Carmen Mola no mata de cualquier manera, tres millones de lectores lo saben y lo esperan, asesina de las maneras más truculentas y macabras. Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, los escritores detrás de Carmen Mola, nacieron como seudónimo haciendo lo que mejor saben; matar. 

Eso es lo que han hecho en la quinta parte de la saga de libros de Elena Blanco, El Clan (Planeta): matan la serie. Han sido contundentes, “no habrá secuelas, ni precuelas, ni resucitará nadie. Es nuestra última novela de la BAC [Brigada de Análisis de Casos, la unidad de la protagonista de la saga], pero no es la última novela de Carmen Mola”, subraya Jorge Díaz.

Han matado su saga y aseguran que lo han hecho siendo fieles a la marca literaria que conforma el trío de escritores. “Es un final que está a la altura de lo que creo que se espera de nosotros: es brutal”, asevera Mercero. La novela cumple con todas las características de las anteriores, una historia con violencia, amor y múltiples giros con mucho ritmo.

La violencia, marca de la casa, les pilló trabajando. “Nunca quisimos hacer gore, lo que pasa es que necesitábamos una forma de matar a la hermana que fuera inconfundible y a Agustín se le ocurrió lo de los gusanos” cuenta Jorge Díaz. Así empezó su trabajo en equipo con su primera novela La novia gitana (2018) con la que alcanzaron el éxito para Carmen Mola.

Este fue el comienzo de una serie de novelas que deja un importante reguero de muertos cuya sangre desparraman ahora para Planeta desde que ganaron el cuantioso premio de la editorial en 2021. Para terminar la serie, los Mola enfrentan a Elena Blanco contra el más cruel de sus enemigos: “Es el más tremendo que hemos escrito nunca para enfrentarse a la BAC. Es el sistema, es como un monstruo que está por encima de cualquiera de los monstruos sobre los que hayamos escrito. Es nuestra novela más real, todo lo que estamos contando, todos los crímenes que se describen en estas páginas, por desgracia, existen. No son fantasía, son reales y nosotros lo que hacemos es meterlas en el universo de Elena Blanca”, explica Agustín Martínez.

Sobre esta idea incide Mercero quien destaca “la psicopatía del sistema es mucho más poderosa, es un villano sin rostro definido que se descuelga en distintas redes mafiosas que no sólo son indiferentes a la desigualdad social, sino que sacan rendimiento económico de ella”.  Como la vida misma: jueces, policías y políticos corruptos. "¿Pero hay dudas de que el sistema sea el psicópata más terrible? Vamos, nosotros somos un poco más estilizados que [el comisario] Villarejo en este libro, pero no mucho más", añade Martínez

"Somos un poco más estilizados que [el comisario] Villarejo en este libro, pero no mucho más"

Más Mola, más crímenes

Con la desaparición de la serie de novelas los escritores se dan un respiro para poder dedicarse a otros proyectos individuales y a otros conjuntos bajo la firma de Carmen Mola.  Ahora que ya "no se respetan entre ellos", como afirman, se corrigen, se retocan los textos para mejorarlos no van a perder el método ni los gintonics y momentos de escapada que disfrutan como amigos en las giras promocionales de sus libros por todo el mundo, algo que como autores individuales no pueden hacer. 

“No somos de censurarnos, hay que dar rienda suelta, y luego hay cosas que terminan en la página y cosas que no”, explica Mercero. “Cada uno que diga las barbaridades que se le ocurran que luego ya veremos. Mejor eso a que te autocensura y no digas nada 

El rumbo de Carmen Mola apunta a la novela histórica. Sus novelas La bestia y El infierno marcan ese camino que irá acompañado de muchos asesinatos singulares y únicos todavía por descubrir. “Estoy seguro que nuestras búsquedas de Google están conectadas con la Policía”, afirma Jorge Díaz. “Escribimos: cómo se asesina a alguien con… Esto le salta a la Policía y los policías dicen, ah, son los Mola”. Seguirán matando.