andalucía, las Islas Baleares o la Comunidad Valenciana suelen protagonizar. Y en los últimos años, también, lugares del norte de España como Asturias, adonde cada vez más visitantes acuden en verano para escapar del calor sofocante de otros destinos. Estos días, una joya patrimonial del Principado ha sido la presunta víctima del comportamiento incívico de algunos de estos visitantes. Al parecer, alguien habría arrancado piedras del famoso puente de Cangas de Onís para después tirarlas al río Sella. Inmediatamente se ha responsabilizado a los turistas.

"Hay gente que no debería salir de casa"

El Puentón o Puente Vieyu es una de las postales más conocidas del municipio asturiano que presume de ser la primera capital de España: tres arcos apuntados, el del centro un poco más grande que los demás y del que cuelga una reproducción de la famosa Cruz de la Victoria (cuya versión original, del siglo X, está custodiada en la catedral de Oviedo). Y por debajo, el río Sella.

A pesar de que se habla de él como puente romano, los expertos aseguran que data de la época medieval, probablemente de finales del siglo XIII. Un valor que hizo que en 1931 fuese declarado Monumento Histórico-Artístico. Hablamos, por tanto, de un puente con historia.

Ahora, al parecer, algunos visitantes se habrían aficionado a arrojar piedras desde lo alto, siguiendo la moda viral popularizada por perfiles de Instagram como Piedras Tirar. El problema es que, tal y como informa el diario La Nueva España, más de uno habría tenido la ocurrencia de hacerlo con cantos del propio puente.

Pese a que ni el ayuntamiento ni la policía local se ha pronunciado todavía, las reacciones a este maltrato contra el patrimonio cultural de la zona no se han hecho esperar en las redes sociales. "Qué majos, los turistas" o "No hace falta irse a Magaluf para encontrarse con cavernícolas... hay gente que no debería salir de casa" han sido algunos de los comentarios que se han publicado en X.

Otros, igual de indignados por la situación, han optado por el humor y aseguraban que aquellos que "atenten contra el patrimonio les ponía a construir calzadas desde donde la hayan liado hasta Roma". O han propuesto castigos alternativos a las multas, como "que se bajen al río a buscarlas" o "que los vecinos vareen a quienes vean que se agacha a recoger una piedra".

Turismo "bueno" y "malo"

Más allá del humor y el turismo, no todas las reacciones señalan a los visitantes como el problema. O, al menos, no a todos ellos. "Cangas de Onís siempre ha vivido del turismo, pero antes no pasaban estas cosas. Por Cangas pasan miles de turistas respetuosos que siempre serán bienvenidos, pero ¿qué se puede hacer con esta gente y estas modas? Multas muy, muy gordas para empezar. Y si no vuelven, mejor", ha comentado un usuario en X.

Una postura menos centrada en los turistas como los autores de este tipo de comportamientos, y más en las personas vandálicas en general. Así lo ha destacado un mensaje en la misma red social: "No se trata de valorar procedencias o estratos socioeconómicos, se trata de poner coto a actitudes incívicas y cada vez más frecuentes que van a acabar con nuestro patrimonio histórico y nuestro entorno cultural".

Un entorno que no solo forma parte del patrimonio nacional sino que también, teniendo en cuenta las reacciones, es muy querido por sus vecinos. Y por sus turistas, los "buenos".