“Desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta la caída del muro, cada rincón de Berlín tiene una historia”. Esta es la explicación que da Paloma Sánchez-Garnica a su adicción patente a la capital alemana. Victoria, la novela que le ha valido el Premio Planeta 2024 es su tercera obra con ambientación principal en la ciudad. Se suma a La sospecha de Sofía y a Últimos días en Berlín, en una serie que la escritora no termina de ver cerrada. “Hay un Berlín muy interesante en los años 20”, apunta.

Atiende a El Independiente la misma noche de entrega del Premio Planeta, en plena burbuja de éxito, durante una edición especial del evento por los 75 años de la editorial y con la presencia de los Reyes que le entregaron el premio. La ganadora de 2024 se ha convertido en la escritora que más dinero ha obtenido en premios literarios de la historia tras sumar el millón de euros del Planeta a los 200.000 que obtuvo como finalista en 2021, sin contar con el Lara de Novela que ganó en 2016. Todos deseados y todos del Grupo Planeta. La superventas de la casa es la guinda del pastel del aniversario del conglomerado empresarial.

“No era consciente hasta ahora que lo dices”, afirma. La superventas tiene su vida resuelta pero este millón apuntala su tranquilidad. “Me dará libertad para escribir. Asegura mi futuro y el de mi marido, es algo que queda ahí, mi marido está jubilado y ya tenemos una edad”, explica la autora madrileña nacida en 1962. “Garantiza un bienestar y una tranquilidad económica”, insiste.

Su marido acompaña sus pensamientos en todo momento, es a él a quien dedicó el Premio y a quién agradeció su apoyo para ser escritora, unas palabras que marcaron, por sentidas, su discurso del Planeta y que emocionaron a la audiencia de la gala planetaria.

El amor en las novelas de Sánchez-Garnica es el motor que empuja a sus personajes que habitan periodos históricos convulsos. Esos personajes están atrapados por las circunstancias de su tiempo y responden a la curiosidad de la escritora por saber cómo se vivía en el Berlín de la posguerra o en la ciudad bloqueada que vio materializarse en sus calles la Guerra Fría en forma de muro y que ahora recoge en Victoria.

Pregunta: Tus personajes se ven arrollados por la historia lo que nos recuerda que los problemas del mundo nos pueden llevar a todos por delante. ¿Estamos cerca de que esto nos suceda?

“Nos está arrastrando, tenemos dos guerras abiertas en nuestro entorno, con extremismos por todas partes. Vivimos en una sociedad muy acomodada y nos parece imposible que perdamos el Estado de derecho que tenemos porque no hemos conocido el horror de las guerras, ni el de las ni posguerras. Quiero tener esperanza, pero estamos en una delgada línea para ser arrollados por la historia, no como en la Segunda Guerra Mundial, pero quizá de otra forma. Date cuenta que con un virus nos dejaron en casa casi tres años sin movernos. Hay otras formas de conflicto de las que no somos muy conscientes”, responde.

Sánchez-Garnica engancha a sus millones de lectores con la microhistoria ficticia de la vida de los personajes de sus novelas. Su manejo de los personajes, a través de la trama, conduce al lector al contexto histórico que la autora ha investigado en profundidad y que consigue compartir en sus novelas. Ella asegura que son los personajes los que la llevan a ella, que se deja conducir por ellos para construir sus novelas. Así que, a la postre, son sus personajes los que le han conducido a su momento más dulce de su vida como escritora.

Del fracaso se aprende y del éxito se disfruta y en eso estoy, pero soy muy consciente de que esto es efímero

Ganar el Planeta es un momento que marca y que puede arrollar a la personalidad de la más madura de las autoras. “Del fracaso se aprende y del éxito se disfruta y en eso estoy, pero soy muy consciente de que esto es efímero. Decía Luis Landero hace poco que dos meses de éxito son suficientes para llenar y colmar el cajón de la vanidad y del ego. Después, hay que ir retirándose, porque es conveniente para que no salga el lado oscuro del éxito y del ego. Creerse lo que no eres o pensar que ya te van a comprar todo lo que escribas. Además es un desprecio hacia los lectores”, explica.  

Sabe muy bien la bomba que supone para una autora ganar el premio Planeta, lo conoce de primera mano pues fue finalista y compartió con los autores detrás de Carmen Mola la gira promocional internacional de los libros del Premio Planeta de 2021. Por su experiencia sabe que el éxito no es nada si no hay lectores, que son quienes toman las medidas a los autores.

“No hay campaña mundial que supere al boca-oreja. Hay que estar preparado para el fracaso y para eso hay que deslizarse fuera del éxito. Tengo una edad, estoy disfrutando de esto. Voy a disfrutar a lo largo de estos meses porque quiero ser agradecida y porque quiero transmitir lo que he escrito a los lectores que han creído en mí, pero después hay que retirarse tranquilamente”, asevera. 

En medio del torbellino de su éxito, la autora se aferra a su familia y al amor mientras crea su propia microhistoria; de la misma manera que sus personajes. Su siguiente meta; “Seguir escribiendo: Es mi pasión, mi forma de estar en el mundo”.